Ensenada: un baño de damas y un pasillo eran los calabozos para criminales narcos

El juez Juan Carlos Bruni se refirió en las últimas horas al estado de las cárceles en la Provincia de Buenos Aires luego de que se conociera la medida que dictó hace poco más de una semana de clausurar varios calabozos de la subdelegación de Narcotráfico Ensenada por las condiciones de insalubridad en las que vivía la población carcelaria. 

En este marco, el juez del Tribunal IV de La Plata señaló que el edificio en el que funciona el organismo en litigio "ni siquiera está adaptado para que pueda ser usado como comisaría" porque en el comodato que se hizo se especificó una restricción para efectuar modificaciones sobre el inmueble en cuestión. 

Añadió al respecto que entiende el impacto negativo que su decisión de clausurar los calabozos ha causado en la tarea que desarrolla allí la división policial antinarcotráfico ya que muchos de los detenidos en los operativos que se llevan adelante en varios puntos de la Provincia quedaban alojados allí pero las condiciones de salubridad no permitían sostener la situación. 

Explicó al respecto que el problema de la clausura se origina en la falta de lugares de detención y por que no existe un sistema que permita redistribuir los presos de acuerdo a las plazas disponibles. 

"Las alcaidías están rebasadas de detenidos, y las dependencias tienen que prestarse los calabozos entre ellas. Además hay muchas dependencias policiales que tienen sus calabozos clausurados. Pero el problema que más me asombra y preocupa fue que al personal de narcotráfico, las unidades de seguridad no le prestan los calabozos con lo cuál esta división tiene acotada la capacidad de detenidos a los calabozos que puedan tener en sus dependencias, que son muchos menos que en las comisarías" explicó el juez en diálogo con JUSTICIA EN PRIMERA PERSONA. 

Según explicó Bruni, en un baño de mujeres que no medía más de 6 metros cuadrados fue reacondicionado para que pudiera funcionar como celda de criminales femeninos mientras que para los masculinos se improvisó un lugar de detención poniéndole rejas a un pasillo. 

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Si bien parecía que esta disposición podía darle una solución provisoria al problema de la falta de plazas, surgió una nueva complicación cuando al lugar comenzaron a llegar travestis. Como la "cárcel de mujeres" y la de "hombres" estaban separadas por un pequeño espacio y como no podían poner a estas personas ni de un lado ni del otro, se optó por ubicarlas en esta "franja" que había quedado asignándole a cada travesti detenido un custodio personal. 

Fue que frente a esta situación, en la subdelegación de Narcotráfico Ensenada optaron por adaptar dos habitaciones que funcionaban como baño y pasillo no respetando las medidas estándares que se exigen para la construcción de una celda y además incumpliendo lo pactado en el comodato de que no se podían hacer modificaciones edilicias. 

Es por ello que, al observar que no se estaba cumpliendo con el contrato legal pero principalmente por las condiciones de insalubridad del lugar fue que Bruni tomó la decisión de clausurar estas celdas improvisadas que se habían creado para mitigar el problema de la falta de cárceles en la Provincia.