Citas, en crisis: los rebusques para salir de las aplicaciones y los problemas entre solteros

En el mundo de las citas, hay platenses que sienten que las aplicaciones para ligar como Tinder, Hapnn, Badoo y otras, no funcionan. Ante esto, en Facebook se gestaron distintos grupos como alternativa a estas plataformas para “matchear”. Si bien no es muy diferente ya que el hecho de conocerse con alguien se basa en un nexo digital, también en Telegram crece la cantidad de grupos para conectarse de un modo “más directo” y acceder al chat privado entre las personas.

Grupos como “Solteros y solteras La Plata”, “sólo encuentros casuales, La Plata”, “amistades y algo más La Plata”, “mujeres de La Plata solas”, “Chat de La Plata, Argentina: yo chateaba en La Plata Vive y Chat La Plata” agrupan a 10.639 usuarios de la Región en Facebook.

Por su parte, en Telegram, el acceso es diferente. Mientras en la aplicación anterior se buscan “amigos” y se los añade al perfil, en esta aplicación de mensajería se puede conectar mediante la ubicación y hay grupos de “solos y solas” dispersados por los barrios de La Plata que se conectan por cercanía.

En los mismos, generalmente se dan chats más masivos, con debates de distintos temas de la realidad y que interesan a los usuarios. Pero también hay quienes se pasan de la raya y publican fotos subidas de tono o mensajes hipersexuales o comentarios violentos o agraviantes. Sobre este punto juegan un rol fundamental los moderadores de los grupos, al silenciar, eliminar y bloquear a quienes incumplen las normas de respeto grupal.

Si bien esta práctica no es esencialmente diferente al “match” por las aplicaciones de citas, conserva patrones de las citas de antes donde las personas, generalmente mayores de 30 años, apelan al diálogo, a encontrarse sin dispositivos digitales aunque los utilizan para conectar y generar un primer intercambio donde puedan verse las “credenciales de las otras personas”, tal como argumenta Rubén, uno de los usuarios cuarentañeros que contestó a la consulta de este diario.

LAS VOCES

Está claro que los tiempos cambiaron y que cada vez menos personas se conocen solo personalmente sin antes generar un vínculo mediante algún tipo de red social. Pero, “en tiempos donde se apela a tener solo sexo y sin siquiera conocerse con el otro”, sumó Rubén, es necesario destacar a qué se apuesta mediante estas formas distintas de conectar en internet y encontrarse cara a cara.

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“Apunto a buscar personas para conocer en Facebook porque es más tranquilo, no me siento tan juzgado como en las aplicaciones y puedo encontrar gente de todas las edades”, aportó la primera fuente consultada. Sin embargo, Graciela acusó que “los hombres son muy guasos en internet y, a veces, se zarpan, pero como en Facebook generalmente están los familiares, no hay tanto espacio para hacer ‘macanas’ como sí sucede en las apps de citas”. La trabajadora de 54 años sumó que, “tras divorciarme, me aboqué a conocer gente solo por Facebook”. “Investigo todo el perfil de la persona, pero no me gusta la ‘cháchara’ y enseguida, si alguien me gusta, apunto a conocerlo en persona. Pero no todos se animan...”, cerró.

Por su lado, Francisco, un hombre jubilado de 62 años, contó que tras retirarse tempranamente de la actividad y por haber enviudado de joven, “encontré una salida al duelo conociendo gente en Facebook”. “Creo que es la forma más segura. Si bien puede haber estafas, hay perfiles que ofrecen más información que una cuenta de Tinder que me parece que es para los más pibes. Soy un tipo grande y busco mujeres para disfrutar de planes como si fuéramos una pareja, pero sin compromiso”, apuntó.

María Silva aprovecha la facilidad de Telegram. “Por la ubicación puedo conectarme con quien sea. Viajo mucho por el trabajo y conozco personas por ahí. En cada sitio al que voy hay grupos de citas o ‘solos y solas’ donde la gente se conecta para organizar salidas entre desconocidos y pasar un buen rato”, relató la treintañera.

ALGUNOS ESTUDIOS

En un mundo donde la tecnología se ha infiltrado en cada aspecto de nuestras vidas, desde cómo nos comunicamos hasta cómo encontramos el amor, es fácil perder de vista la esencia misma de las relaciones humanas: la conexión genuina y la emoción del encuentro cara a cara. Sin embargo, en medio del maremágnum de aplicaciones de citas y deslizar el dedo hacia la derecha, hay un renacimiento silencioso pero poderoso ocurriendo: el resurgimiento de las citas en persona.

Las citas por Facebook o Telegram tienen una lógica diferente al match por las apps

Según la CNN, el agotamiento y la desilusión con las aplicaciones de citas han llevado a un número creciente de solteros a buscar alternativas más tradicionales para encontrar el amor. Las citas rápidas, los encuentros de solteros y una variedad de eventos sociales han surgido como oasis en un desierto digital, ofreciendo a los corazones solitarios la oportunidad de salir de detrás de sus pantallas y sumergirse en la atmósfera eléctrica de la interacción humana real.

