Larga la carrera electoral sin un ganador asegurado

Twitter: @mnspezzapria

El intendente lo pensó unos segundos, elaboró mentalmente la respuesta y definió con tono sincero: “La elección en la Provincia está planteada en tercios y nosotros no estamos encabezando”. La frase, deslizada fuera de micrófono, fue acuñada por un jefe comunal bonaerense de Cambiemos, en las vísperas del comienzo efectivo de la carrera electoral.

La señal de largada se dará, en los hechos, el próximo miércoles. Ese día, el presidente Macri –cuya imagen positiva está debajo del 40% en el distrito del intendente citado- abrirá un nuevo período de sesiones ordinarias del Congreso ante la Asamblea Legislativa. Y buscará dejar allí un mensaje político que podría sentar las bases del discurso de la campaña electoral del oficialismo.

El Presidente hará menos alusiones a la “herencia recibida” del kirchnerismo. Esa es una etapa que la mesa chica del PRO considera superada, puesto que el Gobierno correría el riesgo de que los argentinos piensen que apela a las excusas para justificar la ausencia de buenas noticias en la economía. Pero eso no significa que haya desistido de librar algunas batallas de relevancia.

La más evidente tiene lugar en la Provincia, donde se galvaniza el conflicto docente. De hecho, la pulseada que protagonizan la gobernadora Vidal y los gremios no obedece sólo a la dinámica de una negociación, sino al doble objetivo del macrismo de fijar las reglas de juego de las paritarias de 2017 y de ponerse en la vereda de enfrente de gremialistas a los que considera desprestigiados. La Gobernadora sigue actuando con la autoridad que le da el 60 por ciento de imagen positiva.

De hecho, la Casa Rosada sabía cuando dio de baja la paritaria nacional, que la escalada de tensión con los gremios docentes iría en alza. Se trata de una demanda histórica que comenzó tras una huelga de 80 días en 1988, en el declive del gobierno de Alfonsín, y que congeló Menem cuando transfirió la educación a las Provincias. Ya en este siglo fue Kirchner quien las puso en marcha.

Por ese y otros motivos menos justificables, es que buena parte de la dirigencia sindical docente adhirió al kirchnerismo. Pero ahora la situación política cambió y ya no tienen la misma llegada al poder que antes. El fondo de la cuestión, sin embargo, no es político: por más que sean declarados opositores, los gremialistas no tendrían margen de maniobra si la economía se recompusiera.

En ese terreno, la decepción comienza a imponerse sobre las expectativas que había despertado Cambiemos al comienzo de su gestión. El INDEC acaba de informar que la economía cayó el año pasado un 2,6%, con un marcado retroceso en la industria, la construcción y el consumo, que no fue compensado por la mayor actividad registrada en los sectores agropecuario y financiero.

El organismo de estadísticas también precisó que el consumo y la construcción continuaron en caída en enero pasado. El Gobierno está haciendo un notorio esfuerzo por dinamizar la obra pública, de la cual el 40% está destinada a la Provincia y focalizada en el Conurbano. Ese 40 por ciento del total de la recaudación nacional que los bonaerenses aportan al Tesoro nacional.

El ministro Dujovne recuperó la última semana una dosis del brío que mostró al momento de su designación en reemplazo de Prat Gay, cuando quedó claro que uno de sus objetivos pasaba por comunicar mejor la marcha de la gestión económica. Y sostuvo que el índice de actividad mejoró un 0,9% en el último trimestre de 2016, quebrando la inercia negativa.

LA MISION ESPAÑOLA

“Nuestra economía volvió a la senda del crecimiento”, aseguró Dujovne, en línea con lo que Macri transmitió a las autoridades reales y políticas de España, así como también a sus principales empresarios. La visita oficial a la península ibérica le permitió al Presidente retomar la agenda positiva del comienzo de su gestión, cuando se codeó con líderes de la talla de Barack Obama.

Solamente se registraron dos momentos incómodos para Macri en Madrid: el repudio del partido Podemos -con nexos kirchneristas- y la protesta de la compañía Telefónica por el ingreso de nuevos jugadores -especialmente el Grupo Clarín- al mercado del 4G. Por lo demás, tanto las reuniones políticas como económicas se ajustaron a un fino bordado previo que hizo allí el embajador argentino, el misionero Puerta.

En ese ámbito palaciego, la canciller Malcorra volvió a reconocer que al Gobierno argentino se le pregunta siempre en el exterior por su capacidad real para mantener la gobernabilidad, justo en momentos en que la CGT acaba de conseguir el apoyo de gran parte del arco opositor para la marcha del 7 de marzo contra la política económica, bajo la amenaza latente de un paro general.

En esa ronda de encuentros políticos, el triunvirato de la central obrera tuvo un apoyo que no había pedido: el de Cristina Kirchner. La ex presidenta tiene que presentarse ese mismo día en los tribunales de Comodoro Py y La Cámpora organizaba una marcha para acompañarla, para lo cual presionó al PJ a tal punto que rompió la foto de unidad que se había previsto en Santa Teresita.

En el Gobierno ya creen que es tiempo de reducir las alusiones a la “herencia recibida” del kirchnerismo. Consideran que empieza una “nueva etapa”

Unos días después, la dama pidió a sus seguidores que marchen junto a la CGT en lugar de ir a los tribunales de Retiro. A cambio, consiguió –por gestiones de Máximo Kirchner- que el PJ bonaerense denunciara una “persecución política” en su contra. Pero está lejos de aglutinar el consenso que generaba hasta hace no tanto tiempo en el peronismo con inserción territorial.

La ex presidenta podría encarnar uno de los tercios del actual escenario electoral, con mayor inserción en la Tercera Sección del Conurbano, menor en la Primera y prácticamente nula en el interior provincial, pero no tiene garantizado un triunfo y eso la hace dudar, además de los problemas judiciales que se acumulan. Pero su figura sigue siendo motivo de especulaciones.

La dupla Massa-Stolbizer aspira a capturar un segundo tercio, con una estrategia tendiente a atraer a los “votantes blandos” tanto de Cambiemos como del peronismo. Esto es, a los decepcionados de la alianza oficialista y a aquellos votantes del PJ que ya no comulgan con el kirchnerismo. Una nueva versión de la difícil “ancha avenida del medio” que no funcionó en 2015.

Mientras el peronismo se cocina en su propia interna, Massa baja el perfil –en los próximos días hará un viaje a Israel- y Stolbizer centra su despliegue en distritos como Mar del Plata, cuya gestión por parte de Cambiemos es deficiente. El radicalismo, a su vez, ratificó su alianza con el PRO pero exigió –desde Córdoba- que se pase de una coalición electoral a una de gobierno, y silenciosamente hicieron llegar su preocupación por los que consideran inexplicables errores políticos del Gobierno nacional.

Los diputados y senadores de la UCR, así como los del PRO y la Coalición Cívica, incluida Elisa Carrió, se verán las caras el martes por la noche en la quinta de Olivos, convocados por el presidente Macri antes de su presentación en la Asamblea Legislativa. Será una ratificación de la sociedad política que ejerce el gobierno y un llamado a redoblar esfuerzos en el año electoral.