La vida en La Plata en los años previos a la fundación
Un equipo de investigadores del Departamento Científico de Arqueología de la UNLP está desarrollando un trabajo arqueológico en el Bosque que permitirá descubrir cómo era la Ciudad hacia 1850.
| 3 de Agosto de 2001 | 00:00

¿Cómo era La Plata 30 años antes de su fundación?; ¿era efectivamente un inhabitado desierto ubicado en las lomas de la Ensenada como refleja la historia?
La licenciada en Antropología Ana Igareta (25), actual becaria de la UNLP, se lo preguntó miles de veces. Y para encontrar respuestas, comenzó a coordinar y desarrollar en febrero de este año un proyecto al que se llamó "Arqueología Histórica en el Bosque", con el aval y la colaboración del Centro de Arqueología Urbana de la UBA -que dirige el doctor Daniel Schavelzon- y del Departamento Científico de Arqueología del Museo de Ciencias Naturales de la UNLP, cuyo jefe es el doctor Rodolfo Raffino, junto a un equipo de trabajo que integran seis investigadores de campo y otros dos itinerantes. Y a poco más de cuatro meses de trabajo, los investigadores locales ya tienen algunas respuestas.
"Estamos estudiando los orígenes de la ciudad de La Plata en el período 1850-1880, es decir previo a la fundación -señaló a EL DIA la licenciada Igareta- y ya reunimos suficiente material como para afirmar que toda la región, y en particular la zona del actual Bosque, era un lugar bastante habitado, por lo que no es correcta la creencia de que La Plata se levantó sobre la nada".
Para iniciar las tareas de campo en pleno corazón del Bosque platense, el equipo arqueológico presentó su proyecto y el correspondiente pedido de autorización en la Municipalidad en el mes de mayo. Y por tratarse el sitio arqueológico investigado de un área urbana protegida, actualmente habitada y transitada, se utilizó como herramienta de prospección no intrusiva un detector de metales "mediante el cual se pudo obtener información sobre el trazado de cañerías antiguas y demás estructuras enterradas en profundidad", mientras que para los próximos meses está proyectado realizar "una excavación sistemática en parte de la superficie del sitio, con el objeto de completar el trabajo de campo de la investigación y recuperar cualquier tipo de vestigio material que fuera significativo para el relato de los orígenes de la Ciudad".
LA ESTANCIA IRAOLA
"La investigación histórica -señaló Igareta- la iniciamos en febrero de este año y la estrictamente arqueológica en el mes de mayo. El interés del proyecto se centró específicamente en la historia y la vida material de los habitantes de la Estancia Iraola, un imponente edificio que fue construido entre los años 1854 y 1857, ubicado en frente de la actual cancha de Gimnasia, de cara al Río, y que fue expropiada en 1882 por el gobierno de Dardo Rocha y demolida en la primera década del siglo XX, sin que quedaran constancias históricas de ese hecho ni rastros de su arquitectura".
La primera etapa del trabajo de los investigadores de la UNLP, consistió en un rastreo bibliográfico orientado hacia la búsqueda de información referida a la vida de la familia Iraola y a los hechos relacionados con su instalación en la región, la construcción del casco de la estancia, la creación del Bosque y la suerte corrida por la propiedad durante la fundación de la nueva capital.
"La casa tenía 11 habitaciones -cuentan los investigadores, entre los que se encuentran Marco Giovanetti, Nicolás Gonzalez Benegas, María Teresa Iglesias, Verónica Lema y Daniel Digiano- dos comedores y un mirador hacia el Río, en una extensión de 71 metros de frente por 35 de fondo. Era sin dudas una construcción muy sólida. Y si bien en esa época había otros cascos más lujosos, éste era un hábitat muy cómodo".
"Allí -agregaron- vivía José Gerónimo Iraola, su esposa y su hijo Martín, que fue quien, entre 1857 y 1871, plantó el Bosque con semillas traídas desde Australia por Sarmiento. Martín Iraola falleció en el año 1877, y la casa fue heredada por su mujer Francisca Ocampo, a quien se la expropiaron en el año 1882 en una muy importante suma de dinero, incluido el Bosque, por el que se pagó por cada uno de los árboles plantados, que en total eran 99.000".
