Los Yoma, su familia política, le trajeron muchos dolores de cabeza a Carlos Menem.
Cabe recordar el Swiftgate -un presunto pedido de coimas- o el caso de "Narcolavado" que estalló en España e involucró a la hermana menor, Amira, en esos momentos secretaria presidencial.
| 8 de Abril de 2001 | 00:00

Sin embargo, dicen que Emir Yoma tiene el honor de ser el más apreciado por el ex presidente, que lo tuvo en su primer año de gobierno como asesor. Pero la carrera política del hoy detenido por la causa de las armas, se acabó muy pronto. Menem lo tuvo que sacar de su lado en agosto del '92 ante la sospecha -una denuncia que nunca prosperó- de haber pedido una coima a la empresa norteamericana Swift para importar maquinarias.
La queja del país del Norte la hizo el ex embajador Terence Todman, luego apodado el "Virrey", aunque no deterioró las relaciones con el gobierno de Bush, padre del actual mandatario estadounidense.
De todos modos, ya Estados Unidos no miraba con buenos ojos a Emir por su posible intervención en una venta de treinta toneladas de uranio a Irán. Además, la figura del ex cuñado presidencial también apareció vinculada a los negocios que poseía en Argentina el traficante de armas Monzer Al Kassar.
"Yo conozco a la familia política de mi mujer desde siempre, familia de gente trabajadora... nunca estuvo involucrada en procesos ni en cosas raras", afirmó Menem cuando salió a defender a los dos hermanos -Amira y Emir- de su ex esposa, en medio de los escándalos durante su primeros años de gobierno.
Meses antes de esa denuncia por presuntos sobornos, este riojano con ascendencia árabe y de 52 años, tuvo que desmentir una versión según la cual habría pedido a una firma suiza un 20 por ciento para cerrar un contrato con la Casa de la Moneda para provisión de tintas.
En el poder -pese a su alejamiento de la Rosada no dejó de estar nunca cerca de Menem- formó la llamada "minicarpa" junto a los secretarios privados Miguel Angel Vico y Ramón Hernández. En el Gobierno tuvo a su más acérrimo enemigo en el ex vicepresidente de la Nación, Eduardo Duhalde.
Emir Fuad Yoma, en tanto, fue quien más directamente intervino en el conflicto matrimonial de Carlos Menem con Zulema, aunque nunca tuvo éxito de recomponer la relación. Ni siquiera después de la muerte de Junior.
"Somos amigos, además del parentesco", dijo Emir Yoma varias veces. Esa relación fue ratificada también por el propio Menem, cuando enfatizó: "Pase lo que pase, Emir siempre será mi amigo. Siempre estará a mi lado".
En los últimos tiempos, los números les daban en rojo a los Yoma -dueños de una importante curtiembre en La Rioja, que en la actualidad estaría atravesando una severa crisis financiera-, a pesar que el grupo empresario se benefició con créditos de bancos oficiales y subsidios excepcionales durante el gobierno anterior.
Además, una ex secretaria de Emir Yoma y Ramón Hernández, Lourdes Di Natale, denunció a finales de la gestión menemista la existencia de una presunta red de corrupción, en la que involucró también al ex jefe de Estado.
La queja del país del Norte la hizo el ex embajador Terence Todman, luego apodado el "Virrey", aunque no deterioró las relaciones con el gobierno de Bush, padre del actual mandatario estadounidense.
De todos modos, ya Estados Unidos no miraba con buenos ojos a Emir por su posible intervención en una venta de treinta toneladas de uranio a Irán. Además, la figura del ex cuñado presidencial también apareció vinculada a los negocios que poseía en Argentina el traficante de armas Monzer Al Kassar.
"Yo conozco a la familia política de mi mujer desde siempre, familia de gente trabajadora... nunca estuvo involucrada en procesos ni en cosas raras", afirmó Menem cuando salió a defender a los dos hermanos -Amira y Emir- de su ex esposa, en medio de los escándalos durante su primeros años de gobierno.
Meses antes de esa denuncia por presuntos sobornos, este riojano con ascendencia árabe y de 52 años, tuvo que desmentir una versión según la cual habría pedido a una firma suiza un 20 por ciento para cerrar un contrato con la Casa de la Moneda para provisión de tintas.
En el poder -pese a su alejamiento de la Rosada no dejó de estar nunca cerca de Menem- formó la llamada "minicarpa" junto a los secretarios privados Miguel Angel Vico y Ramón Hernández. En el Gobierno tuvo a su más acérrimo enemigo en el ex vicepresidente de la Nación, Eduardo Duhalde.
Emir Fuad Yoma, en tanto, fue quien más directamente intervino en el conflicto matrimonial de Carlos Menem con Zulema, aunque nunca tuvo éxito de recomponer la relación. Ni siquiera después de la muerte de Junior.
"Somos amigos, además del parentesco", dijo Emir Yoma varias veces. Esa relación fue ratificada también por el propio Menem, cuando enfatizó: "Pase lo que pase, Emir siempre será mi amigo. Siempre estará a mi lado".
En los últimos tiempos, los números les daban en rojo a los Yoma -dueños de una importante curtiembre en La Rioja, que en la actualidad estaría atravesando una severa crisis financiera-, a pesar que el grupo empresario se benefició con créditos de bancos oficiales y subsidios excepcionales durante el gobierno anterior.
Además, una ex secretaria de Emir Yoma y Ramón Hernández, Lourdes Di Natale, denunció a finales de la gestión menemista la existencia de una presunta red de corrupción, en la que involucró también al ex jefe de Estado.
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