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La Ciudad |INFORME ESPECIAL

El desastre del crecimiento horizontal

Cómo se profundizan los problemas con los servicios esenciales, desde salud hasta agua potable, cloacas, energía y transporte. Y las dificultades por el avance sobre zonas productivas

El desastre del crecimiento horizontal

Muchos Expertos sostienen que una vista aérea de la mancha urbana revela las virtudes y defectos de su avance / EL DIA

24 de Febrero de 2023 | 02:17
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El descontrolado crecimiento horizontal que viene teniendo la Ciudad, alejado de lo que recomiendan numerosos urbanistas de prestigio y de lo que se hace en los principales países del mundo al momento de planificar una urbanización, no hace más que profundizar numerosas problemáticas que, en definitiva, afectan a la calidad de vida de las personas.

En la búsqueda de alejarse de La Plata, vivir en zonas más tranquilas o de poder construir la casa propia en terrenos potencialmente más accesibles, entre otras tantas opciones, muchas personas toman la decisión de dar el paso. Pero, en contraparte, pasan a padecer una serie de dificultades que atentan contra el principio inicial de alcanzar cierto bienestar.

Además de considerar los casos en los que se realizan edificaciones en zonas inundables -muchas veces sin tener el debido conocimiento sobre esta característica del lugar- o próximas a asentamientos o barrios vulnerables, que presentan otra serie de problemáticas, la falta de alguno, y en numerosos casos de la mayoría de los servicios esenciales, vuelven el proyecto un verdadero trastorno.

Son repetidos los casos de zonas que no se encuentran próximas a centros de salud, que implican hacer un recorrido importante en auto o transporte hasta dar con alguno -con todo lo que ello implica ante emergencias-. Así como la ausencia de cloacas, agua potable y energía, o la carencia de una estructura urbana que contemple, por ejemplo, espacios públicos. Y de la mano con todo esto, los mayores costos de transporte público o privado -ya de por sí con numerosas falencias- para trasladarse hasta trabajos, escuelas y lugares donde trasciende la vida de grandes y chicos de la familia. Aún cuando lleguen las calles, caminos o autopistas, habrá que acostumbrarse a convivir más con el auto, en tránsito intenso y congestiones, como ya sucede en el casco.

Esta expansión horizontal de la Ciudad, entonces, desatendida por muchas administraciones, se vuelve un “boomerang” a medida que más vecinos se trasladan hacia esos puntos y empiezan a reclamar soluciones -difíciles de brindar con premura- a todas las cuestiones antes planteadas.

Perfil de una “supermanzana” con torres perimetrales y corazón verde

Es que resulta prácticamente imposible, con recursos públicos, llegar con electricidad, agua corriente, cloacas, gas natural, asfalto, servicios de educación y salud, transporte público, internet, televisión por cable, telefonía y otros servicios informáticos, a una ciudad que crece exponencialmente en cuatro direcciones.

QUÉ DICEN LOS ESPECIALISTAS

¿Cuál debería ser, según los expertos, el destino de la capital bonaerense? ¿Qué habría que promover o frenar? Como muchos de sus colegas, el arquitecto y docente Tomás Oscar García cree que una política de desarrollo urbano deseable y alcanzable en el tiempo, sería, en síntesis, mejorar la distribución de la población “en el casco histórico y equipar una periferia desdibujada y absurdamente extendida”.

“Cuando proyectó la Ciudad, Pedro Benoit pensó el casco urbano para albergar más de un millón de habitantes”, fundamenta “Wimpy” García: “Actualmente, casi un siglo y medio después de ese cálculo, la densidad de población está todavía muy por debajo de su capacidad, y la construcción está regulada por normas que quedaron obsoletas o hacen agua por sus contradicciones. Esto lleva a un perfil urbano caótico, lugares en que al lado de un edificio de diez o más niveles apenas se pueden levantar tres, o lotes donde los cálculos de metros cuadrados por habitante que se deben contemplar dan cifras que no existen ni en Suecia”.

El experimentado arquitecto admite que “hace mucho que no se hace buena arquitectura, en general, en La Plata”, y que “la especulación inmobiliaria y la ausencia de políticas activas de la Comuna para garantizar la calidad de lo que se construye, y del Estado para garantizar los servicios, puede llevarnos al equívoco de que la alta densidad atenta contra la calidad de vida. Porque a Benoit o Rocha no les iban a explotar las cloacas como a los funcionarios contemporáneos, se hubieran avivado antes”.

El desplazamiento del cordón frutihortícola, una de las preocupaciones de los planificadores urbanos

García, tal como otros urbanistas e investigadores, propone un esquema de manzanas con un perímetro exterior de edificios, cuya profundidad alcanzaría unos veinte metros desde la línea municipal, y un corazón amplio, de uso semi-público (o semi-privado), con cocheras y amplios espacios verdes, “luz natural y buena ventilación”, que podría llegar a tener ochenta metros de longitud por cara. Esta morfología podría conformarse paulatinamente, por módulos, a medida que los antiguos lotes que integraran esas manzanas se fueran liberando.

