Darío Grandinetti vuelve en un filme con sabor argentino

Darío Grandinetti vuelve al cine con el filme "La peli", del realizador Gustavo Postiglione que hoy se estrena comercialmente, para contar la historia de un director en plena crisis creativa y conmovido por una historia de amor, en un personaje protagonizado por tres actores en la misma cinta.

"Lo que más me interesó de la película es su apuesta por el riesgo; esta película es una prueba constante y asume desafíos no sólo desde lo narrativo sino también en relación con el público", aseguró Grandinetti.

Actor fetiche de realizadores como el argentino Eliseo Subiela y el español Jaime Chávarri, Grandinetti lleva más de 40 filmes realizados, entre los que se cuentan "Hable con ella", de Pedro Almodóvar, que de alguna manera le cambió la vida y le abrió una perspectiva de trabajo tanto en España como en Italia.

En "La peli", largometraje de Postiglione que viene a cerrar la trilogía abierta con "El cumple" y "El asadito" y que es un viraje en su filmografía, el actor compone a Diego, un director de cine que también interpretan Norman Briski y el rosarino Carlos Resta en distintos momentos.

"Me gustó la película porque es una propuesta original, valiente, arriesgada, me hizo sentir joven y me pareció que se trata de un cine joven de verdad, porque yo me cuido mucho de esto del Nuevo Cine Argentino, porque no sé muy bien de qué se trata", remarcó el actor, que a mediados de año se pondrá bajo las órdenes de Alberto Lecchi para filmar "El frasco".

"Digo esto -continuó- porque a veces veo películas que supuestamente forman parte del Nuevo Cine Argentino y son un remedo de comedias americanas que se han hecho toda la vida y que, la verdad, nos cuentan muy poco y muy mal a nosotros, a la gente de por acá".

¿Esto lo decís por tu capacidad de elegir en un momento en que trabajás tanto en el cine argentino como en el español o el italiano?

"No, lo digo por otras cosas. Voy a hacerme eco de una cosa que por estos días le escucho decir a Norman (Briski), él plantea: con todo lo que pasa en el mundo, con lo que nos pasó y nos seguirá pasando, ¿qué actuamos, cómo actuamos, qué tiene que hacer un actor en estos momentos?"

¿Qué tiene que hacer?

"Por lo pronto una respuesta que le cae muy bien a este momento y a esta película es probar, esta película es una prueba constante. Los actores que formamos parte de un hecho artístico estamos todo el tiempo a prueba, sobre todo ante los demás pero no siempre frente a nosotros mismos y en esta película, Gustavo (Postiglione) nos propuso probar".

¿Probar qué?

"Probar cosas nuestras, improvisar. Hay un momento en que el personaje de la película sufre una transformación en plano-secuencia: Norman está frente al espejo, se levanta-se agacha-se levanta y a la tercera vez soy yo. Eso me obligó a seguir en lo que había propuesto Norman y fue algo de lo que no hablamos.

"Empezamos a hacer la escena, yo lo miraba de afuera para ver cómo venía la escena y cuándo tenía que entrar y lo que le vi hacer me obligó a modificar lo que tenía pensado, yo no podía entrar siendo la misma persona sin seguir la línea de actuación que había propuesto Norman, y te aseguro que en ese momento me sentí gratamente actor; ahí dije: 'Puta, este es el oficio'".

"NO SOY ESQUEMATICO"

¿Preferís directores que trabajan el guión como algo intocable u otros, como Postiglione, más abierto a lo que pueda surgir en el rodaje?

"No soy esquemático y prefiero lo que entiendo es mejor para la historia que se está contando; hay guiones que agarrás y que decís «acá no hay que tocar nada«, pero hay películas en que a partir del ensayo surgen cosas muy ricas y lo que me interesa es un director con la suficiente flexibilidad como para incorporar eso; me gusta que el director no le tenga miedo a lo que puede plantear el actor".

Ahora estás haciendo "Ella en mi cabeza", con la que salen de gira por todo el país en breve, ¿qué diferencias hay entre la actuación teatral y cinematográfica?

"La intensidad expresiva tiene que ser mayor en el teatro, pero no es algo que yo me plantee en el sentido de que diga "voy a actuar para cine o para teatro". Lo cierto es que uno ocupa los espacios de otra manera, en el escenario tengo que ocupar todo ese espacio, tengo que llenar eso con mi expresividad; en el cine no, en el cine a través de una mirada, si está bien, es suficiente".

¿La televisión es un medio actoral que ya desechaste?

"No, en absoluto, lo que pasa es que no me llaman para hacer televisión. Las pocas veces que me llaman es por iniciativa de los autores, después me pongo a hablar con los productores y me doy cuenta de que los únicos que quieren que esté en el proyecto son los autores.

"Creo que en algún momento volveremos a coincidir la televisión y yo, y me gustaría que fuera haciendo cosas muy distintas de las que se hacen ahora en la tele.