"Estamos investigando también cómo los Iraola obtuvieron ese predio -destacó la licenciada Igareta- y quienes fueron sus propietarios anteriores, que se remontan según consta en documentos hasta Juan de Garay, y entre los que también se consigna a las familias Lopez Osornio y Roxas Acevedo".
Desplegado el trabajo de campo, los investigadores platenses encontraron en poco tiempo más de lo esperado. "Debajo de una capa de pasto de no más de 10 centímetros de altura -señalaron- ubicamos una llave entera de hierro oxidado que data del año 1860. Y casi en la superficie, también extraímos clavos y herrajes de la misma época, restos de vajilla como platos, tinajas, tazas, ollas, cuchillos de campo, cañerías y herraduras de caballo, todo correspondiente al período 1820-1910".
Como información complementaria de la propiedad, los arqueólogos locales relatan que "el día de la inauguración de La Plata el fundador Dardo Rocha durmió allí, y también funcionó luego en ese edificio el Telégrafo, la Policía y el Juzgado de Paz. Sin embargo, no existe ningún rastro de su demolición, un hecho aparentemente incomprensible al igual que la destrucción del Arco del Bosque, que se construyó en 1884 y que fue demolido pocos años después".
"De los materiales hallados, entre ellos muchos restos de loza inglesa -destacó la licenciada Igareta- se infiere que pertenecieron a gente rica, aunque también es objeto de la investigación determinar cómo era la vida del resto de la población. Comprobamos que ésta zona era un área rural, que en el mismo Bosque había otras construcciones y puestos, y que había una cantidad importante de vecinos en toda la zona. Los trabajos de campo proseguirán por lo menos hasta fin de año, y procesar toda la información obtenida nos demandará un año más, luego de lo cual el trabajo se expondrá y difundirá a través del Museo. La idea que predominó durante muchos años, es que La Plata fue levantada prácticamente de la nada, y lo importante de este trabajo es que nos permite descubrir que no fue así, y que La Plata era una región habitada aún antes de su fundación".
La licenciada en Antropología Ana Igareta (25), actual becaria de la UNLP, se lo preguntó miles de veces. Y para encontrar respuestas, comenzó a coordinar y desarrollar en febrero de este año un proyecto al que se llamó "Arqueología Histórica en el Bosque", con el aval y la colaboración del Centro de Arqueología Urbana de la UBA -que dirige el doctor Daniel Schavelzon- y del Departamento Científico de Arqueología del Museo de Ciencias Naturales de la UNLP, cuyo jefe es el doctor Rodolfo Raffino, junto a un equipo de trabajo que integran seis investigadores de campo y otros dos itinerantes. Y a poco más de cuatro meses de trabajo, los investigadores locales ya tienen algunas respuestas.
"Estamos estudiando los orígenes de la ciudad de La Plata en el período 1850-1880, es decir previo a la fundación -señaló a EL DIA la licenciada Igareta- y ya reunimos suficiente material como para afirmar que toda la región, y en particular la zona del actual Bosque, era un lugar bastante habitado, por lo que no es correcta la creencia de que La Plata se levantó sobre la nada".
Para iniciar las tareas de campo en pleno corazón del Bosque platense, el equipo arqueológico presentó su proyecto y el correspondiente pedido de autorización en la Municipalidad en el mes de mayo. Y por tratarse el sitio arqueológico investigado de un área urbana protegida, actualmente habitada y transitada, se utilizó como herramienta de prospección no intrusiva un detector de metales "mediante el cual se pudo obtener información sobre el trazado de cañerías antiguas y demás estructuras enterradas en profundidad", mientras que para los próximos meses está proyectado realizar "una excavación sistemática en parte de la superficie del sitio, con el objeto de completar el trabajo de campo de la investigación y recuperar cualquier tipo de vestigio material que fuera significativo para el relato de los orígenes de la Ciudad".
