Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar
La Ciudad |ANALISIS

La escuela y las redes

Por EMilio Gonzalez (*)

5 de Agosto de 2017 | 01:45
Edición impresa

Es indudable que las redes sociales, en los últimos ocho o diez años, han producido un cambio en las relaciones interpersonales de comunicarse/relacionarse y sus normas no privilegian cuestiones éticas en su uso sino un carácter vago, disperso y poco consensual.

No cabe duda de la rispidez que este tema encierra cuando hablamos de menores de edad, docentes y escuelas y la realidad nos muestra que todos estamos aprendiendo a manejar estas herramientas de la era digital de forma progresiva y casi exclusivamente mediante ensayo-error.

La aplicación de las redes en las escuelas, debe gestionarse en un responsable y seguro entorno educativo, donde la seguridad de todos los alumnos sea la prioridad; antes ello se lograba mediante la presencia física del niño/adolescente en el edificio escolar, pero hoy nos es así.

Para la definición de lo que sería aceptable para la relación profesor/alumno a través de las redes sociales, debe generarse el debate entre profesores y padres e, incluso, alumnos de todas edades aunque a modo consultivo, para la definición intrainstitucional de lo que es aceptable o no, y más luego, respetar esa definición.

El docente siempre sirve de modelo para sus alumnos independientemente de su edad. No puede considerarse útil ni recomendable pretender ignorar que tanto docentes como alumnos utilizan estas nuevas tecnologías ni suponer que en su uso compartido existe una relación digital entre ellos, pero de todas formas, esas interacciones deben limitarse a lo estrictamente académico (curiosamente, en Colombia, existe una ley que prohíbe el nexo alumno-profesor en la redes sociales).

El docente no es una amenaza para sus alumnos, sino una buena influencia y puede utilizar las relaciones digitales con ellos para controlar y educar sus comportamientos en el ciberespacio y más aún, para servirles de contención, llegado el caso, para solucionar incluso la incomunicación con su familia.

Precisamente, una de las fuentes de la incomunicación en las familias entre padres e hijos es, quizás, el uso de las redes sociales, por el casi desconocimiento de los padres y el intensivo uso por parte de los hijos.

Éstos tal vez encuentran en los medios digitales, la contención, atención y comunicación que quizás tampoco encuentran en su hogar, lo que les genera una fuerte sensación frustrante, ante la insatisfacción tanto emocional como afectiva, sumado ello a que ya la escuela no es el “segundo hogar” como antaño se afirmaba y seguramente lo era.

La falta de valores, incentivos, contención que en ocasiones padecen los niños y adolescentes, hace que los mismos busquen inconscientemente otras alternativas que llenen ese vacío y usarlas como refugio para olvidar y distraerse de los problemas que su familia o los docentes no pueden resolver.

Tal vez esa frustración se origina en casa, donde diversos problemas de pareja, falta de normas o normas y/o acuerdos incoherentes (incluso la falta de cumplimiento de los progenitores de esas mismas normas o acuerdos), falta de tiempo compartido en familia, poca o nula comunicación entre quienes forman la familia.

La escuela, que además de alfabetizar debe desarrollar en las personas distintas herramientas, tales como competencias individuales y sociales para que el individuo pueda afrontar luego demandas propias de la realidad social, ante el nuevo paradigma en la forma de contemplar la naturaleza y el quehacer humano (Ramos, R -1996- Temas transversales y educación global: una nueva escuela para el humanismo mundialista), amén de alfabetizar en emociones, habilidades sociales, y manejo de relaciones interpersonales (Teruel María, 2000, Inteligencia emocional en el currículo de la formación inicial de los maestros).

Hasta hoy la escuela, como institución, ha tenido la función casi prioritaria (o exclusivamente) de enseñanza y transmisión de aspectos académicos, sin la búsqueda del desarrollo de competencias para una eficaz interacción e integración social más el equilibrio personal.

Sin embargo, esas competencias no son determinadas por la currícula explícita o formal del sistema educativo, sino por la relación profesor/alumno y alumno/alumno (componente del curriculum oculto). Así, el docente es quien adopta el rol de sociabilizador y formador del alumno en forma no explícita, a través del clima emocional generado en el aula.

 

(*) Ex docente y director del Normal 2

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE

+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Básico Promocional

$135/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $2590

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme

Full Promocional

$190/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3970

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme
Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$135.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $2590.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla