La hija del juez habría sido asesinada porque "estorbaba"


MELINCUE.- El juez penal de Melincué, Carlos Risso, dijo ayer que Natalia Fraticelli, la hija de su colega rufinense, "era aparentemente un estorbo para su familia" y todo indica que ese habría sido el desencadenante de un presunto filicidio.

Con el correr de las horas, el titular de la causa fue ratificando sus sospechas: que el juez rufinense Carlos Fraticelli estaría tan o más implicado en el episodio que su esposa, Graciela Dieser, de 39 años, detenida el miércoles último, según dijeron fuentes judiciales.
"Hay elementos verdaderamente sospechosos en su contra", aseguró Risso en la puerta de los tribunales de Melincué, ciudad distante a 180 kilómetros de Rufino.
Para los investigadores, el desencadenante del homicidio habría sido una discusión o situación poco clara, con ribetes sexuales, entre la pareja Fraticelli, que pudo haber sido presenciada por su hija días antes de que fuera estrangulada cuando estaba, según la autopsia, completamente dormida en su cama.
Natalia, quien el próximo 2 de junio hubiera cumplido 16 años, padecía dificultades mentales aparentemente por una meningitis que sufrió años atrás y su carácter era cambiante, a veces rebelde y contestatario.
Según fuentes muy vinculadas a la investigación, en los últimos tiempos la víctima y su madre habían comenzado a tener una relación "muy tensa" que se había empeorado los días previos al homicidio.
Por eso los pesquisas no descartan que Natalia se haya enfrentado a sus padres por algo que vio o escuchó y no le gustó, o que, en su inocencia, haya dejado entrever a personas ajenas al núcleo familiar lo que ocurría puertas para adentro de su casa.
Precisamente para determinar cómo era la situación familiar de la víctima, el juez Risso dedicó toda la jornada a escuchar testimonios de allegados a matrimonio Fraticelli, que podrían aclararle el panorama.
El titular de la investigación manifestó ayer que "todo indica que fueron los padres", aunque, agregó que habría implicadas además una o dos personas ajenas a la familia, que pudieron haber estado en la casa de los Fraticelli cuando Natalia fue asesinada cerca de las cuatro de la madrugada del 21 de mayo último.
Las fuentes informaron que Risso evalúa "seriamente" la posibilidad de imputar en las próximas horas a una tercera persona, por lo que no se descarta una inminente detención.
Respecto a la autoría del homicidio, el magistrado dijo que fue "alguien con mucha fuerza en sus manos". Con esa apreciación, Risso dejó abierta la posibilidad de que la persona que estranguló a Natalia haya sido su padre o bien su madre presa de un estado emocional desequilibrado.
Ayer llegó al despacho del magistrado un acta en la que Fraticelli, quien desde hace varios días permanece internado en una clínica de Rufino por un presunto intento de suicidio, solicitaba ampliar la declaración testimonial que prestó la semana pasada ante la policía rufinense.
Fuentes allegadas a la causa confirmaron que Risso se negó a llevar a cabo tal diligencia, ya que quiere tener su primer contacto con el imputado, de 47 años, recién cuando pueda indagarlo.
Para ello, aguarda que la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe decida si lo suspende o impulsa un jury para destituir a Fraticelli, tras lo cual podrá interrogarlo como imputado en la causa.
Según los informantes, al pedir declarar Fraticelli habría intentado poner en marcha una estrategia defensiva aparentemente basada en acusar por el crimen a su mujer y a kinesiólogo de Rufino, Edgardo Martín.
El magistrado admitió ayer que ya tiene "una idea formada" de lo que ocurrió hace casi 10 días en la casa de San Juan 340 y dijo que "para nada" descarta de la investigación al profesional, mencionado en el marco de la pesquisa como un amigo que mantenía una relación poco clara con el juez rufinense y su esposa.
Durante la jornada, se especuló con la posibilidad de que el juez de Rufino sea trasladado a otro centro asistencial, aunque el propio Fraticelli se negó a dejar la clínica Santa Fe, donde continúa internado pese a que, según fuentes médicas, está recuperado de la aparente autolesión que sufrió un día después de que su hija apareciera muerta.
"Si fue realmente un intento de suicidio no quedan dudas de que lo hizo apremiado por la situación", dijo el juez Risso al ser consultado por los motivos que originaron el episodio que derivó en la internación de su colega.
Y para interiorizarse sobre el estado de salud del imputado, el magistrado de Melincué ordenó ayer que un médico judicial de Venado Tuerto se acerque al centro asistencial.
Si bien la investigación del crimen de Natalia se reafirma día a día en la pista familiar, aún quedan muchos interrogantes en la causa, especialmente los relacionados con la vida matrimonial de los Fraticelli, de la que no quedarían afuera historias de infidelidades, triángulos amorosos y episodios difusos.
Además, falta aún establecer qué es lo que Natalia no debió presenciar o escuchar y que podría ser el desencadenante de su asesinato.
El juez se mostró muy interesado además en ahondar en la relación del matrimonio con sus hijos Natalia y Franco, de 17 años, éste último adoptivo, por lo que citó a varios familiares de los imputados que viven en la ciudad de Rafaela.
Entre ellos, y por iniciativa propia, declaró una tía de la víctima, a quien el magistrado le pidió que relate los detalles que conocía de la pareja Fraticelli, las circunstancias en la que ésta decidió adoptar un hijo y cómo fue la presunta meningitis de Natalia.
El juez admitió que analiza los informes médicos realizados a Natalia cuando padeció la enfermedad.
Según deslizó ayer el propio Risso, el matrimonio Fraticelli se preocupaban por mostrar una imagen familiar que en nada se compadecía con lo que pasaba en la casa puertas adentro.
"Aparentemente la nena era un estorbo en las relaciones personales del matrimonio", expresó el juez, quien aclaró que la perturbación familiar no es sólo una apreciación suya sino también de allegados a los ahora imputados.
Para el juez de Melincué es imprescindible determinar qué pasó en la vivienda de su colega en las horas que transcurrieron entre que Natalia fue asesinada y llegó la policía, ya que, explicó, "todo parecería indicar que se preparó la escena del crimen".
Por ese motivo, Risso escuchó atentamente los testimonios de policías que llegaron a la casa del juez cuando Natalia ya estaba muerta y al médico Hugo Costa, una de las primeras personas en llegar a la casa a pedido de Fraticelli antes que los instructores.

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