Las universitarias que buscan un nuevo fútbol femenino

Son estudiantes de Comunicación Social, Medicina, Psicología, Educación Física y Derecho entre otras carreras. Y no sólo coinciden en su pasión por el fútbol. También en el ideal de impulsar un cambio en la rama femenina de ese deporte, que la aleje de los modelos masculinos y que le de una identidad propia y específica al fútbol practicado por mujeres.

Esa es la convicción de las deportistas que integran la Escuela de Fútbol Femenino de la Universidad de La Plata, donde practican el deporte más de 30 chicas, que, cuando se les pregunta por sus referentes futbolísticos evitan dar nombres de varones. Nombran a las principales figuras del último mundial de fútbol de mujeres o a las principales estrellas femeninas del deporte en Estados Unidos y Europa.

Y no sólo eso. Es tan pronunciado su afán por darle al fútbol femenino una identidad propia que preserve la estética de la mujer, que estudian, a partir de este año, incorporar a su indumentaria las polleras típicas de las jugadoras de jockey.

En la misma sintonía, organizaron para el próximo martes a las 15,30 en 50 y 117, una clase inaugural en el Día Internacional de la Mujer, porque creen que también ellas están trabajando para ocupar un sitio que hasta hace pocos años había sido un ámbito exclusivo de los hombres.

Y a la hora de resumir sus intenciones hablan de "poder darse permiso de jugar al fútbol sin necesidad de parecerse por eso a los hombres, creando un modelo propio de mujer de fútbol, lejos del estereotipo de la mujer poco femenina, pero con la misma eficacia para obtener los objetivos que se propone el juego en lo estratégico y en lo técnico", explican.


BUSCANDO UNA IDENTIDAD

"A diferencia de Estados Unidos y Europa, donde el fútbol femenino tuvo un desarrollo independiente del masculino, en la Argentina hubo recientemente un auge del fútbol practicado por mujeres que se caracterizó por copiar en todo a los hombres", dice la profesora Lorena Berdula, la directora de la escuela, quien agrega que ese afán de imitar "se sigue notando en la imagen que suelen cultivar las chicas en las canchas, con vinchas a lo Caniggia para sujetarse el pelo y una actitud propensa al desborde verbal".

Berdula, que tiene experiencia trabajando en fútbol femenino desde hace años, dice que en la escuela de la Universidad se hace hincapié tanto en el aspecto técnico como en el actitudinal. "A las chicas se les enseña a mantener una imagen femenina, dentro o fuera de la cancha. Y el modelo que se cultiva está más cerca del de las Leonas que del que ofrecen los futbolistas masculinos".

Berdula cree que sólo a través de una identidad propia, el fútbol femenino puede transformarse en convocante en un país donde la popularidad del fútbol masculino es arrolladora.

Y Denise Rodríguez (23), María Alí (23) y Maricel Fernández (17), tres de las jugadoras de la escuela coinciden y creen que sólo de esa forma podrán alcanzar una de sus mayores aspiraciones: ser algún día profesionales del deporte que más les gusta y que aseguran practican desde chiquitas.

"Sabemos que es un camino largo, que estamos trabajando para que las chicas que vienen detrás de nosotras tengan un fútbol femenino con identidad propia. Y es un incentivo trabajar para las generaciones futuras", dice María Alí.

Por su parte, Berdula también subraya la condición de pioneras de las jugadoras. "Como todas las mujeres que ocupan un espacio antes reservado a los hombres con exclusividad, también nosotros tropezamos con todo tipo de obstáculos planteados por un medio en donde el machismo es muy fuerte. Y donde, paradójicamente, las actitudes más machistas suelen provenir de las mujeres".

En tal sentido, Berdula explica que la escuela universitaria tiene divisiones infantiles y que muchas veces son las madres las que más se oponen a que las chicas jueguen al fútbol. "Al padre siempre le parece un detalle simpático, pero la madre suele tener sus 'peros'".