El renovado auge del pijama party en La Plata
Las nenas de entre 9 y 11 años lo toman como el paso intermedio entre la casita de fiestas y el malón
| 28 de Marzo de 2004 | 00:00

"Lo más lindo de todo es quedarse toda la noche despierta", dice Martina (11), una nena platense que desde hace cuatro años no se pierde ningún pijama party organizado por sus compañeras de colegio. Sobre todo ahora, que esta modalidad de festejo cobró un renovado auge, sobre todo entre las nenas en nuestra ciudad. Ubicado en esa zona gris en que las casas de fiestas infantiles perdieron novedad y las nenas son todavía demasiado chicas para los malones, los pijama party prendieron fuerte entre las nenas de entre 9 y 11 años de nuestra ciudad que los prefieren a la hora de celebrar sus cumpleaños o cuando se presenta una buena ocasión para organizar uno.
Los especialistas observan esta tendencia y la atribuyen a una maduración más temprana de los chicos. Para la socióloga Lucrecia Arceguet, por caso, "ir a dormir a casa de las compañeras era antes una costumbre exclusiva de las adolescentes. En la actualidad, el pijama party adelanta esa costumbre y se da entre chicas que no llegan a los doce años. No es algo negativo, en tanto y en cuanto habla de una búsqueda más temprana de cierta 'independencia'. Pero es bueno que los padres acompañen para que los chicos vivan esta experiencia sin quemar etapas".
Pero los mismos especialistas también asocian esta costumbre creciente con la globalización, la influencia de los medios de comunicación y la adopción de costumbres provenientes de otros países. "El pijama party llega a través de las series, como el festejo de Hallowyn o la celebración de San Patricio, que no tienen nada que ver con nosotros, pero se adoptan a partir del mensaje recurrente de los medios", dice Arceguet.
La socióloga Eva Giberti, en tanto, asocia esta costumbre con pautas culturales adoptadas por las niñas en los últimos años, que obedecen a una manera de entender lo femenino de determinados imaginarios sociales y que las nenas adoptan a través de la imitación de lo que ven en la TV.
"En el mismo circuito", dice Giberti en su artículo "Imitación y 'como si' en niñas y púberes, podrían incluirse el interés por la silueta y la gimnasia a cortas edades "y modalidades que encontramos en niñas de esta edad y que se manifiestan mediante los pijama party que implican una noche fuera de casa a continuación de una fiesta, como si fuesen adultas".
HASTA QUE SALGA EL SOL
Mientras tanto las nenas se divierten y las más resistentes pueden llegar a pasar la noche entera despiertas, aunque no es lo corriente, según cuenta Mónica Muñoz, una mamá cuyas hijas organizan frecuentemente este tipo de reuniones en su casa.
"Lo más común es que las más aguantadoras lleguen despiertas hasta las cuatro de la mañana y después se duermen. De todas maneras, lo que se intenta es que descansen un poco, porque sino al otro día están muy dormidas y muchos padres prefieren que en un momento de la noche se vayan a dormir", dice Muñoz.
Y se duerme en el mismo living donde las chicas disponen almohadones y colchones, sobre los cuales depositan sus bolsas de dormir para descansar cuando llegue el momento.
"Los cumpleaños más lindos son los que tienen pijama party, porque duran mucho", dice Pilar, haciendo referencia a que en esos casos la fiesta comienza a la tardecita y continúa hasta la mañana siguiente, con todas las invitadas desayunando juntas.
Pero en esos casos, "la fiesta verdadera empieza cuando nos ponemos los pijamas", dice Martina.
A partir de entonces se suceden los juegos y entretenimientos que las mantendrán en vela durante buena parte de la noche.
Uno de los pasatiempos preferidos es el de contar historias de terror. Conocidas o inventadas, pero que al fin y al cabo, cumplan con el objetivo de dar miedo.
"Algunas con las historias se asustan de verdad y después no pueden dormir", dice Martina, aunque casi enseguida reconoce que no es para tanto.
Pero las historias de terror son sólo una parte de la diversión, apunta Pilar.
"También se suelen hacer coreografías sobre temas de Bandana, Cristina Aguilera o Britney Spears", indica Pilar al referirse a otros de los puntos altos de la fiesta.
