Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar
La Ciudad |LA NORMATIVA PARA LAS OBRAS PARALIZADAS APENAS SE CUMPLE

Vivir cerca de construcciones abandonadas, un calvario entre ruidos, inseguridad y mugre

Los vecinos cuentan que son frecuentes los desprendimientos de materiales

29 de Mayo de 2016 | 02:45

Hay una ordenanza que establece cómo deben mantenerse los inmuebles abandonados, las obras paralizadas y los terrenos baldíos para evitar riesgos en la seguridad pública o peligros para la salud; sin embargo, en distintas zonas de la Ciudad se multiplican espacios inhabitables que carecen de cercos adecuados y hasta veredas en condiciones.

Las construcciones abandonadas representan una fuente inagotable de problemas para vecinos y comerciantes linderos. Desde convertirse en refugios temporales para personas en situación de calle o punto de reunión para el consumo de alcohol y drogas; hasta lugares que van perdiendo parte de sus materiales por el paso del tiempo, como es el caso del edificio de 7 entre 48 y 49 - ver aparte -.

En 31 entre 43 y 44 las placas de chapa que intentan cercar un complejo habitacional abandonado no evitan el entrar y salir furtivo de personas, generalmente durante la noche. La vereda se observa con desniveles, pastos crecidos, extensos charcos y un gran lodazal.

“El problema es que como las chapas del cerco están que se caen, a ese lugar se mete todo el mundo, desde vagos hasta chicos que van a los colegios del barrio; el edificio está en el corazón de la manzana y desde los pisos superiores pueden observar los movimientos de todos los vecinos”, contó Luciana Buca, una de las vecinas que dijo padecer el abandono de esa obra que también tiene acceso por calle 43.

La gente de la cuadra señala que no encuentra a nadie que intervenga, ni policías, ni agentes de la Comuna.

“En una época se les había dado por apedrear a los vecinos y la cosa se había puesto fea”, agregó un vecino que hace varias décadas vive en esa zona.

Además de la inseguridad que se genera, los vecinos se quejan por una profusa pérdida de agua que está en la vereda del edificio abandonado.

“Hace meses pedimos que Absa repare la pérdida, pero como nadie vino tuvimos que cavar una zanja para que el agua se vaya por el cordón de la vereda y no entre a casa”, dice Buca quien además agrega que su familia deben asumir la limpieza y desmalezamiento de esa vereda para que al menos se pueda caminar por ahí.

En el caso del edificio abandonado de calle 7 entre 48 y 49, los vecinos dicen que les informaron que no se puede terminar porque está tan arruinado que no soportaría el peso del material y se vendría abajo.

Mientras tanto caen pedazos a la vía pública y una vez un pedazo de mampostería atravesó el techo de la librería que se encontraba abajo y no hubo que lamentar víctimas porque ocurrió a las 3 de la madrugada.

“Desde que trabajo acá, nunca pasó nada grave, pero hay días en los que se escucha como caen piedras arriba del techo; también hay muchas goteras en el baño que está en la galería y eso es por la falta de mantenimiento del edificio abandonado”, apunta Jackeline, la empleada de un quiosco que funciona donde estuvo la librería.

No están menos preocupados los vecinos de calle 45 entre 11 y 12, donde hay un edificio de varios pisos abandonado que ya fue ganado por la humedad y una enredadera que convive con la mugre y los pastizales.

Tanto vecinos como comerciantes consignaron que la construcción está abandonada desde hace unos 10 años y en ese tiempo fue ocupada en muchas oportunidades por gente de la calle.

Si bien hace un tiempo se levantó una pared en la que se lee “hay gente sin casas y casas sin gente”, ese muro no logró evitar que los intrusos dejaran de ocupar ese edificio en ruinas.

“A diario vemos un desfiladero de personas borrachas, hombres y mujeres; rompieron los vidrios que se pusieron como seguridad en la parte superior de la cerca y saltan igual para el otro lado”, agrega un vecino de la cuadra que prefiere dejar su nombre en reserva por temor a represalias.

Cabe aclararse que el edificio abandonado está enfrente del Colegio Inmaculada y en varias ocasiones las alumnas señalaron que se sintieron intimidadas por personas que se mueven en ese espacio.

Igual temor comparten los vecinos de calle 46 entre 1 y 115. Si bien de día hay mucho movimiento de estudiantes, durante la noche la escenografía urbana del barrio cambia por completo, fundamentalmente en donde se encuentra el edificio de una fábrica abandonada en la esquina de 115.

Los vecinos dicen que en el lugar hay ocupantes. Aseguran que les preocupa que por la noche sale la gente del edificio y por eso a muchos les “da miedo” volver a su casa caminando.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE

Multimedia
+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Básico Promocional

$120/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $2250

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme

Full Promocional

$160/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3450

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme
Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$120.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $2250.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla