Reclamo de los vecinos para que Oliden no quede aislado
| 24 de Febrero de 2003 | 00:00

Los vecinos de Oliden no quieren quedar aislados. Temen que, de la mano del deterioro de sus caminos de acceso, se reedite en esa pequeña localidad rodeada de establecimientos lácteos y campos ganaderos -a 30 kilómetros de La Plata- el proceso de decadencia que vivieron otros pueblos vecinos. Y salieron a reclamar "mejoras urgentes" con el objetivo de "poder sostener la actividad y el desarrollo" de la zona.
"Es increíble", se indignan los olidenses: "se deja caer a los pueblos con actividades productivas genuinas, en lugar de alentarlas, aunque sea con lo mínimo como un camino decente. El resultado de esto ya se vio muchas veces: el aislamiento, la gente que se cansa y termina yéndose a las grandes ciudades, más miseria y más desocupación".
Oliden está ubicada en el distrito de Brandsen, junto al límite sur de La Plata y a pocos kilómetros del partido de Magdalena; entre las rutas 2 y 36, tiene conexión con ambas. Pero desde la autovía 2, el camino es de tierra. Y desde la 36, de un asfalto cuyo estado hace más práctico, en varios tramos, circular directamente por la banquina.
Quienes viven en la zona -200 habitantes estables; otros tantos llegan los fines de semana y hay unos 1.000 más en los campos aledaños al pueblo- recuerdan que "el asfalto llegó en 1978, en forma de una pequeña capa. Ocho años después, se reforzó un poco. Después, algunos parches, pero nunca un bacheo eficiente; como los materiales que se usaron no son los mismos de las rutas, se deterioraron muy rápido". Una recorrida por el lugar permite comprobarlo: serruchos, pozos, irregularidades de todo tipo, reducciones en la calzada. Todo eso sin contar la ausencia de señalización tanto horizontal como vertical.
"Si tenés un auto bajo, o te toca venir cuando no hay luz natural, las cosas se complican demasiado", explica Nicolás González, que vive a pocas cuadras del pequeño casco urbano de Oliden, junto al camino de salida hacia la ruta 2: "claro que peor es cuando llueve. Directamente, no se puede pasar por una semana".
Para el ingeniero Juan Carlos Delorenzo, propietario de un campo lindero al de González, "la actitud de Vialidad provincial es incomprensible; no sólo no repara ninguno de los accesos a Oliden, sino que cuando lo hace, lo hace muy mal. El año pasado, el tramo que va hacia la ruta 2 pasando por Ferrari -que es usado por muchos tamberos, pescadores y apicultores-, quedó intransitable durante todo el invierno, porque pasaron mal la motoniveladora y apenas llovió se formó un lodazal terrible".
Delorenzo recuerda que "hace cincuenta años, arreglándolos con una rastra tirada por caballos, los caminos se podían usar apenas dos días después de cada lluvia; ahora parece que no, a pesar de todos los avances en maquinaria. La verdad, es muy desagradable para todos los vecinos y productores de esta zona sentir que nadie se ocupa de ellos, que no les importan a nadie".
Oliden está ubicada 44 kilómetros al este de Coronel Brandsen, y es la quinta población de ese distrito -luego de la cabecera, Jeppener, Altamirano y Gómez-. Su denominación honra al doctor Manuel Luis de Oliden (1783-1896), que fue gobernador intendente de Buenos Aires y uno de los participantes en el Congreso de Tucumán. El pueblo se formó alrededor de la estación del ramal La Plata-Lezama, perteneciente al Ferrocarril del Sud, e inaugurada en diciembre de 1914. Los otras localidades nacidas al influjo de ese ramal hoy levantado -Gobernador Vergara, José Ferrari, Don Cipriano, Comandante Giribone- prácticamente han desaparecido.
La economía regional se basa en la actividad ganadera, con una importante producción lechera, cría de hacienda en campos de invernada, avicultura y apicultura, fábricas de quesos, cultivos de girasol, incluso una estación de piscicultura. La localidad de Oliden evolucionó notablemente en la década de 1940, con la fundación de escuelas, de los clubes Social Unión Olidense y Sport Juventud Unida. Hoy, en el minúsculo casco urbano, en derredor de la vieja estación, funcionan una delegación municipal, un destacamento de policía, una capilla, despensas, una escuela con más de cien alumnos, herrerías, un bar y una panadería. Llegan allí tres micros por día de la línea 307, "por ahora", temen los vecinos: "Se sabe que cuando los caminos están muy malos -y acá son un desastre-, lo primero que se pierde es el servicio de colectivos".
