A 50 años de su llegada al poder
| 30 de Abril de 2008 | 00:00

"La etapa que se inicia tendrá al pueblo como protagonista. A partir de hoy gobernaré para todos los argentinos y reclamaré el concurso de cuantos comparten los anhelos del pueblo, cualquiera que sea su militancia política y sin otra condición que su honestidad y su capacidad. Mientras dure nuestro gobierno, en la Argentina nadie será perseguido por sus ideas, ni por su actuación política o gremial". Mañana se cumplen 50 años de la asunción de Frondizi a la Presidencia. Un hito en la historia argentina
Lo decía Arturo Frondizi hace 50 años, al asumir la presidencia de la Nación (fue el 1° de mayo de 1958). Y aquel mensaje ante la Asamblea Legislativa tenía especial valor. Había llegado a la jefatura de Estado con el 49% de los votos en las primeras elecciones tras el golpe que había derrocado a Juan Perón y un escenario político signado por el peronismo proscripto y la Unión Cívica Radical fracturada.
Vestido de frac, con su voz firme, su notoria altura y sus gruesos anteojos de carey, Frondizi empezaba, en aquella ceremonia, a mostrar a los argentinos que el nuevo mandatario era algo más que un intelectual abstraído, alto, de anteojos gruesos.
Frondizi fue abogado, economista, sociólogo y sobre todo un político y estratega, que a lo largo de las décadas siguientes generaría polémicas y opiniones divididas sobre su papel en aquellos tiempos complejos de fines de los '50 pero unificaría criterios sobre su capacidad, su aporte a la inteligencia del país y al debate de las cuestiones de fondo.
No reconocería en vida un pacto con Perón para las elecciones de hace 50 años, pero los 800 mil votos en blanco (peronistas) le garantizaron su triunfo. La fórmula Frondizi/Gómez logró la totalidad de las gobernaciones, todo el Senado y los dos tercios de la Cámara de Diputados. En 1958 le preguntaban a qué cosas había renunciado para llegar a la Presidencia: "Espiritualmente a ninguna, materialmente a todas", respondía.
El ex Presidente nació en Paso de los Libres, Corrientes, el 28 de octubre de 1908. Hijo de un matrimonio de inmigrantes italianos de Gubbio, fue el penúltimo de 14 hermanos. Figuras de su entorno lo recuerdan por su estilo marcado por el rigor y la austeridad. Sus paseos por la Residencia presidencial de Olivos y su singular boina, cuando el sombrero era el que estaba de moda, aportaban a un sello propio.
El gobierno de Frondizi impuso en el país, en el criterio de los historiadores, un nuevo estilo político, influenciado del dinamismo y la audacia de los intelectuales que comenzaban a prevalecer en el mundo de las ideas: John Kennedy, Juscelino Kubitschek, el papa Juan XXIII y el pandit Nehru.
Buena parte de los políticos argentinos lo reconoce ahora como un gobernante creativo y moderno. Aunque no sin polémicas, la explotación de los recursos naturales estratégicos y la promoción de las industrias básicas -comenzando por el acero- constituyeron el eje de su modelo económico. Y con el fervor de la época, se lo identificaría como el ideólogo de la terminología "anti-imperialista".
"¿Cree usted que ha cometido errores durante su gobierno?", le preguntó alguna vez el historiador Félix Luna. "¡Por supuesto! ¡Muchísimos!", respondió Frondizi. "¿El más grande de ellos?", repreguntó Luna. "Haberlo aceptado...", contestó. "¿Lo dice en serio?", dudó Luna. "Cuando uno recuerda las condiciones en que lo recibí, no es fácil determinar si lo que acabo de decirle es una humorada o una verdad", dijo el ex Presidente.
"EL KENNEDY QUE YO CONOCI"
El ex diputado provincial Carlos González Cabral, quien fue el secretario político y personal de Frondizi entre 1989 y 1995, contó que el ex Presidente "quedó profundamente conmovido por la fervorosa adhesión de Kennedy a la causa del pueblo argentino".
La primera reunión entre ambos mandatarios fue en Nueva York, en 1961. "Usted es duro, muy duro. Fortísimo", cuenta González Cabral que fueron las declaraciones de Kennedy cuando los formalismos del encuentro habían terminado.
En el libro "El presidente Kennedy que yo conocí", Frondizi contó una anécdota con el ex presidente norteamericano Eisenhower que merece ser recordada. "El general (por Eisenhower) me comentó que experimentaba una gran alegría porque estaba en su país el libertador de Cuba, Fidel Castro. Yo le respondí que había conversado con Castro y que conocía su filiación marxista-leninista. Y el me señaló, muy convencido, 'eso no me interesa'. Ante esa afirmación, le respondí: 'Usted se va a arrepentir'. Los hechos posteriores me dieron la razón", narró Frondizi.
