Los mensajes que se viralizan, y el límite entre lo público y lo privado

Y de repente, un mensaje que forma parte de una conversación privada en las redes sociales se viraliza. Y la bola de nieve se hace imparable. Sucedió ya muchas veces. La última de ellas, cuando los desafortunados comentarios de una vecina de Nordelta criticando a sus vecinos por tomar mate se transformaron en trending topic no sólo en el país, sino hasta en el Uruguay, donde el mate es tan popular o más que en la Argentina.

La cosa empezó con respuestas indignadas de miles de internautas que se sintieron tocados y de quienes cuestionaron el tono discriminador de los dichos de la mujer. Pero poco después la respuesta pasó a otro terreno y se difundieron datos de la autora de la frase, se publicaron fotos suyas y hasta se difundieron consideraciones negativas referidas a su intimidad.

Entre las muchas aristas que plantea el episodio una tiene que ver con la cada vez más delgada línea que separa lo público de lo privado. Las nuevas tecnologías facilitan la rápida difusión de mensajes, pero, mal utilizadas, pueden tener consecuencias imprevisibles.

“El problema no es la tecnología. El problema es el que la usa mal. En la abrumadora mayoría de los casos de este tipo lo que se observa es una conversación entre dos personas, una de las cuales la difunde sin la autorización de la otra. No estamos hablando de hackers, ni de terceros. Y las consecuencias de esta conducta pueden ser imprevisibles”, señala Raúl Martínez Fazzalari, abogado especialista en nuevas tecnologías (ver aparte).

Y uno de los grandes problemas asociados a la difusión de conversaciones privadas es que, aunque la mayoría de los usuarios de redes sociales lo desconoce , puede tener consecuencias en el plano legal.

Y, según destacan los especialistas, cuando se habla de mensaje privado se incluye a las cartas, los telefónicos, las conversaciones por chat, por alguna red social y la norma vale tanto en el caso de los textos como de los audios y los videos.

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En cualquier formato, las conversaciones privadas están protegidas por la ley y por la Constitución Nacional. Su violación por parte de terceros es sancionada expresamente por el Código Penal en su artículo 153.

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La única excepción para esta disposición es cuando por orden de un juez y en el marco de una causa penal, se autoriza la intervención de teléfonos u otros dispositivos para escuchas privadas.

Pero para que esto suceda tiene que existir una sospecha fundada, una causa penal, el pedido de un fiscal y la autorización de un juez, según destacan los especialistas.

Con todo, no es esta la forma habitual en que se viralizan los mensajes.

Lo más común es que uno de los miembros de la conversación difunda la misma sin consultar a la otra parte.

En este caso es pasible de ser sancionado, aunque no penalmente, sino en la justicia civil, en concepto de daños y perjuicios.

Pero en algunos casos en los cuales las conversaciones privadas fueron difundidas por un protagonista de la conversación sin autorización del otro, las consecuencias no se detienen ahí.

Cuando el contenido se viraliza da lugar a una multitud de respuestas, muchas de las cuales también infringen la ley y podrían dar lugar a la intervención de la Justicia.

Si se toma el caso de la vecina de Nordelta, tras sus dichos circularon en las redes sociales miles de respuestas y memes en principio. Pero después se difundieron sus datos y fotografías y hasta comenzaron a hacerse especulaciones y consideraciones acerca de su vida privada.

Según destacan los especialistas, esto puede dar lugar a distintos tipos de acciones legales, dependiendo de muchos factores.

Por caso, si la mujer no autorizó la difusión de sus fotos y estas son utilizadas en publicaciones comerciales , se puede incurrir en el delito de uso indebido de imagen por infracción a la ley de propiedad intelectual o también puede motivar una acción civil por daños y perjuicios.

Algunas de las respuestas podrían también entrar en el terreno de la calumnia y de la injuria, faltas que, según el grado, podrían ser sancionadas penalmente.

Según indican los especialistas, las redes sociales, con la facilidad e inmediatez con que multiplican contenidos y la falta de conciencia sobre las implicancias legales, hacen que muchos compartan contenidos sin medir las posibles consecuencias.

repercusiones

Desde que se viralizó el audio de la cirujana de Nordelta, a quien el público bautizó como “la Cheta de Nordelta” antes de que fuera identificada como Cinthia Solange Dhers, las redes sociales fueron lapidarias con ella y se llenaron de memes en su contra.

Es más, lo que en un principio se pensó que iba a tomar cierta trascendencia, pero que muy rápidamente caería en el olvido, como tantas otras cosas que quedan perdidas en el universo de las redes, terminó sin embargo viralizándose de una manera impensada. Es así como la mujer recibió duras respuestas y varias cargadas no sólo por parte de personas famosas de nuestro país, sino también por empresas y hasta llegó a la prensa internacional.

En Uruguay, por ejemplo, el conocido diario El País tomó la noticia por las dos aristas: la seria y la cómica. Es que los memes y las cargadas son abundantes y no tienen desperdicio. “Quiero ir a tomar mates a Nordelta”, tuiteó Marcelo Tinelli.

En nuestro país, incluso, algunas marcas de yerba mate aprovecharon la inesperada fama de este personaje y su situación para promocionar sus productos con sorna.

En este marco, una de las reacciones más compartidas fue la de la actriz Verónica Llinás, quien decidió ponerle su mejor humor a la situación y compartió un video desde su cuenta de Instagram que tuvo más de 40 mil reproducciones y cientos de comentarios positivos por parte de sus seguidores, en el que se solidariza con su amiga cheta.

La escena transcurre en un spa y la actriz simula que una asistente le sostiene el teléfono mientras ella hace un tratamiento facial. “Cintu, mi amor, te mando un mensajito desde el spa. Es tremendo lo que te ha pasado. Esta Michelle se supone amiga y es una traidora. Se debe llamar Micaela y es una resentida. Con Emilio compartimos los mismos códigos morales y visuales que vos. Nos ha pasado lo mismo. Hemos salido para el campo porque no se puede estar”, dice, y agrega:Todo nuestro apoyo querida. Yo puedo hablar con Mauri, con Edu o con quien quieras”.

Privadas

Las conversaciones privadas están protegidas por la ley y por la Constitución Nacional. Su violación por parte de terceros es sancionada expresamente por el Código Penal en su artículo 153.

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Cuando el contenido de algo privado se viraliza, da lugar a una multitud de respuestas, muchas de las cuales también infringen la ley y podrían dar lugar a la intervención de la Justicia.