Malos negocios a la hora de traer jugadores

Con la misma plata que Estudiantes, otros clubes sumaron goles y mucha calidad.
La definición de refuerzo en el "Real Diccionario del Fútbol Argentino" (si es que por casualidad existe) rezaría en sus líneas: "Es aquel jugador que llega a una institución para jerarquizar el rendimiento del equipo". La temporada para Estudiantes está llegando a un final nada deseable para sus fieles seguidores y aquellas promesas de buen fútbol y pelea por los primeros puestos han quedado en el olvido. Esta ya añeja ilusión se alimentó supuestamente con la llegada de algunos refuerzos (en definitiva, léase incorporaciones) que a la vista de los resultados poco y nada ofrecieron para el bien de la institución albirroja. Y no estamos hablando solamente de los tres últimos (Ojeda, Osorio y Casartelli) sino de los nuevos que se han sumado al plantel el año pasado y otros anteriores.
Para este (mal) gasto, los directivos han tenido que remover las arcas del club desembolsando un dinero nada despreciable que ahora seguramente deberán estar lamentando. Un millón de dólares, aproximadamente, fue lo invertido globalmente para sumar al plantel albirrojo a Christian Guaymas, Nelson Agoglia, Marcelo Ojeda, Carlos Casartelli y Alejandro Osorio, cinco de las seis incorporaciones (el último fue Pablo Cantero, de fugaz paso) de la temporada 1999-2000.
Una mirada retrospectiva permite concluir sin ningún lugar a dudas que, salvo el caso de Agoglia exclusivamente por los goles que aportó-, no cumplieron con aquella "definición" del Real Diccionario del Fútbol Argentino. Algún alto dirigente albirrojo en su momento -comienzos de este año- esgrimió que la tardanza en la llegada de refuerzos se debía a que no se quería traer más de lo mismo. Pero pese a quien le pese, los jugadores que desembarcaron de la mano de Francisco Ferraro si no fracasaron, por ahora le pegan en el palo.
El caso que hoy por hoy está en boca de todos, sin dudas, es el de Marcelo Ojeda. Estudiantes, por los seis meses de préstamo, presupuestó invertir 160 mil dólares, aunque sólo gastó 50 mil hasta el momento y habrá que ver si el resto al menos quedan en Tesorería ante la polémica decisión del arquero de rescindir contrato. Mucho se dijo y cuestionó -en aquel momento- si era innecesario incorporar a un guardavallas "de alto cachet" cuando el club contaba con Nicolás Tauber, un juvenil surgido de su propia cantera y al que solo le bastaba un suplente de buen nivel como respaldo.
Pero el arquetipo de una negociación sin sentido fue la contratación del marcador de punta izquierdo Christian Guaymas (225 mil $ por el cincuenta por ciento del pase y casi se va Gonzalo Pavone a préstamo a Quilmes). Proveniente de Quilmes, nunca tuvo la oportunidad de vestir la casaca titular, no hubiera solucionado (por su posición en la cancha) de todos modos ningún problema crónico en el funcionamiento del equipo y por si fuera poco ya se habla de que es de los primeros al que quieren "darle salida" cuando termine la temporada, devolviéndolo a Quilmes.
Entre ambos se suma casi 300.000 dólares, un dinero con el que Colón -por ejemplo- se reforzó con un delantero como el Pampa Biaggio, con poca cuerda pero campeón con San Lorenzo y con hambre de seguir aportando goles.

¿Una buena elección?
No estaría mal revisar las carpetas con los apellidos de los probables refuerzos que se tiraron sobre la mesa a principios de año. Uno de ellos fue el uruguayo Josemir Lujambio, que suma 12 goles en lo que va de la actual temporada. Es cierto que hubo gestiones albirrojas por él y si no hubo acuerdo fue porque los directivos evaluaron que era muy caro traerlo. Pero el Pincha peca hoy de falta de contundencia y esos 700 mil dólares que costaba a lo mejor se recuperaban con la cotización del jugador o bien una mejor campaña que siempre aporta mayores recursos y además cotiza a todo el plantel. Para ocupar la plaza de atacante, llegó Carlos Casartelli, que si bien ha aportado dos tantos Estudiantes lo tendrá que devolver a mitad de año (a no ser que desembolse 1.100.000 por el 50%).
Otros delanteros que se rumorearon hoy la rompen en sus equipos. Más precisamente en Colón de Santa Fe. Claudio Enría y Esteban Fuertes forman una dupla letal en el conjunto dirigido por Osvaldo Piazza. Entre los dos hicieron diez goles en el actual Clausura.

Un ejemplo a imitar el del elenco santafesino, porque de yapa también se abrochó al "botija" Javier Delgado (600 mil por el 80 por ciento del pase), un ignoto volante ofensivo que muchos dividendos -goles de tiro libre y una pegada formidable- le está dando al Sabalero. Vale recordar que la entidad albirroja merodeó por todos lados hasta conseguir el ansiado carrilero izquierdo, recayendo tal "privilegio" en el chileno Alejandro Osorio. Treinta y cinco mil pesos por los 6 meses, y aunque tenga pinta de un gran proyecto, es evidente que le faltaba adaptación al fútbol argentino. Por eso por ahora su aporte al equipo titular fue escaso.
Un futuro distinto
"Hicimos un mal negocio", reconoció en las últimas horas el presidente Guillermo Cicchetti en relación al portazo que dio Ojeda. Varios son los comentarios que en la sede de calle 54 se escuchan a favor de un cambio de política con respecto a la adquisición de jugadores. "Que sean buenos" ruegan los hinchas, que esperan que para el próximo destino los dirigentes hayan aprendido la lección.