Una historia de gloria que se escribió en azul y oro

Los veintidós títulos locales que antecedieron al logrado anoche tuvieron de todo: equipos típicos de Boca, pura garra y corazón, y otros que deleitaron hasta a los de paladar más exigente. Aquí va un repaso a todas esas conquistas que quedarán grababas para siempre en el corazón del hincha de la Ribera

1931

El último campeonato de la era profesional, el que acaba de terminar, se pintó de azul y oro. Y el primero, aquel del lejano 1931, también. Boca fue, con autoridad, un legítimo campeón, que le sacó cinco puntos de ventaja a San Lorenzo. Como postre de una campaña muy eficaz (22 triunfos, 6 empates, 6 derrotas), el equipo donde brillaron Francisco Varallo y Roberto Cherro venció 3-0 a River como visitante el 6 de enero de 1932. Inmejorable regalo de Reyes y primera estrella en el firmamento xeneize.

1934

El certamen tuvo una particularidad: se jugó en tres ruedas. El campeón, que anotó 101 goles en 39 partidos y superó por un punto a Independiente, mostró figuras rutilantes (los ya mencionados Cherro y Varallo, el “Pibe de Oro” Ernesto Lazzatti, el paraguayo Delfín Benítez Cáceres) y una pareja brasileña de zagueros: Moisés y Bibí. Como en el ‘31, Boca también fue noticia permanente por su notable arrastre popular.

1935

Otro defensor brasileño a partir de ese año comenzó a dejar su huella en los corazones boquenses: Domingos Da Guía, quien compartió la zaga central con Víctor Valussi. Pero la base del equipo fue la misma del año anterior. Y los resultados, idénticos. El título quedó asegurado en la anteúltima fecha con un contundente 3-0 sobre Tigre que firmaron los tres goleadores: Cherro, Varallo y Benítez Cáceres. El subcampeón fue nuevamente Independiente, tres unidades más abajo.

1940

Ese fue el año de la inauguración de la Bombonera. Allí, el primer partido oficial se disputó el 2 de junio y hubo victoria local por 2 a 0, con goles de Ricardo Alarcón y de Bernardo Gandulla. La vuelta olímpica se dio en la antepenúltima fecha, tras una amplia victoria por 5 a 2 ante Independiente. Jaime Sarlanga -goleador del equipo con 22 tantos- en dos oportunidades, el “Nano” Gandulla en otras dos y Emeal marcaron para Boca, mientras que Erico y Zorrilla convirtieron para el Rojo.

1943

Severino Varela, ídolo de la historia boquense, se sumó a un plantel que ya tenía grandes jugadores. El hombre de la boina fue autor de 20 tantos, Sarlanga aportó 22 y Boca fue, además de ganador del torneo, el más goleador, pero también tuvo la valla menos vencida, porque del medio hacia atrás había otros fenómenos: Vacca, Marante, Valussi, “Lucho” Sosa, Lazzatti y Pescia. Boca llegó a la última jornada con un punto de ventaja sobre River y definió todo venciendo a Ferro en Caballito gracias a un doblete del genial Jaime Sarlanga. La formación de aquel 5 de diciembre fue una que quedó grabada en la memoria de los hinchas: Vacca, Marante y Valussi; Sosa, Lazzatti y Pescia; Boyé, Corcuera, Sarlanga, Varela y Sánchez.

1944

El bicampeonato confirmó las virtudes de un conjunto que mantuvo su estructura y que compitió otra vez mano a mano con River por la gloria. Debido a que la Bombonera estaba clausurada por un incidente en el encuentro ante Huracán, Boca hizo de local en cancha de River para enfrentar a Racing y allí, en la casa de los “primos”, obtuvo su sexta estrella imponiéndose por 3 a 0. Corcuera (2) y Marante, de penal, convirtieron los tantos el día de la consagración.

1954

Pasaron muchos años hasta la siguiente alegría. Las razones para volver al éxito fueron varias, pero fundamentalmente aquel equipo tuvo un gran equilibrio. Firme en defensa (recibió apenas 26 tantos en 30 partidos) y contundente en ofensiva (60 goles), ni siquiera una derrota frente a River fue obstáculo para llegar al objetivo. Luego de ese tropezón quedaron dos fechas. Boca le ganó 1-0 a Tigre (Baiocco) y aplastó 7-1 a Gimnasia en La Plata, con cuatro goles de “Pepino” Borello y tres de Baiocco.