Poco después de aquel diálogo, comenzarían las expropiaciones de las empresas norteamericanas en Cuba y Eisenhower le pidió a Frondizi que mediara, poniendo a disposición 400 millones de dólares para que Castro declinara en su marcha. "Doctor, usted ya sabe la respuesta. Que se guarden los 400 millones, porque en Cuba no quedará ni una piedra norteamericana", contestó Castro.
Lo cierto es que su gobierno logró alcanzar prestigio internacional. "He escuchado sus opiniones e ideas sobre política internacional y le aseguro que tiene una singular vigencia para nosotros", le dijo el entonces presidente francés Charles de Gaulle, al canciller alemán Conrad Adenauer.
UN ALUMNO VISIONARIO
"¿Qué es la patria?", fue el título que Frondizi, en 1926, eligió para un trabajo práctico que tuvo que entregar mientras cursaba el quinto año en el Colegio Mariano Moreno. "La idea de patria reposa y tiene su pedestal de oro en las tradiciones morales e históricas de un pueblo, y a su vez, la memoria del pasado consigue más fuerzas en la visión de porvenir", escribía el joven Frondizi.
"Hasta el último minuto de su vida denunció que la estabilidad sin desarrollo sólo estabiliza la miseria", señala González Cabral. "(Presentar) el problema de la corrupción como el único que padece la sociedad, es convertirlo en una cortina de humo para distraernos de los verdaderos originados en la recesión, el achicamiento del país y los inhumanos bolsones de pobreza", dijo en sus últimos años Frondizi a un diario salteño, con la audacia de ir más allá de los preceptos convencionales.
Carlos González Cabral vivió con Frondizi hasta sus últimos días. A 13 años de su muerte, y a 50 de haber asumido la presidencia, su amigo lo recuerda: "es saludable reiterar en estos tiempos de frivolidad, corrupción y desmedida vocación de poder, que el ex Presidente vivió en total austeridad. Su única ambición personal consistía en tener una lápida en la cual se leyera 'Fue un ser humano y amó a su Patria'".
HOMENAJE
El ex presidente Eduardo Duhalde y el ex ministro de Economía, Roberto Lavagna, participaron ayer de un homenaje al fallecido mandatario Arturo Frondizi.
El acto, organizado por el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), contó también con la presencia del titular de esa agrupación, Carlos Zaffore, el dirigente radical Rodolfo Terragno y el ex ministro de Educación, Antonio Salonia.
Lo decía Arturo Frondizi hace 50 años, al asumir la presidencia de la Nación (fue el 1° de mayo de 1958). Y aquel mensaje ante la Asamblea Legislativa tenía especial valor. Había llegado a la jefatura de Estado con el 49% de los votos en las primeras elecciones tras el golpe que había derrocado a Juan Perón y un escenario político signado por el peronismo proscripto y la Unión Cívica Radical fracturada.
Vestido de frac, con su voz firme, su notoria altura y sus gruesos anteojos de carey, Frondizi empezaba, en aquella ceremonia, a mostrar a los argentinos que el nuevo mandatario era algo más que un intelectual abstraído, alto, de anteojos gruesos.
Frondizi fue abogado, economista, sociólogo y sobre todo un político y estratega, que a lo largo de las décadas siguientes generaría polémicas y opiniones divididas sobre su papel en aquellos tiempos complejos de fines de los '50 pero unificaría criterios sobre su capacidad, su aporte a la inteligencia del país y al debate de las cuestiones de fondo.
No reconocería en vida un pacto con Perón para las elecciones de hace 50 años, pero los 800 mil votos en blanco (peronistas) le garantizaron su triunfo. La fórmula Frondizi/Gómez logró la totalidad de las gobernaciones, todo el Senado y los dos tercios de la Cámara de Diputados. En 1958 le preguntaban a qué cosas había renunciado para llegar a la Presidencia: "Espiritualmente a ninguna, materialmente a todas", respondía.
El ex Presidente nació en Paso de los Libres, Corrientes, el 28 de octubre de 1908. Hijo de un matrimonio de inmigrantes italianos de Gubbio, fue el penúltimo de 14 hermanos. Figuras de su entorno lo recuerdan por su estilo marcado por el rigor y la austeridad. Sus paseos por la Residencia presidencial de Olivos y su singular boina, cuando el sombrero era el que estaba de moda, aportaban a un sello propio.