"Es increíble", se indignan los olidenses: "se deja caer a los pueblos con actividades productivas genuinas, en lugar de alentarlas, aunque sea con lo mínimo como un camino decente. El resultado de esto ya se vio muchas veces: el aislamiento, la gente que se cansa y termina yéndose a las grandes ciudades, más miseria y más desocupación".
Oliden está ubicada en el distrito de Brandsen, junto al límite sur de La Plata y a pocos kilómetros del partido de Magdalena; entre las rutas 2 y 36, tiene conexión con ambas. Pero desde la autovía 2, el camino es de tierra. Y desde la 36, de un asfalto cuyo estado hace más práctico, en varios tramos, circular directamente por la banquina.
Quienes viven en la zona -200 habitantes estables; otros tantos llegan los fines de semana y hay unos 1.000 más en los campos aledaños al pueblo- recuerdan que "el asfalto llegó en 1978, en forma de una pequeña capa. Ocho años después, se reforzó un poco. Después, algunos parches, pero nunca un bacheo eficiente; como los materiales que se usaron no son los mismos de las rutas, se deterioraron muy rápido". Una recorrida por el lugar permite comprobarlo: serruchos, pozos, irregularidades de todo tipo, reducciones en la calzada. Todo eso sin contar la ausencia de señalización tanto horizontal como vertical.
"Si tenés un auto bajo, o te toca venir cuando no hay luz natural, las cosas se complican demasiado", explica Nicolás González, que vive a pocas cuadras del pequeño casco urbano de Oliden, junto al camino de salida hacia la ruta 2: "claro que peor es cuando llueve. Directamente, no se puede pasar por una semana".
Para el ingeniero Juan Carlos Delorenzo, propietario de un campo lindero al de González, "la actitud de Vialidad provincial es incomprensible; no sólo no repara ninguno de los accesos a Oliden, sino que cuando lo hace, lo hace muy mal. El año pasado, el tramo que va hacia la ruta 2 pasando por Ferrari -que es usado por muchos tamberos, pescadores y apicultores-, quedó intransitable durante todo el invierno, porque pasaron mal la motoniveladora y apenas llovió se formó un lodazal terrible".
Delorenzo recuerda que "hace cincuenta años, arreglándolos con una rastra tirada por caballos, los caminos se podían usar apenas dos días después de cada lluvia; ahora parece que no, a pesar de todos los avances en maquinaria. La verdad, es muy desagradable para todos los vecinos y productores de esta zona sentir que nadie se ocupa de ellos, que no les importan a nadie".
Oliden está ubicada 44 kilómetros al este de Coronel Brandsen, y es la quinta población de ese distrito -luego de la cabecera, Jeppener, Altamirano y Gómez-. Su denominación honra al doctor Manuel Luis de Oliden (1783-1896), que fue gobernador intendente de Buenos Aires y uno de los participantes en el Congreso de Tucumán. El pueblo se formó alrededor de la estación del ramal La Plata-Lezama, perteneciente al Ferrocarril del Sud, e inaugurada en diciembre de 1914. Los otras localidades nacidas al influjo de ese ramal hoy levantado -Gobernador Vergara, José Ferrari, Don Cipriano, Comandante Giribone- prácticamente han desaparecido.
La economía regional se basa en la actividad ganadera, con una importante producción lechera, cría de hacienda en campos de invernada, avicultura y apicultura, fábricas de quesos, cultivos de girasol, incluso una estación de piscicultura. La localidad de Oliden evolucionó notablemente en la década de 1940, con la fundación de escuelas, de los clubes Social Unión Olidense y Sport Juventud Unida. Hoy, en el minúsculo casco urbano, en derredor de la vieja estación, funcionan una delegación municipal, un destacamento de policía, una capilla, despensas, una escuela con más de cien alumnos, herrerías, un bar y una panadería. Llegan allí tres micros por día de la línea 307, "por ahora", temen los vecinos: "Se sabe que cuando los caminos están muy malos -y acá son un desastre-, lo primero que se pierde es el servicio de colectivos".
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