Andrea Politti: Celestina de corazones gays

Otro año como conductora. Lo decidió Andrea Politti cuando advirtió que todavía no le había llegado la hora al final de "12 Corazones". Después de un verano con novedades, donde el ciclo pasó a un horario nocturno para presentar historias de amor entre homosexuales o suegras sobreprotectoras buscándoles novia a sus hijos, ella pensó que tenía que seguir al frente del programa que le permitió ampliar su panorama laboral y la convirtió en una nueva actriz devenida en eficaz conductora. "Me impulsó a seguir la continuidad del ciclo, porque en realidad nunca se terminó, y me parece que tener la oportunidad de hacer algo que nunca se hizo y que todavía da para más, no me lo puedo perder. Cuando se agote, se agotará solito".

Mientras que "12 Corazones" acaba de retomar su ritmo diurno y diario en su tercera temporada -va de lunes a viernes a las 15 por Canal 13-, todavía quedan algunas emisiones más de su versión nocturna en la búsqueda de encuentros entre románticos de un mismo sexo. "Creo que `12 Corazones gay` tuvo buena respuesta. Hay mucha gente que se divierte, otra a la que le parece novedoso, algunos hasta se preguntan si son reales, hay de todo. A mí me parece lo más normal del mundo que dos personas del mismo sexo quieran enamorarse; forma parte de la vida".

"CON MUJERES ES MAS COMPLICADO"

En el camino quedó la posibilidad de armar un ciclo especial para mujeres del mismo sexo. "Es mi sueño hacerlo, todavía no claudiqué", asegura la conductora. Explica que se intentó armar una serie de programas para mujeres pero que no se pudo armar ni siquiera uno solo. "Para variar, es más complicado el tema de la mujer en todos sus órdenes y en éste también. Socialmente está mucho menos aceptado... de eso no se habla. Así que creo que eso va a ir un poquito más lento. En el caso de los gays, los participantes son personas que tienen muy asumida su condición ante su familia y en sus trabajos, entonces vienen con mucha intensidad y festejan el evento que es para ellos, porque están en un programa de televisión diciendo: 'Soy gay y me quiero enamorar'. Y contra lo que algunos piensan, todos los casos son reales", dice.

Andrea Politti sabe que el rol de la conductora es fundamental a la hora de ayudar a los participantes a encontrar pareja. Y que una palabra de más puede condenar al participante a quedar descalificado a la hora de la elección. "Hay preguntas que evito porque sé que los estoy matando si se las hago. Yo sé que las mujeres no quieren un hombre mujeriego y enseguida me doy cuenta cuando viene un mujeriego al programa, entonces trato de no resaltar esa parte porque no lo va a elegir nadie. Si él solo lo dice, él solo se hunde. En muchos casos podés ayudar a que un encuentro se produzca o, al contrario, podés trabarlo. Pero si el participante dice que le gustan mucho las mujeres ya no hay manera de salvarlo. Ojo, yo he tenido sorpresas. Había un tipo que decía: 'Yo les miento a las mujeres' y una chica lo eligió, porque según ella, era sincero".

Así como fue sorprendida por esta historia, también la sorprendieron algunos participantes que en lugar de seducir a la tribuna femenina, la quisieron seducir a ella. "Hay participantes que vienen diciéndome que me vienen a ver a mí, algunos bastante encantadores debo reconocer -asegura perspicaz-. Pero hay dos palabras que nunca fallan: 'Estoy casada'. Lo tuve que aclarar en más de una ocasión porque han venido con flores y hasta con bombones. Después se relajaron, participaron y eligieron. Y yo me dije: 'Mirá vos qué poco les duró el amor'...".

QUIERE ACTUAR

Simpática, seductora, pícara e irónica, son las cualidades que se conjugan para darle un estilo personal a su perfil de conductora. Sin embargo, Andrea es en el fondo una actriz de alma que en estos momentos juega a conducir un programa de encuentros. "Tengo que empezar a buscar algo en la actuación -dice, más que a modo de confesión como una forma de convencerse a sí misma-. Me gustaría enganchar aunque sea diez capítulos, mientras hago este programa, en alguna novela que me guste. En teatro me encantaría poder salir del encasillamiento de las obras de mujeres.

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