La vida del Padre Mario en un filme de Alejandro Doria
Tras 15 años sin filmar el director comenzó el rodaje de "Las Manos"
| 5 de Enero de 2006 | 00:00

Tras 15 años sin filmar un largometraje, el reconocido director de cine, teatro y televisión Alejandro Doria volvió a un set para rodar "Las Manos", una película sobre la obra y la figura del padre Mario Pantaleo, "un hombre que -según opinó- creía en la fe y luchó mucho por ayudar a niños, pobres y discapacitados".
El creador de la mítica "Esperando la carroza" (1985), una película que se mofaba de la hipocresía argentina y que con el tiempo se transformó en objeto de culto aquí y varios países del mundo, regresó fugazmente al cine en 2004 para ponerse al frente de uno de los cortos que integraron el filme grupal "18-J" y que protagonizó Susú Pecoraro.
Y es que, según el mismo Doria reconoció durante una pausa del rodaje de "Las Manos", "el cine es un viaje muy largo: podés pasar días y noches enteros en una filmación, y la verdad es que yo ya no tengo 20 años para bancarme este ritmo tan intenso de trabajo".
"Yo no creía que se hiciera esta película, pero al final, un día se hizo", dijo Doria -gorra y anteojos oscuros- en una de las habitaciones del imponente Palacio San Martín, donde cumplió la octava semana de rodaje, antes de partir a Europa, para filmar las últimas escenas en España e Italia.
Convocado por la actriz Graciela Borges, que en el filme interpreta a Perla, la compañera inseparable del padre Mario, el cineasta trabajó durante tres meses en una versión propia de un guión original escrito por Juan Bautista Stagnaro y señaló: "Esta es una de las pocas películas que he hecho cuya idea original no es mía".
UNA PELICULA NECESARIA
"Creo que en los tiempos que vivimos esta es una película que puede ser calificada de necesaria. Especialmente, porque es una película sobre la fe", sostuvo Doria, en relación a esta historia sobre la vida del padre Mario, que está encarnado por Jorge Marrale.
"Las Manos" es una película inspirada en episodios de la vida del padre Mario, un cura nacido en Pistoia (Italia) y radicado en la Argentina a mediados del siglo pasado, que se sentía guiado por los misterios de la fe y poseía poderes para diagnosticar y sanar enfermedades a través de la imposición de manos.
"No es la biografía del padre Mario", explicó Doria, y precisó: "Trata sobre episodios relacionados con su actitud de vida y creo que guarda el espíritu de un hombre que creía en la fe y luchó por crear un lugar donde levantar una obra social para ayudar a los niños, los pobres, los viejos y los discapacitados".
La película también aborda las dificultades que el cura tuvo con las autoridades eclesiásticas, debido a que lo acusaban de curandero por su método de imposición de manos. "El creía en Dios y en una Iglesia más justa, y tuvo muchos conflictos, porque la Iglesia negaba su poder", dijo el realizador.
Para Doria, que en TV se destacó con series como "Nosotros y los miedos" y "Atreverse", el padre Mario "fue un gran hombre y creo que esa virtud estará reflejada en la película. También creo que será una película entretenida, pero fundamentalmente va a ser conmovedora, porque trata sobre el amor y los misterios de la fe", agregó.
"Creo que todo lo que tiene que ver con Dios es misterioso. Yo creo que Dios es algo incomprensible y que los seres humanos no estamos capacitados para comprender de qué se trata", opinó Doria en relación a la incomprensión que las instituciones dogmáticas de la fe sentían respecto a los poderes del padre Mario.
El autor de filmes como "Cien veces no debo" (1990), "Sofía" (1987) y "Darse cuenta" (1984), señaló: "He hecho once películas con esta, y aunque son muy distintas y de muy diverso tenor, creo que en todas hablo de lo mismo: del nacimiento, la vida, la muerte y la solidaridad".
"No creo que 'Las Manos' sea una obra de arte, pero fue hecha con mucho amor, mucha fe, buenas intenciones y mucho respeto hacia el recuerdo y la figura del padre Mario", agregó el autor, que negó tener nada que ver con un proyecto para hacer una segunda parte del clásico "Esperando la carroza".
"Si yo hago ravioli, ella hace ravioli; si yo hago puchero, ella hace puchero. íQué país!", se quejaba amargamente China Zorrilla de su envidiosa concuñada y vecina, en aquella parodia desopilante sobre la sociedad argentina.
"Sé que están trabajando en una segunda parte, pero no tiene nada que ver conmigo", dijo Doria, y explicó: "Hace muchos años estuve a punto de encarar una segunda parte, pero finalmente como la película se estaba transformando en un mito, creí que no era conveniente hacerla".
"Pensé que cualquier película que hiciéramos, aunque fuera con más presupuesto, mejor elenco y mejor libro, la gente iba a recordar siempre a la primera. Por eso decidí que no debía competir conmigo mismo y resolví no hacerla", recordó el director.
