La Justicia ordena más patrullajes y puestos con policías en la Zona Roja

A la antigua: un policía en la esquina y otros en un rondín, dejándose ver en forma permanente, moviéndose por el barrio.

El método volverá a aplicarse en la Zona Roja como un antídoto contra los continuos disturbios y peleas que tienen a los vecinos bajo una especie de “sitio” en el cual las calles serían escenario de disputas por el manejo de delitos como el narco menudeo y la explotación sexual.

La orden fue impartida por el fiscal penal en turno, Marcelo Martini, a instancias de una de las reiteradas grescas nocturnas en el área y, en particular, de un elemento novedoso, directamente relacionado con el clima social que genera la problemática del delito sin control: la reacción de vecinos que salieron a enfrentar la violencia debajo o al lado de sus ventanas, en la esquina de 2 y 63.

La presentación formal de una denuncia y el diálogo que tuvo Martini ayer por la mañana con varios vecinos -a través de un grupo de WhatsApp- dieron lugar a una medida de protección judicial con una queja implícita al desempeño policial.

Más tarde, ante este diario, el funcionario hizo explícito ese argumento. “Si los vecinos salieron a la calle es porque hay un vacío que está dejando la Policía”, dijo Martini en alusión a la intervención de frentistas ante una pelea entre travestis y un grupo de jóvenes, el pasado fin de semana, en 2 y 63 -ver aparte-.

En la nota que envió al Ministerio de Seguridad, el fiscal argumenta su intervención en función de la reiteración de incidentes y la necesidad de tomar medidas para prevenir “su agravamiento”.

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Puntualmente ordenó a Seguridad disponer una custodia fija en la cuadra de 2 entre 63 y 64 y un rondín de móviles en el cuadrante comprendido por las calles 116, 5 , 60 y 66.

La actividad policial deberá verse todos los días, por un lapso de una semana, en el horario que abarca desde las 20 hasta el final de la madrugada.

La medida fue escrita a medida de un incidente, pero en la fiscalía consideran su aplicación como un paliativo a la violencia que tiene como epicentro toda el área en observación en la medida.

operativos en la zona

Una fuente policial señaló con respecto al planteo del fiscal que ya hay actividad en la zona que forma parte de la respuesta: operativos que se realizan en diversos puntos definidos en las investigaciones de la Bonaerense. También “hay presencia de móviles” en el área, se indicó.

Ese programa incluyó actividad durante el fin de semana. Puntualmente, se indicó que dos jóvenes de 28 años, uno de 29 y un hombre de 35, fueron aprehendidos en la madrugada del sábado cuando se movilizaban en una camioneta utilitaria con más de 600 gramos de marihuana.

El procedimiento lo realizó personal del Gabinete Técnico Operativo de la comisaría novena en un servicio de nocturnidad y prevención de ilícitos en 6 y 59.

Los efectivos interceptaron a la camioneta marca Volkswagen Cady blanca y en su interior hallaron las hojas de cannavis sativa.

Los cuatro ocupantes fueron derivados a la seccional policial, donde se confirmó que se trataba de 612 gramos de marihuana, por lo que se inició una causa por infracción a la Ley 23.737.

En las manzanas que delimitó el fiscal, según indican investigaciones policiales, judiciales y denuncias de los propios vecinos, se desarrolla buena parte de una actividad delictiva, el tráfico de droga, que usa la prostitución como una mascarada.

No obstante eso, también atraviesan la problemática en la Zona Roja, los delitos de trata de personas, en casos, menores de edad.

A la vez, en el vecindario se repiten a diario las sospechas contra el accionar de las fuerzas de seguridad.

Se sumó en las últimas semanas una denuncia pública de Otrans, la Ong dedicada a la defensa de derechos civiles de trans en la Región, sobre la actividad de un grupo de jóvenes y adolescentes (menores de edad) como instrumento de una organización mafiosa que extorsiona a quienes ejercen la prostitución.

Según esa entidad, ese mecanismo explica los enfrentamientos nocturnos con golpes, pedradas, botellazos y armas blancas, como los registrados en las últimas semanas en 5 entre 63 y 64 (donde fue incendiado un departamento), 4 y 64, y 2 y 63. Para la asamblea vecinal, solo son adictos (algunos en situación de calle) que buscan droga gratis.

La conmoción se produce en horas en las que se recuerda que Johana Ramallo desapareció hace 3 años tras ser vista por última vez en 1 entre 63 y 64, un punto neurálgico de la Zona Roja por donde se movía prácticamente a diario. Solo se avanzó con la detección de restos de su cuerpo, en Berisso casi dos años después.

Este año, la violencia llegó a un punto extremo nuevamente, con el transfemicidio de Roberta Carabajal. Ocurrió en la mañana del 1º de febrero en 1 y 62. Fue atacada a puñaladas tras una discusión con dos hombres a quienes tenía como clientes, según la pesquisa policial. Por el caso hay dos detenidos.

“Son las 3 o 4 de la mañana y no puedo dormir en mi casa”, le contó ayer a este diario una vecina de las inmediaciones de 4 y 65. “No solo se vende droga. Se consume y hay golpes y gritos”, necesitamos ayuda en forma urgente, imploró.