Guanzetti, el empresario platense que enfrentó al “Pata” Medina

Habla con sus empleados y recorre el negocio familiar esquivando azulejos, mobiliarios de baño y cerámicos en exhibición. Cruza con naturalidad una puerta al final del local y entra a su oficina, austera y funcional, su lugar de trabajo. Este hombre que ya ha pasado los 60 es Alejandro Guanzetti, más conocido en la Ciudad por ser “el empresario platense que enfrentó al ´Pata´ Medina”.

Lo que llevó a este comerciante de la zona del Parque Castelli a estar en el boca a boca general es el recuerdo del tenso cruce que en calidad de presidente de Acimco mantuvo con el desplazado y detenido líder de la Uocra, Juan Pablo “Pata” Medina, durante un debate de empresarios en la Legislatura, en abril último, cuando ya el clima en torno a los problemas de la construcción local “no daba para más”.

Aquel encuentro en el que irrumpió Medina devino en un escandaloso griterío en el que el empresario le reprochó públicamente sus “aprietes” ingresando a las obras “con armas en la mano” y tuvo una fuerte repercusión en las redes sociales , fundamentalmente porque hasta entonces al jefe de la Uocra “nadie se le animaba”. Pero Guanzetti advierte que, en rigor, ya lo había enfrentado antes. “Fue en 2013 en la sede del ministerio de Trabajo, cuando anuncié que en poco tiempo íbamos a estar pasando por lo que ocurre ahora: se iban a paralizar todas las obras por la presión que ejercía”, recuerda.

Eran otros tiempos y así lo reflexiona ahora: “Esa vez critiqué a quienes estaban conmigo por no haber dicho nada pero realmente no era el momento político porque cuando salimos había 500 personas convocadas por él insultándonos y escupiéndonos”.

Y al recibir a EL DIA, confiesa: “Me expuse para que el resto perdiera el miedo”.

En la Justicia se quejan de que los empresarios no denuncian, ¿es por ese miedo?

Los empresarios tenían miedo y siguen teniendo miedo. Hoy hay un poco más de confianza pero lo siguen teniendo. Le temen a todo el entorno que generaron ellos, a su gente armada y pesada y todo ese sistema.

¿Cómo funcionaba el sistema?

Se presentaba en la obra y decía qué era lo que quería y si el empresario no lo hacía, la cortaba, no dejaba a los obreros trabajar, sacaba la gente y según la presión que quería ejercer, podía llegar a prender fuego la obra.

Era así, coacción pura. Cuando se iniciaba una demolición para construir ya estaba la Uocra encima y eso ya significaba un 30 ó 40 por ciento más de costo.

¿Qué exigía?

Lo que se le ocurría en ese momento. Si uno observa cómo fueron estos 20 años en los que Medina lideró la Uocra, en una época se podía trabajar, pero después empezó a apretar tanto que molestaba y después ya dejó de ser negocio construir en La Plata, por culpa de lo que exigía. Todo era violencia pura.

¿Cómo afectaba esto al sector?

Nosotros no construimos, nuestro problema como asociación de corralones (Acimco) es que debido a esta cuestión dejamos de vender materiales para la construcción. Al pararse las obras, se paró la inversión y en La Plata esto golpeó mucho porque ese parate no sólo afecta a los albañiles sino también a los herreros, vidrieros, azulejistas y todos los comerciantes vinculados.

¿Usted puede calcular cuánto cayó la venta en su empresa?

El 50 por ciento en los últimos dos años. Y si piensa que había 600 obras en la Ciudad entre 2015 y 2016 y hoy no llegan a 100, el porcentaje del parate es mucho mayor.

¿Es todo atribuible al accionar de Medina?

Una parte es por la cuestión económica y otra parte por Medina, porque cuando no cierra la ecuación, porque construir es un negocio, el inversor que antes ponía dinero en La Plata ahora lo vuelca en otro lado. Muchos lo hicieron en Berazategui y Brandsen y otros se abocaron a otro tipo de negocios. En pocas palabras, se desalentó la inversión local y recuperar lo que se perdió va a ser muy costoso.

Usted afirma que el gremialista se manejaba como “dueño” del ministerio de Trabajo. ¿Qué hacía frente a esto el anterior ministro (Oscar Cuartango)?

Eso nos preguntábamos nosotros. No estaba, no existía. A mí me preguntaron varias veces si no habíamos hecho nada antes. Las gestiones se hacían, nos llamaban para mediar. Y hablábamos con el Ministerio y con la Justicia pidiendo hacer algo, también con la municipalidad. Se intentó con la Gobernación también, de la que nunca obtuvimos respuestas. En 2013 Bruera, que nos quiso dar una mano, consiguió que Cuartango dictara la conciliación obligatoria, cosa que en ningún momento la Uocra la acató. El Pata hizo siempre lo que quiso.

¿El Ministro qué les decía?

Que no podían hacer nada, que iban a hacer lo posible...

¿Y en la Justicia qué pasó?

Logramos una sola vez que lo metieran preso pero salió enseguida y no cambió nada porque lo que había que hacer en realidad era llegar al fondo.

Sus reclamos eran desoídos...

Sí. Tuvimos mucha bronca el día que fuimos a la inauguración del Puerto, en diciembre de 2014, y (el ex gobernador Daniel) Scioli le hizo una mención especial a Medina, cuando fue él el que trabó la construcción de esa terminal miles de veces.

¿En esta oportunidad qué hablaron con el gobierno actual?

Ahora fue distinto. Cuando fuimos a la reunión del Ministerio no había manifestaciones, pudimos hablar tranquilos con el ministro (Marcelo Villegas) y él nos dijo que lo que se está haciendo es para trabajar bien, no para hiciéramos lo que quisiéramos sino para que todos estemos dentro de lo legal. Y tiene razón, es lo que estamos pidiendo nosotros.

OBRA PUBLICA SIN OFERENTES

¿Usted cree que el cambio de gobierno propició un giro en ese sentido?

En este momento el ministerio de Trabajo está obrando como ministerio de Trabajo. Está viendo lo que pasa en las obras, nos escuchó y medió en esta situación. Tuvo un rol muy importante porque se dieron cuenta de que las cosas así no podían ser. Lo que detonó todo fue que la obra pública en La Plata quedaba sin oferentes. Directamente desde las empresas no querían venir a trabajar a La Plata por la presión que ejercía la Uocra y eso detonó todo porque hoy este gobierno le está dando mucha importancia a la obra pública y el ferrocarril (la electrificación del Roca) tenía que llegar y estaba parado y muchas otras cosas. En cada cosa que se quería hacer aparecía el gremio y complicaba todo. Y en esta ciudad en los últimos años no había habido tanta obra pública.

¿Con esta situación del desplazamiento de Medina del gremio y su intervención, se detecta en el sector otra expectativa?

Por lo menos estoy viendo que los constructores están empezando a hacer cosas, a terminar obras paradas y a querer empezar otras. Vamos a reunirnos para reorganizarnos ante esta nueva situación. Estamos esperanzados. Si la justicia hace lo que tiene que hacer, estamos esperanzados en todo, porque yo creo que gran parte de este problema era la Justicia.

¿En este contexto y con este nivel de exposición no tiene miedo?

No lo tuve antes y menos lo tengo ahora. Para nada.