A Tuero el TN le cayó como anillo al dedo

Por CARLOS SAAVEDRA

Quién iba a decirlo, después del estruendoso portazo unilateral a la F-1, que lo tuvo como uno de sus privilegiados habitantes con apenas 19 años y muchas mas preguntas que respuestas, una década atrás. Luego de deambular en su retorno a los fierros de La Argentina, desde aquella sorpresiva incorporación sobre el pucho nomás, al equipo oficial Volkswagen, noticia que primició DIARIO POPULAR, Esteban Tuero descubrió -hace 3 años- que el TN le caía como anillo al dedo. Y cómo habrá sido, que llegó para quedarse, a diferencia de otras experiencias iniciadas que dejó en la mitad del río, a casi todas las categorías donde supo pasar, salvo en la novel Fórmula Honda, especialidad de monoplazas "cerrada", que promocionaba chicos (Emiliano Spataro, Christian Ledesma, fueron algunos), y donde logró el título cuando era apenas un chiquilín de 16 años, en el año 1994.

No cambió nunca Esteban, ni cuando se codeó con las fulgurantes estrellas del mundo, en la F-1, ni desde que se calzó el buzo y casco para acelerar coches en el país. Renuente a las efusividades, introvertido, sigue cultivando el mismo bajo perfil que lo llevó a festejar con mesura el título de campeón logrado el domingo en la Clase 3 de TN en San Jorge, apoyado en el sólido andar del Focus del equipo de Porfiri, que le había posibilitado conseguir los subcampeonatos de 2006 y 2007.

Nacido el 22 de abril de 1978 en "su" Barrio de Caballito, hincha confeso de Ferro, Tuero aglutinó a sus espaldas; las de un chico de 19 años por entonces (principios de 1998), a millones de argentinos que lo empujaron cada una de las 16 veces vez que se subió al modesto Minardi M198, con el que logró el mejor resultado en Imola (8º), en el GP de San Marino. Fue luego de debutar en el GP de Australia y antes de despedirse sin que nadie lo imaginara, en Japón, último capítulo de ese año.

Pese a ese primer año con altibajos, penalizado por un coche con escasas prestaciones, el potencial de Tuero "estaba", y comenzaba a ser observado por equipos mayores de F-1. Sin embargo, no dejaba de "tirarle" La Argentina por su estilo de vida descontracturado y hasta algo bohemio. De ahí que llenó los titulares de los diarios cuando le dijo "no" a la F-1, increíble pero cierto. A Tuero se le cantó dar la espalda a la meca del automovilismo, y no se inmutó, mas allá de las presiones recibidas, antes para que anduviese lo mejor posible, luego para que continuara y no dejara trunco un proyecto que su entorno confiaba, sería a largo plazo.

No cambió, ni lo hará Tuero que ya dejó el Tuerito de los tiempos (1985-1992) de karting (3 veces subcampeón argentino), F-Renault y SP (1993), F-Honda y F-3 Sudamericana (1994). El salto a Europa (1995) para correr en F-2000 y luego F-3, ambas de Italia; en 1996 alcanzó la escala previa a la F-1, la F-3000 Interancional. Luego vino Japón, la F-Nippon hasta que se incorporó en 1997 como tester de Minardi.

El paso por la F-1 desembocó en una tumultuosa conferencia de prensa a principios de 1999, en un coqueto restaurante de la Costanera. Allí, ni palabra de los motivos que lo hicieron dejar la categoría, sólo anunció que era nuevo piloto oficial VW de TC 2000. Desaparecido el equipo VW, (2002) se subió a un Honda, en 2003 a un Mitsubishi Lancer y a un Polo particular, manejado hasta 2005. 2006 manejó un Astra y fue cuando descubrió al TN que cerró con el primer subcampeonato. En 2007, sin resultados en TC 2000, se embarcó de lleno en el TN, y abrochó el 2º subcampeonato. Ahora desde su lugar, La Argentina, el TN, puede decir con orgullo: "soy campeón".

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