Hay también prendas para las que se duermen primero. A estas las pintan con lápiz labial mientras están dormidas y es por eso que nadie quiere dormirse primera.
Algunas mamás, encantadas con la fiesta, suelen quedarse toda la noche despierta para filmar o fotografiar improvisados desfiles de pijamas y camisones.
"Siempre hay un grupito que resiste hasta muy tarde y son esas las que te obligan a estar despierta toda la noche, ya sea para prepararles un te o para que les pongas un video", dice Mónica Muñoz.
Los especialistas observan esta tendencia y la atribuyen a una maduración más temprana de los chicos. Para la socióloga Lucrecia Arceguet, por caso, "ir a dormir a casa de las compañeras era antes una costumbre exclusiva de las adolescentes. En la actualidad, el pijama party adelanta esa costumbre y se da entre chicas que no llegan a los doce años. No es algo negativo, en tanto y en cuanto habla de una búsqueda más temprana de cierta 'independencia'. Pero es bueno que los padres acompañen para que los chicos vivan esta experiencia sin quemar etapas".
Pero los mismos especialistas también asocian esta costumbre creciente con la globalización, la influencia de los medios de comunicación y la adopción de costumbres provenientes de otros países. "El pijama party llega a través de las series, como el festejo de Hallowyn o la celebración de San Patricio, que no tienen nada que ver con nosotros, pero se adoptan a partir del mensaje recurrente de los medios", dice Arceguet.
La socióloga Eva Giberti, en tanto, asocia esta costumbre con pautas culturales adoptadas por las niñas en los últimos años, que obedecen a una manera de entender lo femenino de determinados imaginarios sociales y que las nenas adoptan a través de la imitación de lo que ven en la TV.
"En el mismo circuito", dice Giberti en su artículo "Imitación y 'como si' en niñas y púberes, podrían incluirse el interés por la silueta y la gimnasia a cortas edades "y modalidades que encontramos en niñas de esta edad y que se manifiestan mediante los pijama party que implican una noche fuera de casa a continuación de una fiesta, como si fuesen adultas".
HASTA QUE SALGA EL SOL
Mientras tanto las nenas se divierten y las más resistentes pueden llegar a pasar la noche entera despiertas, aunque no es lo corriente, según cuenta Mónica Muñoz, una mamá cuyas hijas organizan frecuentemente este tipo de reuniones en su casa.
"Lo más común es que las más aguantadoras lleguen despiertas hasta las cuatro de la mañana y después se duermen. De todas maneras, lo que se intenta es que descansen un poco, porque sino al otro día están muy dormidas y muchos padres prefieren que en un momento de la noche se vayan a dormir", dice Muñoz.
Y se duerme en el mismo living donde las chicas disponen almohadones y colchones, sobre los cuales depositan sus bolsas de dormir para descansar cuando llegue el momento.
"Los cumpleaños más lindos son los que tienen pijama party, porque duran mucho", dice Pilar, haciendo referencia a que en esos casos la fiesta comienza a la tardecita y continúa hasta la mañana siguiente, con todas las invitadas desayunando juntas.
Pero en esos casos, "la fiesta verdadera empieza cuando nos ponemos los pijamas", dice Martina.
A partir de entonces se suceden los juegos y entretenimientos que las mantendrán en vela durante buena parte de la noche.
Uno de los pasatiempos preferidos es el de contar historias de terror. Conocidas o inventadas, pero que al fin y al cabo, cumplan con el objetivo de dar miedo.
"Algunas con las historias se asustan de verdad y después no pueden dormir", dice Martina, aunque casi enseguida reconoce que no es para tanto.
Pero las historias de terror son sólo una parte de la diversión, apunta Pilar.
"También se suelen hacer coreografías sobre temas de Bandana, Cristina Aguilera o Britney Spears", indica Pilar al referirse a otros de los puntos altos de la fiesta.
Hay también prendas para las que se duermen primero. A estas las pintan con lápiz labial mientras están dormidas y es por eso que nadie quiere dormirse primera.
Algunas mamás, encantadas con la fiesta, suelen quedarse toda la noche despierta para filmar o fotografiar improvisados desfiles de pijamas y camisones.
"Siempre hay un grupito que resiste hasta muy tarde y son esas las que te obligan a estar despierta toda la noche, ya sea para prepararles un te o para que les pongas un video", dice Mónica Muñoz.
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