Autos como armas, recurso “de bajo costo” del ISIS

El atentado que se produjo ayer en Londres, con un vehículo 4x4 que embistió a la multitud tratando de matar a la mayor cantidad de personas que hallaba a su paso, se enmarca en lo que parece ser la nueva estrategia “de bajo costo” empleada por el grupo yihadista Estado Islámico (ISIS).

Desde hace algunos meses, la organización terrorista invitaba a los yihadistas presentes en Europa a realizar ataques, a falta de armas y explosivos, con cuchillos o vehículos. El ataque más sanguinario realizado con esta modalidad tuvo lugar en Niza, el 14 de julio de 2016, cuando un camión se pucho en marcha a toda velocidad en el Paseo de los Ingleses, repleto de gente por las celebraciones del Día Nacional de Francia. El conductor, el tunecino Mohamed Lahouaiej-Boulel, atropelló y mató a 86 personas, entre ellas muchos niños, e hirió a otras 450, antes de ser ejecutado.

Apenas algunas semanas antes del hecho, se había conocido la apelación del autoproclamado vocero del ISIS, Abu Muhammad al Adnani -más tarde fallecido en una incursión en Siria-, a los “combatientes” a utilizar cualquier medio contra los “infieles” (como llaman a los que no se pliegan a su causa a favor de instaurar un califato).

“Si no poseen balas o bombas, tomen una piedra y aplástenles la cabeza. O asesínenlos con un cuchillo. O embístanlos con un automóvil. Arrójenlos desde lo alto de un edificio. O estrangúlenlos con sus manos. Usen el veneno!”, había dicho Al Adnani. Además, en uno de los números de Inspire, la revista inglesa de propaganda yihadista, se sugería usar un camión como una “podadora”, “no para cortar el césped sino para cortar a los enemigos de Dios”.

Y a raíz de la matanza de Niza, también el tercer número de la revista del ISIS Rumiyah (Roma), publicado en noviembre pasado, invitaba a imitar a Lahouaiej-Bouhlel y proporcionaba instrucciones detalladas sobre dónde y cómo utilizar un camión para atacar reuniones de personas al aire libre, festivales, celebraciones y mítines políticos.

“Los vehículos son como los cuchillos, extremadamente fáciles de adquirir y están entre los más letales métodos de ataque, los más eficaces para exterminar a un gran número de infieles”, se leía en la publicación. Y lo mismo hizo Anis Amri, el atacante tunecino que, siguiendo esas instrucciones, el 19 de diciembre, a bordo de un camión, procedente de Italia, embistió al mercado de Navidad de Berlín, matando a 12 personas e hiriendo a otras 50. Amri fue abatido dos días más tarde, el 22 de diciembre, en un control policial en Sesto San Giovanni.