Clubes de barrio: un trabajo social que en la Región nuclea a más de 50 mil chicos

Infatigables motores de la comunidad, cada día los clubes barriales y las asociaciones deportivas se convierten en el lugar en el que unos 50 mil niños y jóvenes de la Región encuentran no sólo un espacio para practicar deportes y dejar atrás el sedentarismo y la sobreestimulación tecnológica, sino un ámbito ideal para descubrir los valores de la amistad, el respeto o el sentido de pertenencia.

Expulsados de las calles por la inseguridad y a contraturno de sus actividades escolares, niños y adolescentes regresan a estas tradicionales instituciones para realizar diversas actividades, algo que, según dicen los dirigentes, también los ayuda a construir valores como el trabajo en equipo y la integración al barrio.

Los viejos clubes fundados por inmigrantes cumplían las funciones de recreación, asistencia social y previsión, pero además eran promotores de valores integración y participación con los que también se fue construyendo la ciudadanía.

Sus fines sociales y comunitarios resistieron los embates de la modernidad bajo la consigna de la defensa del bien común y en ese contexto, para los niños y los jóvenes la práctica deportiva siempre constituyó un gran llamador hacia los clubes y para los padres, la tranquilidad de que estuvieran en un lugar seguro, fuera de la calle y haciendo una actividad por su desarrollo psicofísicos.

Hoy, los clubes de la Región se reinventan para sobrevivir y captar a las nuevas generaciones. Alberto Alba, presidente de la Federación de Instituciones Culturales y Deportivas de La Plata consignó que la Ciudad tiene unas tres decenas de instituciones en las que 35 mil niños y jóvenes hacen deportes como fútbol, básquet, rugby, vóley, artes marciales, patín y destreza. También ponderó la importancia de las actividades culturales que promueven las entidades y la asistencia que se brinda desde las bibliotecas populares, sobre todo entre los alumnos de menores recursos a los que se les dificulta el acceso a los textos escolares y lecturas complementarias.

“La situación para los clubes nos tiene muy preocupados como dirigentes, se escucharon muchas promesas acerca de las tarifas diferenciales (ver aparte), pero no se sabe como se va a implementar. El temor es que muchas entidades se vean obligadas a cerrar y dejen de prestar un servicio que es fundamental en los barrios”, apuntó Alba.

VOLVER AL CLUB

Desde hace 4 años Joaquín Duffard, profesor de educación física y entrenador de básquet en el club Meridiano V, trabaja con los chicos del barrio y asegura que en los últimos años se triplicó la cantidad de alumnos. “Hay chicos que empiezan a entrenar a las 8 de la noche y a las 5 ya están en el club u otros que vienen con amigos y al tiempo también se asocian”, contó el entrenador.

Joaquín destacó que en Meridiano gracias a la práctica deportiva de diferentes disciplinas se fortalece el espíritu de equipo, el sentido de pertenencia a la entidad y los valores barriales.

“Cuando se organiza alguna actividad de puertas abiertas vienen 500 personas, se nota la presencia de la familia y de la gente del barrio, aunque ya no vengan siempre al club”, sostuvo Duffard.

El fuerte de Meridiano V es el básquet, pero también se practica patín, básquet y taekwondo. En total hay unos 400 niños y jóvenes que se hacen un tiempo para practicar algunas de esas disciplinas. La institución también tiene una biblioteca y un jardín de infantes y sede un espacio para el plan Fines que permite a las personas completar la secundaria.

EMBLEMA DE LOS HORNOS

Cada día el club Capital Chica también es un “hervidero” de pibes que al salir de la escuela se visten con ropa deportiva y llegan hasta las instalaciones de avenida 66 entre 156 y 157. En ese espacio se practica básquet, hockey femenino, patín, fútbol, destreza, circo, telas y taekwondo. Además cuenta con una biblioteca que ofrece 10 mil ejemplares para que los visitantes puedan utilizarlos como material del consulta o de estudio y un jardín de infantes que satisface la demanda educativa de 180 niños.

Miguel Del Santo, vicepresidente segundo de la entidad estimó que unos 600 niños y jóvenes realizan distintas prácticas deportivas en esa prestigiosa institución de Los Hornos.

“Las entidades de barrio como esta desarrollan una importantísima tarea con los chicos porque les permite destinar el tiempo a algo que es beneficioso para ellos, en definitiva los saca de la calle”, evaluó el dirigente.

Si bien la composición del club es amplia y variada se contempla aquellos chicos que tienen hermanos y hasta se otorga media beca a los de escasos recursos.

“La idea es que acá encuentren una contención social, por eso también la cuota de fútbol es de $ 80, mucho más accesible que las de otros deportes como hockey o patín que rondan los $ 300, eso es porque sabemos que los chicos de menos recursos son los que viene a fútbol”, agregó Del Santo quien consideró que con esa medida de la entidad se evita la deserción.

Se aclaró que la cuota que pagan los menores por ser socios del club es de $ 30.

