En la Región, cada vez hay que esperar más tiempo para conseguir turno con el médico

En octubre del año pasado, Mirta Saldaña (56) comenzó a experimentar un malestar digestivo que si bien no era intenso se había vuelto ya lo bastante persistente como para prestarle atención. Como no conocía a ningún gastroenterólogo, pidió referencias y le recomendaron uno que trabajaba con su obra social. Cuando lo llamó para pedir un turno, la secretaria que la atendió le dijo que no tenía ninguno disponible en menos de tres semanas, por lo cual no lo tomó. Pero la misma situación se repitió cuando llamó a otro profesional: en este caso la demora para que la viera era de casi veinte días. Aun así, Mirta reservó el turno pensando que cuando llegara finalmente el momento de ver al médico quizás su malestar ya hubiera desaparecido. Se equivocó. Diez días más tarde tuvo que terminar recurriendo de urgencia a la guardia de un hospital.

A medida que se profundiza la crisis en el sistema de salud, ser paciente requiere cada vez ser más “paciente”. Por un conjunto de causas relacionadas con los bajos aranceles de consulta que las obras sociales les pagan a los médicos, el alto costo que representa hoy mantener un consultorio y la disminución en la cantidad de profesionales que se dedican a las especialidades clínicas, conseguir un turno la misma semana que uno lo solicita se ha vuelto una utopía… salvo que el médico no atienda por obra social.

“El costo promedio para sostener un consultorio compartido con otros colegas hoy no baja de unos 10 mil pesos al mes”

Así lo reconocen las propias entidades profesionales, donde afirman que la demora en la obtención de turnos dejó de ser un problema sólo de los hospitales públicos para extenderse hoy también a muchas clínicas y consultorios privados. Y dicen que si bien los tiempos de espera para turnos en consultorio rondan en general las dos semanas, en el caso de los afiliados del PAMI puede superar incluso el mes.

“BAJOS ARANCELES”

“La demora para conseguir turnos con especialistas clínicos es un problema que responde a varias causas. Una de las principales es el atraso en los honorarios médicos, que cada vez resultan más insuficientes para mantener la infraestructura de un consultorio. El aumento de los alquileres, de las cargas sociales y de los servicios ha llevado a que cada vez haya menos médicos que atienden en sus consultorios, por la cual la espera para la atención entre los que quedan es mayor”, explica el doctor Jorge Mazzone, presidente del Colegio de Médicos del distrito local.

Lo mismo señala su colega Martín Pedersoli, presidente de la Agremiación Médica Platense. “Hoy el valor de la consulta es muy bajo para tener consultorio. Por ejemplo, IOMA le paga al médico unos 160 pesos por consulta, y el costo del alquiler de un consultorio en una clínica hoy no baja de 100 pesos la hora. Con esos números, muchos médicos hacen el balance y se dan cuenta de que nos les conviene trabajar así”.

“Hace algunos años, cuando los números comenzaron a no cerrar, muchos médicos se juntaban entre varios y hacían policonsultorio para compartir el costo de la misma infraestructura –cuenta el doctor Pedersoli-. Ahora los bajos honorarios, la presión impositiva, las cargas sociales y el aumento de los servicios han llevado a que ni siquiera se pueda sostener así y muchos terminan cerrando. De manera que al haber menos profesionales que hacen consultorio, la demanda de turnos es más grande y la espera, mayor”.

Para dar una idea de la caída que sufrieron los aranceles por consulta en las últimas décadas, el presidente de la Agremiación Medica cuenta que “entre 1993 y 2007, cuando los estatales recibieron un 500% de aumento, los honorarios de consultorio sólo subieron un 200. Por eso, aunque después se los trató de ir actualizando, los valores quedaron muy atrás. No se puede esperar que haya muchos médicos dispuestos a trabajar así, en especial cuando el costo promedio para sostener un consultorio compartido con otros colegas hoy no baja de unos 10 mil pesos al mes”.

“CRISIS DE FORMACION”

Pero lo cierto es que las variables económicas que atentan contra la oferta de consultorios de gastroenterólogos, reumatólogos, neurólogos, alergistas, neumonólogos y otros clínicos no son la única causa de que hoy haya que pedir turno con varias semanas de anticipación. Existe a la vez un marcado desinterés por parte de las nuevas generaciones de médicos por ejercer en especialidades clínicas, por lo cual se dispone cada vez de menos profesionales en ciertas áreas para atender a una población cada vez mayor. Es el caso de la medicina general.

“A pesar de que el 90% de las consultas se resuelven en el nivel primario y sólo el 10% con especialistas, el sistema de salud tiene cada vez menos clínicos porque la práctica de la medicina general y la clínica se paga muy mal. Existe una crisis en la formación que lleva a que en algunas especialidades clínicas no se estén formado suficientes médicos para atender la demanda de la sociedad, lo que deriva en un problema de saturación”, explica el doctor Mazzone.

Si bien los tiempos de espera para turnos en consultorio rondan en general las dos semanas, en el caso de los afiliados del PAMI puede superar incluso el mes

“Hoy mismo tenemos ya servicios que están en riesgo de cerrar porque los médicos se jubilan y no encuentran reemplazantes. Históricamente nunca había pasado -como está ocurriendo ahora- que queden residencias vacantes en los hospitales porque las condiciones son malas y a las nuevas generaciones no les interesa este tipo de formación. En lugar de seguir especialidades clínicas, muchos eligen especialidades de segundo nivel con aparatología, lo que les permite acompañar la consulta con alguna práctica y de esa forma mejorar un poco sus ingresos”, señala el presidente del Colegio de Médicos.

“El problema en las demoras para conseguir turno pasa en gran medida por la transformación del recurso humano que se viene dando en los últimos años. Las condiciones laborales de las residencias hospitalarias se han deteriorado tanto que hoy existen muchas especialidades donde cada vez son menos los médicos que se anotan. En consecuencia la disponibilidad de ciertos especialistas formados es cada vez más acotada”, coincide Pedersoli.

PEOR AUN CON PAMI

Como sucedió con Mirta Saldaña, que por la demora en ser atendida terminó en una guardia hospitalaria, el alargamiento de los tiempos de los turnos para consultorio hace que cada vez más personas canalicen sus consultas en las guardias, aun cuando no se trata de verdaderas urgencias. El fenómeno resulta especialmente marcado entre las pacientes mayores, muchos de las cuales tienen PAMI, la obra social que hoy sufre las mayores demoras para la atención.

“La demora en la obtención de turnos resulta todavía mayor en el caso de los afiliados de PAMI. Como PAMI no tiene convenio con los médicos, sino con las clínicas, que a su vez les pagan muy poco a los médicos por esas consultas (en general menos de 100 pesos), muchos terminan administrando sus turnos disponibles de manera tal que no se le concentren demasiados pacientes de PAMI porque los números no les cierran”, explican desde el Colegio de Médicos.

También en la Agremiación Médica Platense reconocen esta triste realidad. “Lo poco que paga la consulta ha hecho que hoy casi no haya especialistas que atiendan por PAMI. Personas que aportaron toda su vida para tener ese obra social hoy tienen muchas veces que pagar para que los atiendan sus médicos de cabera. Si bien la Agremiación no tiene convenio con PAMI, estamos dialogando con sus autoridades para tratar de acercar los valores para llegar a un acuerdo. También le hicimos un planteo a IOMA para mejorar los honorarios de las consultas porque han quedado muy atrás”, explican allí.