Cada vez más especies de aves habitan en La Plata

Zorzales, horneros, palomas, chingolos, colibríes, loros, tijeretas y hasta aves rapaces vuelan por la Ciudad y anidan en sus parques, plazas y edificios de altura. Aprovechando esta época de "explosión" en diversidad de especies desde una entidad dedicada a la ornitología se invita a conocer los pájaros residentes de la Región y aquellos que llegan atraídos por el ambiente cálido y que no bien finalice el verano desaparecerán. Un especialista guía las observaciones que se realizan en el Paseo del Bosque y vecinos de todas las edades y de distinta formación se entusiasman con el espectáculo que ofrecen entre los árboles y el cielo.

Dentro del casco urbano de La Plata hay en esta época del año 80 especies de aves. El dato surge de relevamientos efectuados por el Museo Ornitológico de Berisso en distintos espacios verdes de esta ciudad. "Son muchas las clases de pájaros que pueden encontrarse, entre las que pasan por el cielo y no paran, las residentes fijas y las residentes estivales, muchas que migran del hemisferio Norte y que se quedan durante la primavera y el verano, nidifican, y cuando empieza el frío se van", detalla el encargado de la institución, Julio Milat.

El fenómeno es relativamente nuevo. Una década atrás, la variedad no era tan extensa, sino más bien limitada. Los corredores urbanos, con mayor presencia de árboles, las plazas cercanas entre sí y los edificios de gran altura -a los que se agregó una capacidad de adaptación diferente-, atrajeron especies. Hasta entonces era fácil encontrar gorriones, palomas y no muchas aves más. "Hoy, además de una inmensa cantidad de especies que llegaron para quedarse se ven algunas exóticas, como el estornino pinto, una plaga que viene de Eurasia y el norte de América, que se mete en los nidos de otros pájaros y se está constituyendo en un problema porque no hay forma de controlarla", informa el ornitólogo.

El Bosque es el lugar "ideal" para este tipo de observaciones, según indica Milat. "Acá, en cualquier momento se pueden encontrar muchas especies -precisa- y eso pasa en todo momento del año. Las mejores horas para la observación son el amanecer y el atardecer, que es cuando los pájaros desarrollan la mayor actividad del día".

A los 70 años, y jubilada docente, Marta Goyeneche encuentra que la observación de aves "es algo interesante para pasar el tiempo". Para no ir tan sólo con sus binoculares y desprovista de conocimientos, la mujer se interiorizó en el tema durante la charla previa que ofreció Milat. "Acercarme a los pájaros de esta manera me parece maravilloso -cuenta-, al lado de alguien que sabe y que nos informa sobre las características de cada uno. Soy una enamorada de la naturaleza y disfruto mucho de la contemplación".

En el otro extremo de la vida, Juan Diego Carriquiriborde (11) y sus primos José (10), Segundo (9) y Gastón (7) Pedeflous, alentados por su abuelo Raúl, alzan sus anteojos prismáticos mientras escuchan con suma atención la explicación minuciosa del ornitólogo cuando aparece en lo alto de la rama de un árbol un zorzal colorado, un benteveo de pecho amarillo o un picaflor (colibrí); cuando de repente hay que enfocar una pequeña torcaza que camina lento antes de emprender el vuelo o cuando aparece una golondrina en el cielo.

Segundo, que vive en Hernández, en una zona más rural que urbana, está creciendo en contacto con la aves y según coinciden los integrantes del grupo que se reunió para la observación en el Bosque es uno de los que más sabe sobre distintas especies. "Me encantan los pájaros, los colores que tienen. Me parece divertido venir a verlos más de cerca. Con mi papá vemos libros que muestran pájaros distintos", comenta el chico, apurado en hablar porque no quiere perderse detalle de la observación.

Si bien el Bosque se destaca porque como gran pulmón de la Ciudad allí van de rama en rama la más variada avifauna del casco urbano, otros espacios verdes son también característicos por la diversa gama de aves. El Parque Saavedra, por caso, sobre todo en su sector cerrado, se distingue por el coro que componen, incluso bastante más avanzada la hora del amanecer, zorzales, picaflores, cotorras, tordos, chingolos, cabecitas negras, mixtos, calandrias, jilgueros y benteveos.