LA ESTANCIA IRAOLA
"La investigación histórica -señaló Igareta- la iniciamos en febrero de este año y la estrictamente arqueológica en el mes de mayo. El interés del proyecto se centró específicamente en la historia y la vida material de los habitantes de la Estancia Iraola, un imponente edificio que fue construido entre los años 1854 y 1857, ubicado en frente de la actual cancha de Gimnasia, de cara al Río, y que fue expropiada en 1882 por el gobierno de Dardo Rocha y demolida en la primera década del siglo XX, sin que quedaran constancias históricas de ese hecho ni rastros de su arquitectura".
La primera etapa del trabajo de los investigadores de la UNLP, consistió en un rastreo bibliográfico orientado hacia la búsqueda de información referida a la vida de la familia Iraola y a los hechos relacionados con su instalación en la región, la construcción del casco de la estancia, la creación del Bosque y la suerte corrida por la propiedad durante la fundación de la nueva capital.
"La casa tenía 11 habitaciones -cuentan los investigadores, entre los que se encuentran Marco Giovanetti, Nicolás Gonzalez Benegas, María Teresa Iglesias, Verónica Lema y Daniel Digiano- dos comedores y un mirador hacia el Río, en una extensión de 71 metros de frente por 35 de fondo. Era sin dudas una construcción muy sólida. Y si bien en esa época había otros cascos más lujosos, éste era un hábitat muy cómodo".
"Allí -agregaron- vivía José Gerónimo Iraola, su esposa y su hijo Martín, que fue quien, entre 1857 y 1871, plantó el Bosque con semillas traídas desde Australia por Sarmiento. Martín Iraola falleció en el año 1877, y la casa fue heredada por su mujer Francisca Ocampo, a quien se la expropiaron en el año 1882 en una muy importante suma de dinero, incluido el Bosque, por el que se pagó por cada uno de los árboles plantados, que en total eran 99.000".
"Estamos investigando también cómo los Iraola obtuvieron ese predio -destacó la licenciada Igareta- y quienes fueron sus propietarios anteriores, que se remontan según consta en documentos hasta Juan de Garay, y entre los que también se consigna a las familias Lopez Osornio y Roxas Acevedo".
Desplegado el trabajo de campo, los investigadores platenses encontraron en poco tiempo más de lo esperado. "Debajo de una capa de pasto de no más de 10 centímetros de altura -señalaron- ubicamos una llave entera de hierro oxidado que data del año 1860. Y casi en la superficie, también extraímos clavos y herrajes de la misma época, restos de vajilla como platos, tinajas, tazas, ollas, cuchillos de campo, cañerías y herraduras de caballo, todo correspondiente al período 1820-1910".
Como información complementaria de la propiedad, los arqueólogos locales relatan que "el día de la inauguración de La Plata el fundador Dardo Rocha durmió allí, y también funcionó luego en ese edificio el Telégrafo, la Policía y el Juzgado de Paz. Sin embargo, no existe ningún rastro de su demolición, un hecho aparentemente incomprensible al igual que la destrucción del Arco del Bosque, que se construyó en 1884 y que fue demolido pocos años después".
"De los materiales hallados, entre ellos muchos restos de loza inglesa -destacó la licenciada Igareta- se infiere que pertenecieron a gente rica, aunque también es objeto de la investigación determinar cómo era la vida del resto de la población. Comprobamos que ésta zona era un área rural, que en el mismo Bosque había otras construcciones y puestos, y que había una cantidad importante de vecinos en toda la zona. Los trabajos de campo proseguirán por lo menos hasta fin de año, y procesar toda la información obtenida nos demandará un año más, luego de lo cual el trabajo se expondrá y difundirá a través del Museo. La idea que predominó durante muchos años, es que La Plata fue levantada prácticamente de la nada, y lo importante de este trabajo es que nos permite descubrir que no fue así, y que La Plata era una región habitada aún antes de su fundación".
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