Raid delictivo de Zona Norte al Casco Urbano: un auto robado, armas y violencia

La jornada “laboral” de una pandilla de al menos cuatro delincuentes -uno de ellos menor de edad- comenzó ayer bien temprano, con el robo de un auto que utilizarían en más de una oportunidad. En una casa situada en 526 entre 115 y 116, cerca de las 6.30, un hombre se despertó al escuchar un estruendo que venía de su terreno. Se acercó con cautela hasta la puerta principal y casi chocó con el intruso que se había colado en el inmueble luego de forzar uno de los accesos. Éste, al toparse con el propietario, finalizó lo que había ido a hacer y huyó. No sin las manos vacías: lo hizo en el Peugeot 308 negro de la víctima.

Así dieron inicio a un raid delictivo que se extendió por City Bell, Tolosa y Barrio Norte, que tuvo seis damnificados y en un caso el uso de la violencia contra una mujer. Y en El Mercadito, tras un operativo de la comisaría Sexta, consiguieron detener a dos de los sospechosos, de 20 y 23 años.

DOS MOTOS, CELULARES Y PLATA

Del primer objetivo también sustrajeron una notebook, tres mil pesos y una billetera. Entonces, con el 308 como herramienta de traslado, la banda salió de cacería.

Partieron hacia la Zona Norte y a las 9.10 horas en 472 entre 14c y 15 avistaron a la siguiente presa, una mujer de 30 años que iba a trabajar. Según declaró ella, tres personas a bordo del rodado mencionado amenazaron con dispararle y le robaron la moto, una Zanella ZB110 RT color rojo, y una mochila en la que guardaba un juego de llaves de su trabajo y la billetera.

Una hora después, posiblemente luego de descartar la moto, retomaron la partida en dirección al casco urbano. Pero antes de cruzar la avenida 32, asaltaron a un joven de 29 años en 529 y 115.

A él le cruzaron el vehículo para que frenara. Una vez que lograron que se detuviera, dos de los ladrones descendieron del 308 negro y, armas en mano, le arrebataron una Honda Wave 110 cc.

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Otra vez desaparecieron por espacio de 60 minutos, para resurgir en el casco urbano con dos hechos seguidos en un sector de la Ciudad muy golpeado por el delito en forma reciente. La situación está “caliente”, a punto tal que los vecinos presentaron una nota dirigida al titular de la comisaría Segunda con una solicitud de informe sobre las actividades de la dependencia en materia delictiva. En ese sentido, pidieron conocer “la cantidad de rondines que se realizan en nuestra zona”, al considerar que, habida cuenta “la progresión de los delitos contra la propiedad”, las actuaciones llevadas a cabo hasta el momento “no resultan suficientes ni son visibles en el vecindario”.

Lo ocurrido ayer les dio un fundamento más. A las 11 de la mañana, en 34 entre 4 y 5, asaltaron a una joven que salía de trabajar. “A una cuadra y media frenó un auto con cuatro sujetos, tres bajaron y entre esos había un chiquito de unos ocho años”, le contó a EL DIA Silvia, mamá de la damnificada.

La mujer se resistió y los delincuentes “la golpearon con la culata de las pistolas, incluso el nene”, añadió. Finalmente, fugaron con la riñonera que tenía llaves, 2500 pesos y un teléfono móvil. “Llamaron a una ambulancia, que nunca llegó, y en el hospital no la quisieron atender porque no tenía ‘heridas cortantes’, le dieron un certificado y la mandaron a hacer la denuncia a la comisaría”, cerró.

A metros de ese caso, robaron con la misma modalidad a una pareja, a quienes les hurtaron dos celulares y billeteras.

Tras cruzar las distintas denuncias que involucraban al Peugeot 308 negro, se dispuso un operativo cerrojo donde se encuentra desplegado personal de la fuerza especial UTOI en inmediaciones de El Mercadito. “Sabíamos que es el lugar de abandono de vehículos sustraídos”, confió una fuente.

Así fue como en 517 entre 120 y 122 dieron con el rodado buscado que estaba sin ocupantes. Sin embargo, una moto con dos sujetos salió a toda velocidad y después de una breve persecución que terminó en 120 y 520, ambos fueron aprehendidos. Les secuestraron la Honda Wave robada y documentación.

Les imputaron los delitos de “robo de automotor agravado por efracción” y “robo doblemente agravado por ser cometido en poblado y en banda mediante la utilización de arma de fuego no habida”. En la causa interviene la UFI Nº 16, a cargo del fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta.

MOTOCHORROS CERRARON UN LOCAL

Por otra parte, al mediodía, dos motochorros cometieron un audaz golpe en “Mar de Ollas”, un local de comidas que funciona en 6 entre 33 y 34, a metros del edificio donde están emplazadas las oficinas del Servicio Penitenciario Bonaerense.

Según pudo saber este diario, minutos antes de las 12, los ladrones entraron en el comercio y poco les importó que a metros de allí estuviera colmado de efectivos de la Fuerza. Habían estacionado la moto en la vereda y estaban armados.

Todo sucedió en minutos. Cuando uno de los empleados se encontraba lavando vajilla y cacharros de cocina en la bacha trasera y escuchó la voz de una persona que ingresó y, con tono amable, dijo “buenos días”, no le dio mayor importancia. Se trataba de “un joven de unos 25 años que llevaba un barbijo blanco de Tik Tok”, contó el propietario del negocio, Hernán González. El presunto cliente sacó un arma y los apuntó.

“Fue todo muy rápido porque afuera había gente haciendo cola en el kiosco, y había hasta policías esperando”, precisó. “Nos mandaron para atrás y nos encerraron. Tiraron al piso la caja registradora y se llevaron la plata y los celulares”, agregó, al tiempo que contó que los delincuentes “tenían tremendos bufos”.

Tras amenazar a los empleados, se llevaron algo de dinero que pudieron rescatar y teléfonos celulares. Luego del hecho, el local cerró sus puertas porque “los chicos quedaron shockeados”, explicó el comerciante, quien también se encontraba en el lugar. Asimismo, reveló que “lo que se vive con la inseguridad” en el barrio “es un infierno”. “Además de estar el Servicio Penitenciario a unos metros hay un kiosco que estaba lleno de gente”, finalizó, sin ocultar la bronca.

Por el momento, se desconoce si este robo fue realizado por integrantes de la misma banda.

“Uno de los que le robó a mi hija tiene unos ocho años. Le pegaron y le gatillaron tres veces, pero la bala no salió”

Silvia, Mamá de una de las víctimas