Montserrat, el barrio más antiguo

El nombre se origina en la iglesia construida en 1750 en honor a la Virgen de Montserrat, venerando una réplica de la escultura románica de La Moreneta de Barcelona, España. En 1769, la creación de la Parroquia de Nuestra Señora de Montserrat selló la identidad del barrio.

A lo largo de los siglos XVIII y XIX, Montserrat experimentó divisiones y cambios de nombre. La región al suroeste de las actuales calles Piedras y Avenida de Mayo se conocía como Montserrat, mientras que la zona sureste era llamada Catedral al Sur. También fue apodada el “Barrio del Tambor” o “Barrio del Mondongo” debido a la presencia de esclavos negros.

Hoy también es conocido porque fue hogar de una de las asesinas más famosas del país: María Bernardina de las Mercedes Bolla Aponte de Murano, más conocida como “Yiya” Murano, quien fue condenada por envenenar a tres amigas en tardes de té para no pagar la deuda que había contraído con ellas.

¿Qué mejor que empezar el recorrido con un desayuno en el tradicional Café Tortoni (Av. De Mayo 825)? Este emblema cultural de la bohemia porteña fue inaugurado en 1858 es el café más antiguo de Buenos Aires. Fundado por Jean Touan, mantuvo su ubicación original hasta la década de 1880. Celestino Curutchet lo dirigió a partir de 1879 y lo trasladó a Rivadavia 174/76/78 en 1894. Con una fachada diseñada por Alejandro Christophersen en 1898, el café ha sido frecuentado por prominentes figuras como Borges, Pirandello, Lorca, Cortázar, Rubinstein y Gardel. Además de ser un lugar histórico, el Tortoni es un escenario cultural que ofrece espectáculos de jazz y tango en su subsuelo, compartiendo espacio con la Academia Nacional del Tango y el Museo Mundial del Tango. La “Asociación Amigos del Café Tortoni”, creada en 1973, preserva la tradición de la Peña y honra el legado cultural. Desde su apertura en 1926, el Café Tortoni sigue siendo un importante centro cultural en Montserrat, abierto todos los días de 8 a 21 horas.

Al terminal el desayuno, lo ideal es tomar Avenida de Mayo para ir hasta el próximo punto. Dato curioso: es la primera avenida de la Ciudad de Buenos Aires y de América del Sur. Comenzó a gestarse en 1884, con la visión del primer intendente, Torcuato de Alvear cuyo objetivo era ampliar el paso, creando una ciudad más limpia y moderna.

El proceso de apertura de la avenida llevó diez años, enfrentando desafíos como la especulación de propietarios de lotes y la crisis económica de 1890 que suspendió la construcción. A pesar de las adversidades, la Avenida de Mayo fue oficialmente inaugurada el 9 de julio de 1894, exactamente 78 años después de la Independencia.

LE PUEDE INTERESAR

“Ensayo general”: chicos que sueñan con ser grandes

LE PUEDE INTERESAR

“Tengo una viga en los pantalones”: estremecedoras declaraciones de Depardieu

La avenida se convirtió en un símbolo, uniendo la Casa de Gobierno con el Congreso Nacional, y fue testigo de eventos cívicos cruciales. Inspirada en la arquitectura europea, especialmente la de París, la Avenida de Mayo refleja la influencia española en sus edificaciones, bares y restaurantes. Destacan el Café “London City”, el “cubo” Drabble, el Pasaje Roverano y el Hotel Ritz, todos con la impronta de la colectividad española.

Buenos Aires Museo (BAM) y su historia de la Ciudad / Francina

Por la avenida se llega a la Plaza de Mayo, primera plaza de la ciudad y epicentro del barrio. Rodeada de históricos edificios, bancos, museos y las sedes del Poder Ejecutivo Nacional y el Gobierno de la Ciudad, el Cabildo y la Catedral, la Plaza de Mayo es un reflejo del poder y del rol fundamental que desempeña Montserrat en la vida política de la ciudad.

