¡La pucha que valió la pena!

El Pincha debió esperar diez años para superar a Boca. ¡Pero valió un campeonato!

"¡La pucha que vale la pena estar vivo!". La frase del notable actor Héctor Alterio en su personaje de la película “Caballos Salvajes”, adaptada por cierto, vino de perillas para la gente de Estudiantes. “¡La pucha que valió la pena esperar tanto...!”, habrán gritado las miles de almas albirrojas, las que estuvieron en el Estadio Amalfitani y también las que siguieron el partido por radio o por televisión, con la victoria sobre Boca para la consagración del Pincha como campeón del Apertura 2006.

Es que Estudiantes tuvo que esperar nada menos que diez años, una década, para volver a superar a Boca. El Xeneize, ese verdugo casi eterno, le ganó incluso las dos veces que se enfrentó contra el equipo del Narigón Bilardo en el Metropolitano 1982, aquél torneo que el Pincha también ganó de manera brillante aunque sin necesidad de un partido desempate ya que terminó dos puntos arriba de Independiente. Cuando los torneos eran a dos ruedas, larguísimos.

Ayer en Liniers, por fin, Estudiantes pudo cantarle victoria a Boca en la cara, después de una década. “¡Y la pucha que valió la pena esperar tanto tiempo para que llegara semejante triunfo”!. Es que el equipo albirrojo no superaba a Boca desde agosto de 1996, cuando por la 18va. fecha del Clausura se impuso por 2 a 1 en La Bombonera.

VAYA PARADOJA

Paradojas del Destino: después de diez años algunos protagonistas de la historia se repitieron ayer en Liniers. Pero con camisetas inversas. Juan Sebastián Verón, autor de la apertura del marcador para Boca en 1996, ahora lució la albirroja. Y Martín Palermo, que una década atrás dio vuelta la historia con dos goles para sellar la victoria Pincha, esta vez defendió la camiseta azul y oro.

Boca fue un eterno verdugo de Estudiantes a lo largo de toda la historia del fútbol profesional. Tanto que el Pincha apenas lo pudo superar (en etapas regulares de torneos de AFA) en 31 ocasiones, contra 94 victorias de Boca. Tres a uno la diferencia. Pero ayer, en el partido que valía una vuelta olímpica, Estudiantes se dio el gusto. Era el partido más importante del historial entre ambos. Y lo ganó. ¡Salud campeón!

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