ACCESO EQUITATIVO A LO PÚBLICO

“Una buena planificación y una buena arquitectura ofrecen soluciones para todos en algún lugar, y en la medida de sus posibilidades. No quiere decir que todos van a tener lo mismo, sino que van a acceder a las bondades de lo público de manera equivalente”, ilustra García: “La calidad de vida depende de cómo sea la arquitectura urbana, y vivir en ciudades es un rasgo identitario de la raza humana. Habrá quien elija alejarse en busca de verde y espacio, con las molestias que eso acarrea, porque es imposible llegar con los servicios públicos y recursos del Estado a una ciudad que crece exponencialmente en todas direcciones, y habrá quien quieran vivir en un departamento de uno o dos ambientes, de buena factura y en el centro... Mucha gente está sin abastecer en ese sentido: matrimonios en la tercera edad, separados, estudiantes, jóvenes que se van a vivir solos, parejas sin hijos”.

 

“Contraponer altura versus expansión territorial es un reduccionismo”

Gustavo Cremaschi,
Director del Laboratorio de Tecnología y Gestión Habitacional

 

A la hora de promover cambios en la reglamentación vigente, Wimpy es radical y pide “llevar los coeficientes, alturas y niveles que se permiten en el microcentro a todo el Casco”, con lo que incluye los barrios en donde hoy se pueden erigir planta baja y dos pisos, y “particularmente” las zonas aledañas a la avenida de Circunvalación, “donde hay una densidad de 150 habitantes por hectárea como hace 120 años”. Cree incluso que “bajarían los precios de los inmuebles, de a poco”.

En el Colegio de Arquitectos bonaerense, Distrito 1 (CAPBA Uno) coinciden en el diagnóstico de García, a grandes rasgos, pero hacen hincapié en que antes de intervenir lo existente con nuevas regulaciones o proyectos, debe haber un plan. “La dualidad centro-periferia, casco-extensión lleva 200 años en todas las grandes urbes”, repasa el urbanista Horacio Morano: “La Plata tuvo la oportunidad de ser diferente por su concepción y su origen, pero lo hecho, hecho está. Al comienzo hubo una uniformidad vinculada con un plan, no con un código, cierta escala en ejes como el de los edificios históricos de diagonal 80, pero con el tiempo y la entrega de lotes unifamiliares a los primeros pobladores, se armó en el resto del ejido un ‘picadillo’ de casas bajas, muy dispar, que llevó a que la densificación fuera muy lenta. Los gobiernos siempre han ido atrás de los hechos, y en la periferia el desorden fue total. Tanto, que hoy tenemos familias que se toman un micro para ir a una plaza, una locura”.

 

“Es imposible llegar con los servicios públicos a una ciudad que crece en todas direcciones”

 

“En el casco hay una relación de veinte metros cuadrados de verde por habitante y un árbol cada tres”, interviene la arquitecta Karina Jensen: “En la periferia, la superficie verde por habitante es de apenas dos metros cuadrados y de los árboles, mejor ni hablemos; cualquier plan debería incluir el propósito y las herramientas para llevar la esencia de la ciudad fundacional hacia las afueras. Existen lotes vacantes, predios grandes e infraestructuras rodeadas de tierras eventualmente disponibles para esto”.

“La ‘ciudad del millón de habitantes’ en el casco fundacional es posible en tanto se entiendan los mecanismos adecuados, y tratemos de no reincidir en los errores del pasado como tantas veces. Existe una confusión en considerar que un código puede dar todas las respuestas, porque es una recopilación de indicadores pero no un plan”, acuerda Guillermo Moretto, titular de la entidad con sede en calle 10: “La plusvalía urbana, por caso, tiene que volver en obras, en mejoras y extensión de los servicios donde se necesite”.

Uno de los esquemas propuestos para potenciar el ejido histórico

“En primer lugar, no podemos seguir ‘comiéndonos’ territorio fértil del cinturón hortícola, con suelos de primera calidad”, advierte Morano, acerca de la expansión horizontal urbana platense en plan “macchia d’olio” -mancha de aceite-; “en cuanto al casco en sí mismo, está ausente la escala media; vemos la torre de 14 pisos al lado de la casa chorizo o la casa cajón. Con el uso de la forma amanzanada para implantar edificios perimetrales de una altura media, cuatro o cinco pisos, en torno a plazas internas amplias y forestadas, un modelo que no es frecuente ver en La Plata pero sí a nivel global, se podría densificar garantizando cierto nivel de calidad de vida”.

