La realidad martilló durante todo el viaje

El Lobo arribó a Pasto con el tema Troglio dominando charlas y semblantes

SAN JUAN DE PASTO, Colombia (Enviado Especial).- La sensación era inequívoca y aparecía de a ratos como martillando en cada rincón por el cual transitaba la delegación tripera. Más allá de la enorme dosis de profesionalismo y la personalidad mostrada por el grupo de jugadores, las charlas por el alejamiento de Pedro Antonio Troglio estuvieron a la orden del día en todo el trayecto albiazul desde nuestra ciudad hacia estas tierras.
Bien temprano, allá por las 7 de la mañana, las primeras caras de sorpresa y preocupación se vieron en el aeropuerto Internacional de Ezeiza cuando se produjo el arribo de los jugadores del Lobo, que se disponían a abordar el vuelo AV88 de la empresa Avianca que depositó a los mens sana en Bogotá un rato después del mediodía.

SE VA UN AMIGO

La situación era entendible. Para los jugadores no se había ido sólo un simple conductor de grupo, más bien se habían despedido (Troglio estuvo en la noche previa al viaje en la Casona deseándole suerte al plantel) de quien para muchos era una consejero válido o un escucha atento cuando tenía que orientar en el fútbol profesional a los más jóvenes, que por otra parte son mayoría en este grupo tripero. También para los más grandes, como es el caso del histórico capitán Jorge Héctor San Esteban, se fue un verdadero amigo, tanto de él como de toda su familia.

Por eso las primeras horas en el vuelo que partió a las 7,50 desde Ezeiza y arribó exactamente a las 14,10 de nuestro país (las 12,10 de Colombia) estuvieron signadas por los comentarios recurrentes acerca de la salida del cuerpo técnico que trabajó durante dos años en forma ininterrumpida en el club, con más del 50 por ciento de la cosecha de los puntos.

Pero claro, más allá de la preocupación lógica por tener que digerir una noticia que tomó por sorpresa a más de uno, de todas formas bien vale aclarar que se vio en todo momento a un grupo de pie, acaso como producto del pedido del propio Troglio que siguió, fiel a su estilo, motivando a sus jugadores hasta el último contacto en terreno argentino.

Poco a poco algunas bromas fueron el disparador ideal para descomprimir un panorama que de movida era de bajón, pero que nunca dejó de tener como epicentro el objetivo de este grupo que está en suelo colombiano: pase lo que pase con la clasificación, los jugadores están super enchufados con la consigna de ganarle al Pasto y así conseguir un digno cierre de los partidos en condición de visitante en el Grupo 8 de la Libertadores.

En ese contexto, tras el trasbordo en el aeropuerto de Bogotá y el cambio a una aeronave más pequeña para unir los 800 kilómetros que separan la capital colombiana de San Juan de Pasto, en medio de un bellísimo paisaje rodeado por la Cordillera de Los Andes, pareció que todos los integrantes de la delegación se fueron soltando y, una vez en suelo de Nariño (Pasto es la capital de este Departamento del sur colombiano y al límite con Ecuador) las conversaciones fueron variando hacia la meta de sumar sí o sí una victoria en esta interesante excursión.

SITUACION INCOMODA

Tal vez la situación más incómoda, en medio de este largo viaje, la viven en carne propia los integrantes del cuerpo técnico de Pedro Troglio, quienes le ponen toda la dedicación posible al armado de un partido internacional, sabiendo que ya dejaron de ser parte de Gimnasia, más allá de que suene un tanto contradictorio. Así, tanto el entrenador principal en este viaje, Nicolás Russo, como el ayudante de campo Víctor Bernay y el entrenador de arqueros Gabriel Vega, mostraron un enorme esfuerzo para no dejarse arrastrar por el cuadro de situación general y pusieron especial énfasis en los movimientos del plantel, para intentar despedirse con una victoria.

Cerca de las 18, la delegación tripera se instaló en el hotel Agualongo de esta ciudad y recuperó energías con una fuerte merienda, compuesta por cereales, lácteos, tostadas y mermeladas.

Sin dudas, fue un viaje distinto para este Lobo, hasta por momento desconcertante por el hecho de que el equipo será conducido por un cuerpo técnico que ya tiene las valijas armadas. Así y todo, también se notó en el ambiente un deseo profundo de regalarle a los hinchas y regalarse ellos mismos, un triunfo que, en este contexto, sería tremendamente destacable.

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