ESTRATEGIAS PARA SOBREVIVIR

¿Qué hacen hoy las instituciones de La Plata, Berisso y Ensenada para sobrevivir? Apelan al ingenio, al trabajo mancomunado y a pulmón, a nuevas estrategias. Abrir y ceder en concesión un restaurante; incorporar centros de tercera edad; abrir las puertas a la enseñanza de oficios orientados a una salida laboral; multiplicar las disciplinas deportivas; adecuar las instalaciones para albergar eventos convocantes. Con ese envión, después de años poco menos que catastróficos para sus finanzas, muchas de las entidades pueden exhibir señales de recuperación. Los cursos son otra alternativa: teatro comunitario, danzas y folklore árabe, talleres de yoga y ajedrez, son algunas de las opciones que suman para atraer socios.

El club da una contención y un sentido de pertenencia a la comunidad que en ocasiones reemplaza a los mecanismos del Estado

En el Club Deportivo Villa Elisa - Camino Centenario esquina 48 - La Plata el panorama es parecido; cada atardecer decenas de chicos llegan para practicar gimnasia artística, basquet, handball, kung fu, taekwondo o baile.

“Unos 600 chicos de la zona vienen al club para practicar distintos deportes, los días fuertes son los lunes, miércoles y viernes desde las 17 hasta las 21, para ellos y sus familias es importantes contar con este espacio abierto”, indicó una empleada del club.

Al igual que otras entidades, una de las mayores preocupaciones que tienen sus dirigentes está relacionada con la factura de luz ya que se pasó a pagar 4 mil pesos por bimestre cuando antes la factura rondaba los 1600 pesos. En la entidad se paga $ 50 como socio y por la práctica de las disciplinas, $ 300.

El Círculo Cultural Tolosano, con sede en 115 bis al 300, recibe cada mes a unos 800 chicos. Unos 390 juegan al fútbol; 120 van a patinar; 80 practican basquet y el resto se reparte entre destreza, taekwondo y zumba. La cuota de socios es de 30 pesos para menores y los mayores pagan 40 pesos. En tanto que por cada actividad se paga $ 200.

También hay una biblioteca que le permite a los socios consultar libros y si pagan un bono contribución se los pueden llevar a su casa.

“La mayoría son chicos de la zona, de clase media y también hay muy humildes”, sostuvo Yanina Grasso, presidente de la entidad. La dirigente consignó que los niños más humildes son los que prefieren participar de fútbol.

“Tenemos unos 800 socios en general, pero por distintas razones no todos pagan; por eso nos preocupan las tarifas de los servicios, por ejemplo la cancha de basquet nos representaba un gasto de luz de 800 pesos cada dos meses y ahora pagamos, 2200 pesos mensuales”, agregó la presidenta del Círculo Tolosano que espera que se modifiquen las tarifas para las entidades de bien público tal como está previsto en una ley que aún no fue reglamentada.

“La cuota de socio no puede exceder de los 10 pesos para no tener deserción o gente que deje de pagarla”, aseguró Fabián Pagella presidente de la Unión Vecinal de Angel Etcheverry, una entidad barrial ubicada en 229 y 53, que recientemente cumplió 91 años y cuenta con 130 socios activos.

En ese club el fuerte es el fútbol, actividad que realizan 280 chicos, pero también se practica karate y danzas, estas disciplinas tienen 70 alumnos.

“Hay fútbol infantil y mayor de distintas categorías, a la mayoría se les hace complicado pagar la cuota por eso por el deporte se paga solo cien pesos”, contó el dirigente que para poder reunir las sumas que necesitan para pagar los servicios también organiza distintas actividades como un bingo familiar que tuvo lugar ayer.

Si bien hay que apelar a la creatividad para reunir fondos, el dirigente defiende la tarea de esa institución en la promoción de hábitos saludables para los chicos, muchos de ellos con pocas posibilidades de asistir a otros lugares de entrenamiento.

BERISSO Y ENSENADA

En Berisso Maximiliano Gallosi Luque, secretario general de la Federación de Entidades de Bien Público de esa ciudad, destacó que algo más de 15 mil chicos participan de diferentes actividades de los clubes barriales y por eso en la semana que culminó protagonizó una movilización en defensa de esas instituciones.

Entre las disciplinas deportivas más convocantes está fútbol, handball, vóley, patín. “Es muy destacable la contención social que se brinda, algo que los ayuda a estar más lejos de otros peligros como por ejemplo las drogas, sería un crimen que las instituciones barriales tuvieran que cerrar por motivos económicos porque todos esos chicos perderían algo muy valioso en su formación”, dijo el dirigente.

Se destacó que entre los clubes que más concurrencia de chicos tienen está Club Estrella, Club Trabajadores de la Carne, Club Villa San Carlos y Centro de Residentes Santiagueño, por nombrar algunos.

Crecidos del esfuerzo solidario de los vecinos y sostenidos por esas mismas bases, clubes como Cambaceres, La Curva, Ateneo Juvenil, Náutico, Astilleros, Porteño y Canal Oeste son solo algunos de que convocan, también en Ensenada, a miles de chicos a diario.