Apenas a una cuadra, se encuentra el Buenos Aires Museo (BAM – Defensa 187), un museo en movimiento que explora la historia material e inmaterial de Buenos Aires. Con una nueva identidad visual, el museo destaca edificios patrimoniales como la Casa de los Altos de Elorriaga y la Casa de los Querubines. Ofrece recorridos temáticos, actividades participativas y exposiciones tecnológicas.

La exposición patrimonial presenta una vasta colección de objetos cotidianos y archivos fotográficos que capturan la evolución de la ciudad. La sala de exhibiciones temporales aborda temas históricos y actuales, fomentando una perspectiva federal.

Se puede visitar los días lunes, miércoles, jueves y viernes de 11:00 a 19:00 horas y sábados, domingos y feriados de 11:00 a 20:00 horas. La entrada tiene un valor de $500 y el miércoles es gratis.

A menos de 100 m, la Basílica de Nuestra Señora del Rosario (Alsina 380), construida por los dominicos en 1751, alberga un mausoleo con los restos de Manuel Belgrano. Durante las Invasiones Inglesas, resistió asedios y resguardó banderas capturadas. Expropiado en 1822, sirvió como Museo de Historia Natural. Restituida en 1835, fue elevada a Basílica en 1910. Su arquitectura incluye tres naves y detalles coloniales españoles. Declarada Monumento Histórico Nacional en 1942, presenta objetos históricos, como banderas y una antigua imagen de la Virgen del Rosario. A la vuelta, se encuentra el Museo Etnográfico Juan B. Ambrosetti (Moreno 350). Fundado por la UBA en 1904, presenta colecciones arqueológicas y antropológicas que exploran la diversidad cultural. Destacando producciones de sociedades indígenas americanas, es sitio de Interés Cultural en Buenos Aires. Ofrece exhibiciones, biblioteca, archivo fotográfico y actividades como visitas guiadas y talleres. Funciona de martes a viernes, 13 a 19 horas, con bono contribución.

Sigue el recorrido y la siguiente parada es la Ex Casa de la Moneda (Defensa 628); inaugurada en 1881 como sede de la Casa de la Moneda era la encargada de la impresión de billetes y monedas. Diseñada por el ingeniero Eduardo Castilla, de estilo italianizante, albergó estas funciones hasta 1944. Posteriormente, fue sede de la Dirección Nacional de Empleo y, desde 1979, del Archivo General del Ejército. Declarada Monumento Histórico Nacional, actualmente es propiedad del Ejército Argentino, albergando un jardín de infantes y la Dirección del Servicio Histórico del Ejército. Las visitas pueden realizarse con reserva previa de lunes a viernes de 10 a 16 horas.

La envenenadora de Montserrat: Murano invitó galletitas con cianuro a sus amigas

Ya pisando San Telmo, está la pequeña (y afilada) Mafalda. Cerca del lugar donde vivía su creador Quino, la estatua de 80 centímetros está sentada en un banco en la esquina de Chile y Defensa. Creada por Pablo Irrgang, fue inaugurada con la presencia de Quino. La escultura de Mafalda ahora se encuentra acompañada por las figuras de Susanita y Manolito. Esta esquina se ha convertido en un destino popular para vecinos y turistas, marcando el inicio del Paseo de la Historieta, un recorrido que presenta otras esculturas de personajes como Isidoro Cañones, Matías, Don Fulgencio, Larguirucho, Super Hijitus y Clemente (por calle Balcarce y Av. Belgrano hasta Puerto Madero).

Para los amantes de los libros, a pocos metros está la Ex Sede de la Biblioteca Nacional (México 564), dirigida por Jorge Luis Borges de 1955 a 1973. El edificio, diseñado por el arquitecto italiano Carlos Morra en estilo Beaux-Arts, inicialmente estaba destinado para la Lotería Nacional pero fue cedido a la biblioteca antes de su finalización. Borges asumió como director después de perder la vista, una experiencia que inspiró su famoso “Poema de los dones”. En 1992, la Biblioteca Nacional se trasladó a su ubicación actual en Avenida del Libertador y Austria.