1962

A dos jornadas del final, Boca y River compartían el primer puesto y se enfrentaron en la Bombonera. Ese clásico se hizo famoso por el penal que Valentim convirtió ante Carrizo y por el que Roma le atajó a Delem sobre el final. El 1-0 inclinó la balanza en favor del conjunto azul y oro, que en la última fecha goleó 4-0 a Estudiantes (Valentim 2, Menéndez y Pueblas). El notable rendimiento de la defensa -18 goles en contra- fue clave para alcanzar el título. La tarde de la vuelta olímpica, Boca formó con Roma, Silvero y Marzolini; Simeone, Rattin y Orlando; Pueblas, Menéndez, Valentim, Pezzi y González. DT: José D’Amico.

1964

Como en el ‘62, en defensa Boca fue inexpugnable. Le anotaron apenas 15 goles y aseguró su éxito en la anteúltima fecha, contra River. Un empate era suficiente y aunque Luis Artime abrió el marcador a los 11 minutos del primer tiempo, el “Beto” Menéndez se encargó de calmar la ansiedad estampando el 1 a 1 definitivo. Otro título, esta vez con el maestro Adolfo Pedernera como técnico.

1965

Cuando faltaban apenas tres fechas, nuevamente el clásico ante River fue decisivo, pues ambos peleaban por el campeonato. Lo ganó Boca 2-1, con goles de Pianetti y de Menéndez (Artime había abierto el marcador en la Bombonera), y dio un paso fundamental. Luego hubo un empate con San Lorenzo y victoria y fiesta frente a Atlanta (3-1). La alineación de ese día fue la siguiente: Roma, Silvero y Marzolini; Simeone, Rattin y Silveira; Pianetti, Angel Clemente Rojas, Alfredo Rojas, Menéndez y Alberto González. El entrenador fue otro hombre formado en el rival de toda la vida: Néstor “Pipo” Rossi.

1969 (NACIONAL)

La única derrota se produjo contra un equipo del interior (San Martín de Mendoza) como local. La campaña fue excelente y se coronó con un empate ante River en el Monumental, en la última fecha. Dos tantos de Madurga pusieron en clara ventaja a Boca. River igualó (Más y Marchetti), pero el título quedó en poder del conjunto dirigido por el legendario Alfredo Di Stéfano, que en Núñez presentó a Sánchez; Suñé, Meléndez, Rogel y Marzolini; Orlando Medina, Madurga y Savoy; Ponce, Angel Clemente Rojas y Peña.

1970 (NACIONAL)

En semifinales, el Boca que por entonces conducía José María Silvero eliminó a Chacarita (2-0, dos goles de Jorge Coch) y Rosario Central hizo lo propio con Gimnasia. La final se jugó el 23 de diciembre en cancha de River. Landucci marcó el 1-0 para los rosarinos y Rojitas, con una genialidad, igualó a poco del final. En el suplementario, Coch definió el campeonato en favor de Boca.

1976 (METROPOLITANO)

Alberto J. Armando pensó en Juan Carlos Lorenzo para asumir la conducción del plantel y, como muchas otras veces, acertó. El “Toto” incorporó a hombres de experiencia y jerarquía (Gatti, Mastrángelo, la vuelta de Suñé) y en la rueda final se recogieron los frutos esperados, ya que el equipo cerró de manera invicta su campaña. Justo ante Unión, al que Lorenzo había dirigido el año anterior, Boca se aseguró el campeonato en el estadio de River. Fue 2 a 0, con goles del “Chino” Benítez y del “Toti” Veglio.

1976 (NACIONAL)

Lorenzo hizo un par de retoques (por ejemplo, la llegada de Mario Zanabria) y el funcionamiento se afianzó. Boca superó a Banfield en cuartos de final, a Huracán en semifinales y la consagración se produjo en la final ante River, jugada en un repleto estadio de Racing: 1-0, con el recordado tiro libre de Rubén Suñé que sorprendió a Fillol. La formación: Gatti; Suárez, Sá, Mouzo y Tarantini; Benítez (Zanabria), Suñé y Ribolzi; Mastrángelo, Taverna y Felman.

1981 (METROPOLITANO)

Tras gestiones propias de un guión cinematográfico, Boca contrata a Diego Maradona. Expectativa, presiones... pero nada pudo ante el genio del 10, quien armó una lujosa y efectiva sociedad futbolística con Miguel Angel Brindisi. Entre los dos anotaron más de la mitad de los goles del equipo: Diego hizo 17; Miguel, 16. Ferro fue el gran rival a vencer en ese campeonato. Y todo empezó a aclararse cuando el equipo de Silvio Marzolini venció al Verde por 1-0 (Perotti) en la Bombonera. La posterior derrota sufrida contra Central en Rosario aportó algo de incertidumbre, pero el empate con Racing, en la última jornada (1 a 1, Maradona, de penal) alcanzó para sellar el destino del torneo.

