“La ruleta de la inseguridad”: ahora la desgracia se desató en Berisso

“Desafortunadas las víctimas de la inseguridad”. La frase no forma parte de un pasaje o discurso religioso. Es la realidad pura, dura, literal. Son las personas que sufren el embate de la delincuencia, las que tienen muy poca suerte y, si guardaban algo de valor, muchas veces fruto del esfuerzo y sacrificio de un trabajo o profesión, lo pierden en un santiamén.

Ahora le pasó a un comerciante de Berisso, cuyo domicilio se encuentra sobre la calle 171 Norte entre 2 y 3.

Según narró a la Policía, el lunes por la noche, cerca de las 20.30, se presentó en su vivienda y descubrió que alguien había pasado antes y no con buenas intenciones.

El hombre, de 31 años, contó que hizo una pequeña recorrida por el lugar y observó todas las dependencias revueltas.

También el faltante de un teléfono celular, una PlayStation 4, una pistola de aire comprimido, 150 mil pesos y 3.800 dólares que guardaba en su habitación, en el cajón de una mesita de luz.

Al parecer, los ladrones entraron por una ventana que da a la calle, previo desarmar un mosquitero.

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Lamentablemente, con el hecho consumado, se puede inferir que los vecinos no escucharon ruidos extraños ni vieron movimientos que les llamaran la atención.

Ahora habrá que ver si existen cámaras de seguridad en la zona que arrojen datos de interés para la investigación.

Personal de la comisaría de la jurisdicción ya está trabajando en el relevamiento de esos equipos, así como también intentará determinar si hubo testigos del ataque.

El botín, tomando el valor del billete norteamericano en su cotización libre o blue, fue de consideración. Cerca de los cuatro millones de pesos.

El hecho así guarda consonancia con una serie de episodios delictivos registrados en las últimas horas en La Plata, en los que distintos grupos de ladrones se alzaron con una fortuna.

Como se recordará, en una casa del barrio La Loma, de la calle 30 entre 43 y 44, una mujer de 72 años, acompañada por su marido, quedaron boquiabiertos cuando, regresaron de visitar al hijo y se toparon con la puerta principal de su inmueble destrozada.

Adentro de la finca el panorama era desolador, ya que todo lucía tirado. Fue en esa tarea de registro visual que tomaron nota de la desaparición de 80 mil pesos, de 30.000 dólares, de una notebook y de varias joyas de oro y plata.

En una panadería de 44 entre 222 y 223, en la localidad de Etcheverry, previo cortar la luz para inutilizar las cámaras, salvo una que graba a batería y que podría arrojar pruebas de importancia para la causa, sustrajeron 7.500.000 que estaban guardados en una oficina.

Además, no contentos con ese dinero, a la pasada cargaron una cafetera y una pava eléctrica.

En 62 entre 20 y 21, en tanto, un jubilado de 77 años denunció la desaparición de 3.000 dólares, algunas joyas de oro y tres relojes.

De acuerdo a su relato, el domingo por la noche, cuando llegó a la propiedad, notó un gran desorden, con cajones abiertos y ropa tirada por el suelo.

En 134 entre 39 y 40, una mujer de 63 años contó que llegó a su casa y percibió que todos los ambientes estaban revueltos. Clara señal del accionar delictivo.

Por algunas cámaras de vecinos, logró divisar a dos personas que entran y salen de su propiedad con un importante botín, que cargaron en un Toyota Etios de color blanco.

La víctima contabilizó la pérdida de una computadora de escritorio, con monitor e impresora, dos notebooks, una cámara de fotos, un masajeador de pistola, un TV de 55 pulgadas, documentación de su coche, joyas de oro y de plata, una raqueta de pádel, alrededor de 100 mil pesos y 1.300 dólares.