Se acerca el round final por el Fondo del Conurbano

Por MARIANO PEREZ DE EULATE

El tironeo entre la provincia de Buenos Aires y el resto de los distritos del país por la actualización del Fondo del Conurbano asoma como una de las discusiones políticas más fuertes que atraviesan a la Argentina, acaso algo tapada por el impacto de los proyectos de reformas laboral y tributaria que impulsan desde la Casa Rosada.

A diferencia de sus antecesores, la gobernadora María Eugenia Vidal se ha puesto al frente del reclamo desde el principio de su gestión. Incluso antes, cuando era la mandataria electa y estaba armando sus equipos de gobierno.

También a diferencia de los que la antecedieron en el cargo, para llevar adelante el reclamo en cuestión Vidal cuenta con el respaldo político del Presidente de la Nación. En sus tiempos, ni Daniel Scioli ni Felipe Solá, los ex gobernadores del justicialismo, podían insinuar el tema en la Rosada sin recibir el rechazo de Cristina y Néstor Kirchner respectivamente. Los Kirchner siempre se plegaron a la postura histórica refractaria a cualquier discusión sobre la distribución de impuestos que han esgrimido los gobernadores de las llamadas provincias chicas. Como Santa Cruz, por ejemplo.

Lo dicho: para Vidal, que luego del reciente respaldo electoral a Mauricio Macri se ha comenzado a pensar ella mismo para un segundo período en La Plata, el tema es de una importancia crucial. El viejo dicho que se escucha en la política respecto a que así como están las cosas “Buenos Aires es una provincia inviable”, para el vidalismo tiene carácter de verdad absoluta.

Vidal tuvo ese diagnóstico de su propio ministro de Economía antes de asumir, en noviembre de 2015. Hernán Lacunza, en efecto, se lo dejó muy en claro mientras meditaba si aceptar la oferta de hacerse cargo de las cuentas provinciales: sin una inyección de dinero extra, sólo podría administrar pobreza. Lacunza tuvo allí la promesa de Vidal de que la actualización del Fondo sería para ella una cruzada política innegociable. Acaso haya sido eso lo que convenció al economista para decir que sí.

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“Para Vidal, la Corte no tendrá un papel pasivo en la resolución del conflicto”

La gobernadora acaba de mojarle la oreja a sus colegas: se reunió por su cuenta con el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti. Ese tribunal debe decidir si corresponde que la Provincia se beneficie con la actualización del Fondo. Lo que, en dinero, representaría algo así como 50 mil millones de pesos anuales extra. “Soy optimista en que la Corte contribuirá para alcanzar una solución al reclamo”, dijo Vidal al salir de la reunión cuando la foto de la misma, cargada de significancia política, recorría los medios. Estuvo acompañada por el ministro de Justicia bonaerense, Gustavo Ferrari. Según fuentes del gobierno, la impresión que se llevó Vidal es que, en efecto, la Corte no tendrá un papel pasivo en la resolución del conflicto.

“Es verdad que puede salir un fallo, porque es una posibilidad, pero también es cierto que la Corte puede contribuir a generar un clima de acuerdo por su rol institucional”, abunda una fuente de la gobernación. Se dijo que Lorenzetti era de la idea de que la salida llegara por el lado de la política más que de la Justicia. Esto es: que sean gobernadores y legisladores los que acuerden sobre el tema. La historia reciente, desde fines de los 90 para acá, ha demostrado que eso suena a utopía.

A modo de reseña: el Fondo de reparación Histórica del Conurbano se financia con el 10 por ciento del impuesto a las Ganancias. Se creó en 1992 para compensar una pérdida de lo que recibía la Provincia por coparticipación que se había dado durante el alfonsinismo. Supuestamente era dinero que se destinaba a obras de infraestructura en el siempre pobre Gran Buenos Aires. Fue la condición que puso Eduardo Duhalde para aceptar la candidatura a gobernador del peronismo en 1991. El lomense sabía aquello de la inviabilidad del distrito.

Pero a fines de 1995, una ley nacional impulsada por el resto de las provincias le puso un tope a lo recibido por Buenos Aires: 650 millones de pesos, que eran dólares. El excedente de la recaudación de Ganancias empezó a ser distribuido entre el resto de los distritos según los coeficientes de la ley de coparticipación. Es claro que desde el 95 hasta hoy, la recaudación de Ganancias fue en aumento. Pero aquel techo se mantuvo. Y a Buenos Aires le representa menos del 2% de lo que debería ser el fondo según su concepción original. En números del ejercicio 2017, serían 53 mil millones de pesos. Probablemente en 2018 sea bastante más.

Vidal intentó sondear la vía política. Y dado que el gobierno nacional no podía girarle semejante flujo extra a lo que ya le giraba decidió presentar, en agosto del año pasado, una demanda en la Corte contra el estado nacional. En ella, sostiene que el tope es “inconstitucional”. Considerando ciertos retroactivos, el resarcimiento podría llegar a 300 mil millones de pesos. Nunca se blanqueó con todas las letras pero la gobernadora tuvo el guiño indisimulable de Macri.

Pero la tensión con el resto de los mandatarios creció aún más cuando Vidal presentó una cautelar pidiendo que, en tanto la Corte se toma su tiempo para analizar la cuestión, Buenos Aires ingrese al sistema general de reparto de Ganancias. Obvio: sería la provincia que más recibiría. Saltaron todos los distritos: nadie quiere ceder plata, dijeron. Una remembranza de la negativa histórica antes mencionada.

En todo caso, si la medida presentada ante la Corte impugnando el Fondo no prosperase, el gobierno bonaerense evaluaría pedir la inconstitucionalidad de la decisión de que la Provincia esté excluida del reparto del remanente del mismo. Traducido: se buscará como sea conseguir ese dinero extra. En eso trabajan los abogados del estado.

En la gobernación celebraron recientes declaraciones del ministro de Haciendo, Nicolás Dujovne, en las que evalúo que la situación de la Provincia respecto al Fondo del Conurbano “es muy injusta para todos los bonaerenses”.

Acaso la foto de Vidal con Lorenzetti sirva para que los gobernadores contraataquen. Desde las usinas provinciales, en especial en esas donde manda el PJ, sostienen que se evalúa pedir la recusación del presidente del Tribunal. Argumentarían que contradijo una acordada de la propia Corte que prohíbe a sus miembros reunirse con un litigante sin que esté presente la contraparte.

Suena a amenaza en la víspera en que el Presidente recibirá a los gobernadores para empezar a edificar una relación para los próximos dos años. El tema del Fondo está en la agenda. Probablemente Macri los reciba con la gobernadora Vidal sentada a su lado.