1992 (APERTURA)

Luego de algunos años duros, en el plano deportivo y especialmente en el institucional, la obtención de este campeonato, con Oscar Tabárez como entrenador, fue un alivio, un volver a vivir. Al igual que en muchas otras ocasiones, la pelea final fue con River, que a la última fecha llegó dos puntos más abajo. Boca sufrió cuando Ricardo Solbes enmudeció a la Bombonera y anotó el 1-0 para San Martín de Tucumán. El empate, marcado por Claudio Benetti en el segundo tiempo, alcanzó para desatar el festejo y acabar con la angustia.

1998 (APERTURA)

Mauricio Macri era el presidente del club desde 1995. Quería un Boca ganador, pero las experiencias iniciales, con Carlos Bilardo primero y Héctor Veira después al frente del plan, no terminaron como él y los hinchas deseaban. Carlos Bianchi fue el elegido para el nuevo ciclo. Y cuando asumió, luego del Mundial de Francia ‘98, nadie imaginaba que esa etapa estaría regada por tantos éxitos. En aquel Apertura, el equipo del Virrey fue demoledor. Ganó el torneo invicto -14 victorias, 5 empates-, tuvo el ataque más efectivo, la valla menos vencida y Martín Palermo convirtió 20 goles en las 19 fechas, cifra récord para los certámenes cortos. En el 0-0 ante Independiente (29 de noviembre), que sirvió para confirmar el éxito, Bianchi puso en la cancha a Córdoba; Ibarra, Bermúdez, Samuel y Arruabarrena; José Basualdo (Navas), Serna, Cagna y Riquelme (La Paglia); Adrián Guillermo (Guillermo Barros Schelotto) y Palermo.

1999 (CLAUSURA)

El invicto llegó a los 40 partidos, superando la histórica marca del Racing de Pizzuti. Lo interrumpió Independiente en Avellaneda, pero la derrota por 4 a 0 (el 6 de junio), en la jornada final, no impidió que Boca lograra el bicampeonato en el estadio de la doble visera.

2000 (APERTURA)

Con la Libertadores y la Intercontinental en sus manos, Boca no se relajó y también fue a buscar el título local. Había un lógico desgaste físico. Sin embargo, el plantel soportó la exigencia, llegó con mínima ventaja al último capítulo y lo ganó tras vencer a Estudiantes 1-0 con un gol del juvenil Matías Arce. Bingo. Y carnaval de la mitad más uno.

2003 (APERTURA)

El segundo ciclo de Bianchi y otro año mágico, que coronó a Boca en la Libertadores, el campeonato argentino y la Intercontinental. En el caso del Apertura, definió todo dos fechas antes del final con Carlos Tevez como figura clave. Luego de ganarle a Arsenal 2-1 en Avellaneda (Colautti y Donnet, los tantos del campeón), se despegó definitivamente de San Lorenzo, celebró y empezó a pensar en el Milan, al que vencería por penales en Tokio.

2005 (APERTURA)

Alfio Basile asumió la responsabilidad de ocupar un sitio difícil: el de sucesor de Carlos Bianchi, que ya se había devorado a otros entrenadores. Un duro traspié en la cancha de Arsenal (1-4) generó incertidumbre, pero en las cuatro jornadas finales Boca apretó el acelerador: 2-0 a Vélez (Insua 2), 3-1 a Estudiantes (Ledesma, Palacio y Guillermo Barros Schelotto), 2-0 a Independiente (Palermo e Insua) y 2-1 a Olimpo en Bahía Blanca (Daniel Díaz e Insua). Así, hizo infructuoso el esfuerzo del principal competidor de entonces, Gimnasia y Esgrima La Plata.

2006 (CLAUSURA)

Doblete con Basile. El 2-0 en cancha de Independiente (Palacio y Palermo), que significó la consagración en la anteúltima fecha, les dio la razón a quienes opinaban que, sin jugar la Libertadores, Boca sería gran candidato. El equipo no arrancó bien, pero se recuperó, sumó seis triunfos consecutivos en el tramo decisivo y sacó claras ventajas sobre sus perseguidores. Lanús terminó segundo, seis escalones por debajo del bicampeón.


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