“Arrastramos demasiada inercia, parches, ponchazos y desaciertos en el aprovechamiento de los espacios”, agrega Morano: “Otro ejemplo de lo que pudo o podría ser son los edificios de la estación Villa Elisa, estupendos; bajás y tenés verde, estacionamiento para el auto, líneas de colectivos y el tren eléctrico, para ir donde quieras, incluyendo la capital federal, por razones laborales o de esparcimiento. ¿Por qué no podría fomentarse algo así en torno a las demás paradas de la línea?”.

UN SISTEMA DE TRANSPORTE EFICAZ Y DIVERSIFICADO

“Las grandes capitales requieren sistemas masivos de transporte público, y en el Gran La Plata, en cambio, hay un uso intensivo del auto, un poco promovido por algunas políticas, un poco arraigado en lo cultural, y otro poco por un mal servicio de colectivos”, explica la arquitecta Laura Aón, magister en Paisaje, Medio Ambiente y Ciudad: “Porque si bien hay un acostumbramiento a ciertas prácticas, si vos ofrecieras algo eficiente la gente lo va a preferir a dar mil vueltas en el coche para estacionar, y pagar ocho horas de estacionamiento medido”.

“Estructuralmente, la Ciudad está muy expandida, por arrebatos y con áreas intermedias vacantes; la Comuna debería enfocar el uso del territorio de otra manera, dejar de habilitar loteos en lugares remotos y zonas marginales del partido, y gestionar de manera continua el tejido urbano”, indica Aón, quien dirige el Observatorio de Movilidad del Gran La Plata: “Esto haría más eficiente la cobertura de un transporte que debe ser apuntalado con obras como mejoramiento vial, asfalto, iluminación, paradas -mucha gente espera el colectivo en la oscuridad y el barro-, y diversificado en su matriz”.

“Es un mundo complejo y para gestionar una ciudad de esta envergadura no se puede dejar todo en manos de los privados, porque el criterio urbanístico y territorial sería definido solamente por la rentabilidad, y es un poco lo que ha ocurrido cuando se ven tantas distorsiones y oportunidades desaprovechadas”, aborda el tema el arquitecto Gustavo Cremaschi, director del Laboratorio de Tecnología y Gestión Habitacional (LATEC) de la Universidad Nacional: “Es necesario el consenso entre varios actores, volver a tener autonomía de decisión y jerarquizar el papel de capitalidad. Con viajar un poco -y ni siquiera a otros países- te das cuenta de que las ciudades de esta escala tienen otra potencia”.

 

“Algunos usan las ideas de ’progreso’ para justificar medidas contra el espacio público”

 

VERDADERAS PRIORIDADES

“Contraponer altura versus expansión territorial es un reduccionismo”, sintetiza Cremaschi: “Pero para el municipio, donde corresponde desarrollar es donde no va a causar más problemas que los que ya tenés. Es indispensable establecer prioridades, porque la vivienda no es sólo un lote y un techo; es un servicio complejo, con educación, salud, trabajo, seguridad, transporte, servicios, espacio público, etcétera. Y para brindarlo es prioritario utilizar los sectores que ya tienen esos servicios y pensar viviendas ahí. El umbral debajo del que se hace muy difícil prestar los servicios es del orden de unos 600 habitantes por hectárea, y la densidad neta de población no debería bajar de esa cifra; ahora, lograr densidad sin perder ‘vecindad’ es un problema que debe ser consensuado con los pobladores y los especialistas”.

 

“No se hace buena arquitectura y eso puede llevar al equívoco de que, a mayor densidad, menor calidad de vida”

Tomás “Wimpy”,
García Arquitecto y docente

 

“Las ideas de ‘desarrollo’, ‘crecimiento’ y ’progreso’ de la Ciudad son usadas por algunos para justificar medidas que van contra el espacio público, el patrimonio y la calidad de vida de la gente, como el Código de Ordenamiento Urbano de 2010”, explica Angelina Muñoz Ojeda, abogada y doctoranda en Protección del Patrimonio: “En verdad, lo que persiguen es priorizar sus intereses económicos por sobre el bienestar general. Pretenden la densificación del centro para aprovechar la infraestructura instalada ante la escasa o nula ampliación de redes, y a la vez promueven una periferia cada vez más extensa; al final, obtenemos un ejido fundacional saturado y una periferia sin infraestructura alguna.

“Más allá de las buenas intenciones del municipio, en diferentes periodos, no es posible elaborar un plan estratégico con el trabajo de cinco o seis personas, por más comprometidas y capacitadas que estén, y en un lapso reducido. Creemos que hace falta invertir en planificación, y por eso proponemos la creación de un organismo específico, un Instituto de Planificación”, retoma desde el CAPBA 1 Guillermo Moretto: “En las ciudades que han logrado concretar mejoras y modernización, como Mendoza o Rosario, y otras en países vecinos, hay equipos técnicos que acumulan conocimiento, son de consulta permanente y trascienden el signo de las administraciones”.

“En definitiva, a la historia hay que respetarla, pero no hay que tener miedo de construirla”, cierra fiel a su estilo Tomás “Wimpy” García: “Cada presente también será historia”.

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