Este movimiento no es solo una reacción al cansancio de las aplicaciones de citas, sino también una respuesta a un anhelo profundo de conexión significativa. Los eventos de citas en persona no son simplemente reuniones sociales; son experiencias que recuerdan a los solteros la importancia de la autenticidad y la espontaneidad en el proceso de encontrar el amor. Desde las risas compartidas durante una noche de juegos hasta los nervios emocionantes de una cita a ciegas, cada interacción ofrece la promesa de un encuentro único y memorable.

El crecimiento explosivo de esta tendencia es innegable. Según datos de Eventbrite, la asistencia a eventos de citas ha experimentado un aumento fenomenal del 42% en 2023 en comparación con el año anterior a la pandemia. Esta cifra eclipsa incluso los niveles de participación anteriores a la pandemia, señalando un cambio tectónico en las preferencias de los solteros modernos.

Pero este cambio va más allá de simples estadísticas; representa una reconexión con nuestras raíces sociales y un reconocimiento de la importancia de la presencia física en un mundo cada vez más virtual. Los eventos de citas en persona están llenando un vacío que las aplicaciones de citas no pueden satisfacer completamente: la necesidad humana fundamental de conexión cara a cara.

Y mientras las aplicaciones de citas continúan desempeñando un papel importante en el panorama del amor moderno, también están experimentando su propia evolución. Empresas como Match Group y Bumble están buscando formas de integrar más eventos en persona y actividades fuera de línea en sus plataformas, reconociendo el valor de la autenticidad y la conexión genuina.

El resurgimiento de las citas en persona no es simplemente una moda pasajera, sino un movimiento cultural que está redefiniendo la forma en que buscamos el amor en la era digital. A medida que los solteros se aventuran fuera de sus pantallas y se sumergen en el mundo emocionante y vibrante de las citas en persona, están redescubriendo la alegría y la emoción de hacer conexiones reales en un mundo cada vez más digitalizado.

Las personas más adultas aprovechan las ventajas de conocerse. También los jóvenes

A NIVEL INTERNACIONAL

En la era de la digitalización, donde las relaciones y los encuentros amorosos están cada vez más mediados por la tecnología, una tendencia significativa está emergiendo entre los jóvenes argentinos: el rechazo progresivo hacia las aplicaciones de citas. Este cambio de actitud, según NYTimes, que desafía la hegemonía de las plataformas virtuales en la búsqueda del amor, refleja un deseo creciente entre la Generación Z y los solteros argentinos de establecer conexiones más auténticas y profundas en el mundo real.

El fenómeno se evidencia a través de diversos testimonios recopilados, como el de Alexa Valavicius, una maestra de séptimo grado radicada en Chicago, quien decidió abandonar Hinge y Bumble en 2021 al darse cuenta de la dificultad para captar la verdadera esencia de las personas a través de perfiles digitales. Esta falta de autenticidad y la sensación de que las interacciones en las aplicaciones eran más transaccionales que genuinas, llevó a Valavicius a cuestionar la eficacia de encontrar el amor a través de una pantalla.

No es solo en Argentina donde se observa este desencanto. Grandes empresas de aplicaciones de citas como Match Group y Bumble también están experimentando un estancamiento en su crecimiento y han tenido que tomar medidas como la reducción de personal. Esto refleja una desconexión cada vez mayor entre estas plataformas y su base de usuarios, especialmente entre los jóvenes argentinos, quienes buscan alternativas más auténticas y significativas para conectarse.

Cada vez más personas buscan alternativas para conocerse fuera de las apps de citas, aunque dentro del universo digital / Freepik

Travis Chen, un ejecutivo de cuentas de tecnología en Seattle, comparte su experiencia de haberse aburrido de las aplicaciones de citas debido a la falta de honestidad y la presión por mantener una imagen perfecta. Este sentimiento de desilusión se ve exacerbado por la pandemia, que ha obligado a las personas a depender aún más de la tecnología para socializar, dejando a muchos jóvenes argentinos anhelando conexiones cara a cara más genuinas.

Sin embargo, este cambio no implica un rechazo total de las aplicaciones de citas. Clay Lute, un comerciante de moda en Queens, Nueva York, ilustra cómo algunos jóvenes argentinos aún ven valor en estas plataformas, pero buscan un equilibrio entre lo virtual y lo real. Para Lute, el verano ofrece una oportunidad para darle otra oportunidad a las aplicaciones de citas, pero si no hay resultados satisfactorios, está dispuesto a retirarse nuevamente y buscar conexiones más auténticas en la vida cotidiana.

En última instancia, este cambio de paradigma refleja un deseo universal de conexiones auténticas y significativas en un mundo cada vez más digitalizado. Los jóvenes argentinos están liderando esta revolución en la búsqueda del amor, desafiando las normas establecidas por las aplicaciones de citas y abriendo un nuevo capítulo donde la autenticidad y la conexión humana son los valores más preciados. Es un retorno a las raíces más simples y humanas de la búsqueda del amor, donde las interacciones cara a cara superan a las digitales, y donde la verdadera esencia de una persona no se puede reducir a un simple perfil en línea.