Tras su recreación, el caso Yiya Murano volvió a generar polémica

El regreso de "Mujeres asesinas", el martes a las 23, por la pantalla del 13, rescató del pasado la escalofriante historia de Mercedes Bolla Aponte de Murano, más conocida como "Yiya" Murano y apodada por la crónica policial como "la envenenadora de Monserrat". Con la actuación de Nacha Guevara en el papel de Murano, el primer capítulo del ciclo 2006 de "Mujeres asesinas" narró la historia de esta mujer de clase media/alta que fue condenada por el asesinato de una prima y dos amigas. De acuerdo con la causa judicial, Yiya convenció a sus tres allegadas para que inviertan sus ahorros en una supuesta mesa de dinero a la que ella tenía acceso, con la promesa de duplicar o triplicar el capital. Cuando las mujeres solicitaron a Yiya que les devuelva el dinero, ésta optó por envenenarlas y robarles los pagarés que documentaban su deuda con las víctimas. La particularidad de este episodio fue que la propia Yiya Murano exigió a los productores de la tira tener una especie de derecho a réplica en el que pudiera exponer su versión de los hechos. De esta manera, una vez finalizada la ficción, Murano -quien pasó diez años en prisión por la condena- leyó un texto ante cámaras en el que negó cualquier responsabilidad en los crímenes. Además, aseguró que en su caso la justicia sostuvo el criterio de que "todo ciudadano es culpable hasta que pueda demostrar fehacientemente su inocencia". Ayer, tras la emisión del programa, la propia Murano, durante una entrevista concedida a Radio 10 de capital federal, aseguró que "para mí, con lo que me pasó, la justicia no va a existir nunca". "No soy culpable de nada, he trabajado con la plata pero no he matado a nadie", dijo indignada y agregó: "Sólo a dos personas las he matado, una es mi madre y la otra es mi primer marido, porque no aguantaron mi injusta detención". "Yiya" fue condenada por haber envenenado en 1979 con cianuro a una prima y a dos amigas. Su propio hijo fue quien la entregó a la Policía. En 1982, la declararon inocente porque no había testigos directos de los crímenes, pero tres años más tarde fue condenada a prisión perpetua. "Todo fue un desastre. Primero me acusaron de 10 ó 15 homicidios, hasta apareció mi foto en la bandera argentina. Las cosas que se han dicho; primero que fueron masas, luego bombones (se cree que el veneno estaba dentro de esas confituras)", señaló la mujer. La mujer aseguró que "ayer me ofrecieron hacer una película, pero yo la voy a guiar. Cómo fueron todos los sucesos; no voy a dejar pasar ninguno de los acontecimientos". En la entrevista radiofónica, la mujer dijo que vio "errores garrafales en el programa. Así fue que contó su versión de la verdad: "Cuando yo llego a la casa de mi prima, con las masas, me encuentro con mi prima en la escalera, las masas nunca se tocaron, ahí la acompaño en la ambulancia, las masas quedaron conmigo en la ambulancia, y ahí es cuando ella fallece". Asimismo recordó que la persona que estaba de jefe de guardia dijo: "'Pero de qué masas me hablan, acá las hemos comido y nadie se ha descompuesto', y eso no lo dijeron en el programa y yo quedé como que las masas estaban envenenadas".

El regreso de "Mujeres asesinas", el martes a las 23, por la pantalla del 13, rescató del pasado la escalofriante historia de Mercedes Bolla Aponte de Murano, más conocida como "Yiya" Murano y apodada por la crónica policial como "la envenenadora de Monserrat".

Con la actuación de Nacha Guevara en el papel de Murano, el primer capítulo del ciclo 2006 de "Mujeres asesinas" narró la historia de esta mujer de clase media/alta que fue condenada por el asesinato de una prima y dos amigas. De acuerdo con la causa judicial, Yiya convenció a sus tres allegadas para que inviertan sus ahorros en una supuesta mesa de dinero a la que ella tenía acceso, con la promesa de duplicar o triplicar el capital. Cuando las mujeres solicitaron a Yiya que les devuelva el dinero, ésta optó por envenenarlas y robarles los pagarés que documentaban su deuda con las víctimas.

La particularidad de este episodio fue que la propia Yiya Murano exigió a los productores de la tira tener una especie de derecho a réplica en el que pudiera exponer su versión de los hechos. De esta manera, una vez finalizada la ficción, Murano -quien pasó diez años en prisión por la condena- leyó un texto ante cámaras en el que negó cualquier responsabilidad en los crímenes. Además, aseguró que en su caso la justicia sostuvo el criterio de que "todo ciudadano es culpable hasta que pueda demostrar fehacientemente su inocencia".

Ayer, tras la emisión del programa, la propia Murano, durante una entrevista concedida a Radio 10 de capital federal, aseguró que "para mí, con lo que me pasó, la justicia no va a existir nunca".

"No soy culpable de nada, he trabajado con la plata pero no he matado a nadie", dijo indignada y agregó: "Sólo a dos personas las he matado, una es mi madre y la otra es mi primer marido, porque no aguantaron mi injusta detención".

"Yiya" fue condenada por haber envenenado en 1979 con cianuro a una prima y a dos amigas. Su propio hijo fue quien la entregó a la Policía. En 1982, la declararon inocente porque no había testigos directos de los crímenes, pero tres años más tarde fue condenada a prisión perpetua.

"Todo fue un desastre. Primero me acusaron de 10 ó 15 homicidios, hasta apareció mi foto en la bandera argentina. Las cosas que se han dicho; primero que fueron masas, luego bombones (se cree que el veneno estaba dentro de esas confituras)", señaló la mujer.

La mujer aseguró que "ayer me ofrecieron hacer una película, pero yo la voy a guiar. Cómo fueron todos los sucesos; no voy a dejar pasar ninguno de los acontecimientos".

En la entrevista radiofónica, la mujer dijo que vio "errores garrafales en el programa. Así fue que contó su versión de la verdad: "Cuando yo llego a la casa de mi prima, con las masas, me encuentro con mi prima en la escalera, las masas nunca se tocaron, ahí la acompaño en la ambulancia, las masas quedaron conmigo en la ambulancia, y ahí es cuando ella fallece".

Asimismo recordó que la persona que estaba de jefe de guardia dijo: "'Pero de qué masas me hablan, acá las hemos comido y nadie se ha descompuesto', y eso no lo dijeron en el programa y yo quedé como que las masas estaban envenenadas".

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