Una boleta innegociable

Un aspecto central del acuerdo de los radicales K con el Gobierno (ver aparte) tiene que ver con la posibilidad de contar con la boleta presidencial del Frente para la Victoria.

En todos los casos, dan como hecho que tendrán esa herramienta, considerada crucial para mantener sus aspiraciones de poder, como así también la del candidato a gobernador Scioli. No obstante, las necesidades de cada distrito hacen que algunos pretendan tener la exclusividad de las boletas, sobre todo la presidencial, mientras que otros prefieren que se abra el abanico y que varios candidatos no radicales (centralmente peronistas) cuenten con esa posibilidad.

"Posse quiere que le den la boleta a todos los peronistas y kirchneristas que la pidan, porque así no tendrá que abrir su lista de concejales de ese sector", dicen quienes conocen la realidad de San Isidro. Y Posse, en principio, podría darse ese "lujo" porque, se estima, tiene una alta intención de voto en su distrito.

En Junín, en cambio, el intendente Mario Meoni mantiene una buena relación con sectores peronistas con los que podría acordar. Pero hay una fuerte disputa con otros grupos kirchneristas "que le viven votando en contra en el Concejo Deliberante", dicen sus voceros. Y en ese caso se estima que habrá al menos dos ofertas electorales con la boleta presidencial oficial.

Esa misma situación se registraría en la mayoría de los distritos que gobiernan los radicales K, donde surge difícil que en una misma nómina local confluyan con las distintas vertientes del PJ y del kirchnerismo.




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