En otra “Nochebuena”, River aplastó a Colón y despidió el año alzando una nueva copa

River sumó su tercer título de la temporada con la alegría de la continuidad asegurada del entrenador Marcelo Gallardo, tras alzar el Trofeo de los Campeones, luego de golear por 4 a 0 Colón en el Estadio Único Madre de Ciudades, con dos goles deJulián Álvarez, uno de Benjamín Rollheiser y otro de Jorge Carrascal. Con este nuevo título, el Millo de e asegura la chance de disputar la final de la Supercopa Argentina ante Boca, que ganó la mencionada Copa Argentina. Es decir que se vendrá un vibrante superclásico.

El conjunto de Gallardo se transformó además, en el segundo equipo en levantar este trofeo ya que el único antecedente estaba en poder de Racing, que dirigido por Eduardo Coudet, en 2019, venció al Tigre, de Néstor Gorosito por 2 a 0.

Así las cosas, River cerró un 2021 totalmente festivo. Ganó la Supercopa Argentina superando por 5 a 0 en marzo pasado a Racing en la final celebrada en Catamarca, la última Liga Profesional y el trofeo de ayer. Un triplete en tan solo un año.

CUANDO PASABA POCO APARECIÓ ÁLVAREZ

Desde el inicio del partido se planteó el interesante duelo Palavecino/Meza por el costado izquierdo del ataque Millonario y el derecho del Sabalero. La intención mutua de jugar a las espaldas de cada uno de ellos le regaló al espectáculo un arranque vibrante y de ida y vuelta. Gallardo y Domínguez le metieron pizarrón a la final, siempre buscando atacarse, sin guardarse nada.

Julián Álvarez tuvo la primera opción de gol a los 11 minutos y justamente llegó por la izquierda. El delantero remató de zurda pero el arquero Burián salvó al rojinegro. Tras la aproximación del conjunto de la banda el juego siguió siendo intenso aunque no abundaron las llegadas a los arcos.

Por su parte, y más allá de ir por el andarivel de Meza, Colón le delegaba gran parte de su gestación al habilidoso Facundo Farías. Apareciendo mayormente por el callejón del medio, la joya sabalera siempre revistió peligro cuando se apoderó de la pelota. Y Cristian Bernardi también aportó a la causa. Ese tándem que propuso el elenco santafesino en el mediocampo, por momentos le complicó los planes al Muñeco. El equipo de Domínguez copó el medio, aunque llegar hasta Armani no le fue sencillo.

Con el correr de los minutos y a partir, sobre todo, de la imprecisión de River, el juego entró en un bache y los arqueros se volvieron dos espectadores más del colmado Madres de Ciudades. Hasta que apareció Álvarez.

A los 40 Santiago Simón tiró un centro preciso desde la derecha y el goleador Millonario, con un excelso toque con la cara interna del pie izquierdo, definió en el aire dejando sin chances a Burián. Fue un cachetazo duro para Colón, que más allá de no ser tan punzante en los últimos metros no estaba haciendo las cosas mal.

Después del gol, River siguió merodeando el área rival pero no volvió a concretar y llegó la hora del descanso.

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COLÓN SE DESORDENÓ Y RIVER LE DIO EL GOLPE DE GRACIA

En el arranque del complemento se reencontraron los intérpretes de la jugada del gol pero fue Simón quien terminó la acción, con una volea de zurda que se fue alta. Iban 2 minutos y River estuvo cerca de marcar el segundo.

Con la obligación del empate a cuestas, Colón empezó a desmembrarse y lo pagó caro. El Sabalero, marcando abierto, tuvo una mala salida desde el fondo y el equipo de Gallardo la robó en el mediocampo. José Paradela llegó hasta la última línea y tiró un centro atrás para que nuevamente Álvarez definiera dos veces ante Burián. En la primera se impuso el arquero pero en el rebote volvió a ganar el punta, que puso el 2 a 0.

Antes de la media hora llegaron varios cambios desde el banco de Eduardo Domínguez para intentara enderezar la historia. El entrenador del equipo que estaba en desventaja implemento una variante táctica para incrementar el peso ofensivo con los ingresos de Lucas Beltrán y Santiago Pierotti. Colón le tiró todo el cargamento encima al Millonario pero River no tenía fisuras en defensa.

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Gallardo también movió el banco para que ingresara Carrascal y para darle minutos también al joven Galván y a Rollheiser pero sobre todo para que se despida el capitán Leonardo Ponzio. El volante central, que recibió la cinta de parte de Zuculini al ingresar, se retiró del fútbol con una nueva copa debajo del brazo.

Los propios Benjamín Rollheiser y Jorge Carrascal, en el epílogo del juego, le dieron el golpe de gracia al Sabalero sellando el marcador.

Con todo el arco disponible, el juvenil marcó su primer gol en Primera División. Goleada 4 a 0 y fiesta completa para el Millo, que en otra gran noche, se quedó con el tercer título del año.