La librería en pie más antigua de la capital (¿y del mundo?) / Web

El break de la comida: La Puerto Rico (Alsina 416). Este restaurante fue fundado en 1887 por Gumersindo Cabedo y trasladado a su ubicación actual en Adolfo Alsina en 1925. La cafetería, declarada “Sitio de Interés Cultural” y “Bar Notable” por la Legislatura de la Ciudad (Perú 130 - que también puede visitarse de manera gratuita con reserva previa), ha mantenido su encanto con una fachada de granito negro y una decoración art decó. A lo largo de los años, ha sido frecuentado por destacadas figuras como Jorge Luis Borges, Victoria Ocampo y el Papa Francisco. Durante la pandemia del COVID-19, cerró temporalmente, pero reabrió en diciembre de 2022 con una renovación que incluye la restauración de elementos clásicos y una carta centrada en la gastronomía porteña de las décadas del setenta y ochenta. La cafetería ofrece café en grano, masas secas y medialunas, destacando su famoso sándwich de matambre. La reapertura ha conservado la esencia histórica y cultural de La Puerto Rico, donde la gente puede disfrutar del café con una excelente relación calidad-precio. La recomendación: empanadas fritas de carne cortada a cuchillo y sándwich de matambre arrollado.

El barrio cobija la librería, la plaza, la avenida y el café más antiguos de la ciudad

Volviendo sobre los pasos recorridos para cerrar el circuito, se encuentra la librería más antigua de la Ciudad de Buenos Aires (y, de acuerdo con una investigación europea, la librería en funcionamiento más antigua de todo el mundo), fue fundada en 1785. Inicialmente ubicada en el Virreinato del Río de la Plata, la Librería de Ávila (Alsina 500) se destacó por vender libros, hierbas medicinales y artículos para gauchos. Fue crucial durante la revolución de mayo de 1810 y se convirtió en la primera casa de la ciudad con el tiempo. Conocida como la “Librería del Colegio” después de la construcción del Colegio Nacional de Buenos Aires en frente, la librería experimentó una quiebra en el siglo XX.

En la década del 80, el librero Miguel Ávila compró la librería para salvarla de convertirse en un local de comida rápida. Con el respaldo del entonces monseñor Jorge Bergoglio, la librería fue rescatada.

Para terminar el recorrido, se recomienda explorar la Manzana de las Luces, hogar de la antigua Iglesia de San Ignacio. Las visitas guiadas gratuitas, de miércoles a viernes, de 16:30 a 20:00, sábados y domingos de 12:00 a 19:00. La visita guiada, miércoles a viernes a las 16:30 en el Patio de la Procuraduría (se suspende por lluvia), dura 45 minutos. Entrada libre y gratuita, sin turno previo. Modalidad de ingreso por orden de llegada (hasta agotar los 40 cupos).

El extra: con un pequeño desvío, se puede ir hasta el Palacio Barolo (Av. De Mayo 1370). Luis Barolo, visionario productor agropecuario, encargó al arquitecto Mario Palanti la construcción del Palacio en 1923. Inspirado por la “Divina Comedia” y temiendo la destrucción de Europa, Barolo buscaba preservar las cenizas de Dante Alighieri en este edificio de 22 pisos y 100 metros de altura, desafiando normas de la época. Tiene 1410 escalones de mármol, 9 ascensores y montacargas y una compleja arquitectura que fusiona estilos europeos y elementos rioplatenses.

La estructura incorpora simbolismos alquímicos, citas latinas y una cúpula inspirada en un templo hindú dedicado al amor. Hoy, el Palacio Barolo perdura como un monumento único, uniendo arquitectura, literatura y la visión audaz de su creador en el corazón de Buenos Aires. ¿La desventaja? Solo puede conocerse con visitas guiadas y el precio no es módico: comienzan desde $8,200 y llegan hasta $15,000 (para la visita nocturna o temáticas). Además, hay que tener presente que durante el recorrido se suben 14 pisos por ascensor y los últimos 8 pisos son obligatoriamente por escaleras, atravesando lugares estrechos.

Palacio Barolo y su homenaje a la Divina Comedia / EL DIA