Grand Bell: cuatro meses atrás, la casa de Gustavo Barros Schelotto fue saqueada

El 17 de octubre del año pasado, el country Grand Bell ya había sufrido un hecho de inseguridad; dos casas, una de ellas donde reside Gustavo Barros Schelotto (42), ayudante de campo de su hermano Guillermo en la dirección técnica del Club Atlético Lanús, fue saqueada.

La otra finca atacada pertenece a un consultor de empresas que, al menos hasta anoche y de acuerdo a la información policial, no se había presentado en la comisaría Decimocuarta para radicar la denuncia.No obstante, trascendió que le robaron lo mismo que al ex jugador de Gimnasia: plata y alhajas. Ninguna de las víctimas estaba presente al momento de los escruches, como se designa en la jerga a los robos en ausencia de los dueños.

Nadie tiene certeza de la hora en que ocurrieron los hechos, pero calculan que fue entre las 18.40 y las 20 del viernes. Lo descubrió la esposa de Gustavo, Mercedes, cuando cerca de la medianoche regresó de un cumpleaños con sus pequeños hijos y advirtió que la puerta de la cocina, situada en la parte trasera de la vivienda, estaba destrozada.

Aunque las luces estaban apagadas, la mujer temió que los intrusos todavía estuvieran dentro, por lo que antes de ingresar avisó a la guardia. Recién entonces los custodios detectaron que no sólo la finca de Gustavo había sido blanco de un delito. Idéntica suerte corrió la de un vecino, situada a unos 300 metros de la de Gustavo, donde los delincuentes se colaron utilizando el mismo método.

“También rompieron la puerta del fondo y se metieron aprovechando que no había nadie”, confirmó un jefe policial. El propietario es un consultor de empresas que el viernes había salido con su familia. No fue identificado por las fuentes.

Lo primero que notó la esposa de Barros Schelotto al entrar en su casa fue el enorme desorden que dejaron los intrusos. Según contaron allegados a la familia, revolvieron las piezas de los niños y la del matrimonio, además de otros ambientes donde podían encontrar dinero y joyas. Despreciaron camisetas y elementos de electrónica, que dejaron tirados. En efectivo se llevaron alrededor de 10 mil pesos y “unas alhajitas, sobre todo de las nenas, porque en la casa no hay cosas de valor ni grandes sumas”, agregaron los mismos voceros.

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Poco después llegó a la escena Gustavo -que estaba concentrado por el partido que Lanús disputó ayer con Vélez -, los policías de la comisaría Decimocuarta y los peritos de la Policía Científica, que revisaron la propiedad hasta las 5 de la mañana, en busca de rastros que no encontraron.

Por este detalle deducen algunos vecinos que fue obra de “profesionales”, mientras que no son pocos los que están convencidos de que “si los ladrones no son del country, debieron actuar con el apoyo de alguien que sí lo es”.

Las víctimas suponen que los delincuentes actuaron después de las 18.30 -porque esa fue la hora en que se retiró de la casa la empleada doméstica de Barros Schelotto-, y antes de que cayera el sol, porque no encendieron las luces.

También descartan la participación de albañiles y otros trabajadores del predio, ya que se retiran a las 18. “Sabían que las casas estaban vacías”, estimó otro allegado a las víctimas, quien remarcó el malestar de éstas por “el modo en que los responsables del country intentan ocultar lo sucedido o quitarle entidad a las denuncias, que en los últimos años han sido muchas”.

Gustavo y su esposa viven en el Grand Bell desde que se casaron, en 2004 y no planean mudarse, porque “en todos lados es igual”, deslizó un familiar.