"No creo en una segunda parte, porque 'Esperando a la carroza' es una película pequeña, que se agrandó con el tiempo y se convirtió en un mito. Y, como todos saben, es muy difícil luchar contra un mito", agregó.
El creador de la mítica "Esperando la carroza" (1985), una película que se mofaba de la hipocresía argentina y que con el tiempo se transformó en objeto de culto aquí y varios países del mundo, regresó fugazmente al cine en 2004 para ponerse al frente de uno de los cortos que integraron el filme grupal "18-J" y que protagonizó Susú Pecoraro.
Y es que, según el mismo Doria reconoció durante una pausa del rodaje de "Las Manos", "el cine es un viaje muy largo: podés pasar días y noches enteros en una filmación, y la verdad es que yo ya no tengo 20 años para bancarme este ritmo tan intenso de trabajo".
"Yo no creía que se hiciera esta película, pero al final, un día se hizo", dijo Doria -gorra y anteojos oscuros- en una de las habitaciones del imponente Palacio San Martín, donde cumplió la octava semana de rodaje, antes de partir a Europa, para filmar las últimas escenas en España e Italia.
Convocado por la actriz Graciela Borges, que en el filme interpreta a Perla, la compañera inseparable del padre Mario, el cineasta trabajó durante tres meses en una versión propia de un guión original escrito por Juan Bautista Stagnaro y señaló: "Esta es una de las pocas películas que he hecho cuya idea original no es mía".
UNA PELICULA NECESARIA
"Creo que en los tiempos que vivimos esta es una película que puede ser calificada de necesaria. Especialmente, porque es una película sobre la fe", sostuvo Doria, en relación a esta historia sobre la vida del padre Mario, que está encarnado por Jorge Marrale.
"Las Manos" es una película inspirada en episodios de la vida del padre Mario, un cura nacido en Pistoia (Italia) y radicado en la Argentina a mediados del siglo pasado, que se sentía guiado por los misterios de la fe y poseía poderes para diagnosticar y sanar enfermedades a través de la imposición de manos.
"No es la biografía del padre Mario", explicó Doria, y precisó: "Trata sobre episodios relacionados con su actitud de vida y creo que guarda el espíritu de un hombre que creía en la fe y luchó por crear un lugar donde levantar una obra social para ayudar a los niños, los pobres, los viejos y los discapacitados".
La película también aborda las dificultades que el cura tuvo con las autoridades eclesiásticas, debido a que lo acusaban de curandero por su método de imposición de manos. "El creía en Dios y en una Iglesia más justa, y tuvo muchos conflictos, porque la Iglesia negaba su poder", dijo el realizador.
Para Doria, que en TV se destacó con series como "Nosotros y los miedos" y "Atreverse", el padre Mario "fue un gran hombre y creo que esa virtud estará reflejada en la película. También creo que será una película entretenida, pero fundamentalmente va a ser conmovedora, porque trata sobre el amor y los misterios de la fe", agregó.
"Creo que todo lo que tiene que ver con Dios es misterioso. Yo creo que Dios es algo incomprensible y que los seres humanos no estamos capacitados para comprender de qué se trata", opinó Doria en relación a la incomprensión que las instituciones dogmáticas de la fe sentían respecto a los poderes del padre Mario.
El autor de filmes como "Cien veces no debo" (1990), "Sofía" (1987) y "Darse cuenta" (1984), señaló: "He hecho once películas con esta, y aunque son muy distintas y de muy diverso tenor, creo que en todas hablo de lo mismo: del nacimiento, la vida, la muerte y la solidaridad".
"No creo que 'Las Manos' sea una obra de arte, pero fue hecha con mucho amor, mucha fe, buenas intenciones y mucho respeto hacia el recuerdo y la figura del padre Mario", agregó el autor, que negó tener nada que ver con un proyecto para hacer una segunda parte del clásico "Esperando la carroza".
"Si yo hago ravioli, ella hace ravioli; si yo hago puchero, ella hace puchero. íQué país!", se quejaba amargamente China Zorrilla de su envidiosa concuñada y vecina, en aquella parodia desopilante sobre la sociedad argentina.
"Sé que están trabajando en una segunda parte, pero no tiene nada que ver conmigo", dijo Doria, y explicó: "Hace muchos años estuve a punto de encarar una segunda parte, pero finalmente como la película se estaba transformando en un mito, creí que no era conveniente hacerla".
"Pensé que cualquier película que hiciéramos, aunque fuera con más presupuesto, mejor elenco y mejor libro, la gente iba a recordar siempre a la primera. Por eso decidí que no debía competir conmigo mismo y resolví no hacerla", recordó el director.
"No creo en una segunda parte, porque 'Esperando a la carroza' es una película pequeña, que se agrandó con el tiempo y se convirtió en un mito. Y, como todos saben, es muy difícil luchar contra un mito", agregó.
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