Tarnation / Capturando a los Friedman

Por AMÍLCAR MORETTI

Dos películas fuera de lo común escasamente conocidas que merecen ser vistas. Cine norteamericano, no de Hollywood, sino independiente, pero independiente en serio. Ambas películas encuadradas en el documental, "Tarnation", de Jonathan Caouette, y "Capturando a los Friedman", de Andrew Jarecki, hablan de los laterales de la vida y cultura estadounidenses que no muestran nunca el cine industrial y la televisión. "Tarnation" es casi el seguimiento personal y cronológico de un ser de sexualidad ambigua, su construcción y su posición, hoy y ayer, con padecimientos y (pocas) dichas. "Capturando a los Friedman" toca el ríspido e innombrable tema de la pedofilia, en registro de hechos reales. No se trata del caso particular ni de hurgar en la excepcionalidad extraña por sí misma, sino de buscar el rasgo de naturalidad y normalidad que existe en casos y situaciones extremas que definen los mecanismos de una cultura de la cual suelen sólo mostrarse los brillos y esplendores. La visión de estas dos películas, que gran parte de la crítica ubica entre las mejores conocidas en el 2006, pone de relieve la falsa y superficial "independencia" de películas norteamericanas de publicitada "diferencia", como "Transamérica". Ambas hablan con claridad, manejan un estilo narrativo de búsqueda, revelan aspectos que no son habituales y lo hacen con decencia y franqueza. Se trata de cine que, por sobre su aparente rusticidad, se erige como expresión refinada sólo apta para gustos muy entrenados. Con películas como estas se puede medir hasta dónde está viva y se ha disgregado la civilización norteamericana. Igual puede decirse, a partir de ellas, del arte del cine.



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