El gobierno de Frondizi impuso en el país, en el criterio de los historiadores, un nuevo estilo político, influenciado del dinamismo y la audacia de los intelectuales que comenzaban a prevalecer en el mundo de las ideas: John Kennedy, Juscelino Kubitschek, el papa Juan XXIII y el pandit Nehru.
Buena parte de los políticos argentinos lo reconoce ahora como un gobernante creativo y moderno. Aunque no sin polémicas, la explotación de los recursos naturales estratégicos y la promoción de las industrias básicas -comenzando por el acero- constituyeron el eje de su modelo económico. Y con el fervor de la época, se lo identificaría como el ideólogo de la terminología "anti-imperialista".
"¿Cree usted que ha cometido errores durante su gobierno?", le preguntó alguna vez el historiador Félix Luna. "¡Por supuesto! ¡Muchísimos!", respondió Frondizi. "¿El más grande de ellos?", repreguntó Luna. "Haberlo aceptado...", contestó. "¿Lo dice en serio?", dudó Luna. "Cuando uno recuerda las condiciones en que lo recibí, no es fácil determinar si lo que acabo de decirle es una humorada o una verdad", dijo el ex Presidente.
"EL KENNEDY QUE YO CONOCI"
El ex diputado provincial Carlos González Cabral, quien fue el secretario político y personal de Frondizi entre 1989 y 1995, contó que el ex Presidente "quedó profundamente conmovido por la fervorosa adhesión de Kennedy a la causa del pueblo argentino".
La primera reunión entre ambos mandatarios fue en Nueva York, en 1961. "Usted es duro, muy duro. Fortísimo", cuenta González Cabral que fueron las declaraciones de Kennedy cuando los formalismos del encuentro habían terminado.
En el libro "El presidente Kennedy que yo conocí", Frondizi contó una anécdota con el ex presidente norteamericano Eisenhower que merece ser recordada. "El general (por Eisenhower) me comentó que experimentaba una gran alegría porque estaba en su país el libertador de Cuba, Fidel Castro. Yo le respondí que había conversado con Castro y que conocía su filiación marxista-leninista. Y el me señaló, muy convencido, 'eso no me interesa'. Ante esa afirmación, le respondí: 'Usted se va a arrepentir'. Los hechos posteriores me dieron la razón", narró Frondizi.
Poco después de aquel diálogo, comenzarían las expropiaciones de las empresas norteamericanas en Cuba y Eisenhower le pidió a Frondizi que mediara, poniendo a disposición 400 millones de dólares para que Castro declinara en su marcha. "Doctor, usted ya sabe la respuesta. Que se guarden los 400 millones, porque en Cuba no quedará ni una piedra norteamericana", contestó Castro.
Lo cierto es que su gobierno logró alcanzar prestigio internacional. "He escuchado sus opiniones e ideas sobre política internacional y le aseguro que tiene una singular vigencia para nosotros", le dijo el entonces presidente francés Charles de Gaulle, al canciller alemán Conrad Adenauer.
UN ALUMNO VISIONARIO
"¿Qué es la patria?", fue el título que Frondizi, en 1926, eligió para un trabajo práctico que tuvo que entregar mientras cursaba el quinto año en el Colegio Mariano Moreno. "La idea de patria reposa y tiene su pedestal de oro en las tradiciones morales e históricas de un pueblo, y a su vez, la memoria del pasado consigue más fuerzas en la visión de porvenir", escribía el joven Frondizi.
"Hasta el último minuto de su vida denunció que la estabilidad sin desarrollo sólo estabiliza la miseria", señala González Cabral. "(Presentar) el problema de la corrupción como el único que padece la sociedad, es convertirlo en una cortina de humo para distraernos de los verdaderos originados en la recesión, el achicamiento del país y los inhumanos bolsones de pobreza", dijo en sus últimos años Frondizi a un diario salteño, con la audacia de ir más allá de los preceptos convencionales.
Carlos González Cabral vivió con Frondizi hasta sus últimos días. A 13 años de su muerte, y a 50 de haber asumido la presidencia, su amigo lo recuerda: "es saludable reiterar en estos tiempos de frivolidad, corrupción y desmedida vocación de poder, que el ex Presidente vivió en total austeridad. Su única ambición personal consistía en tener una lápida en la cual se leyera 'Fue un ser humano y amó a su Patria'".
HOMENAJE
El ex presidente Eduardo Duhalde y el ex ministro de Economía, Roberto Lavagna, participaron ayer de un homenaje al fallecido mandatario Arturo Frondizi.
El acto, organizado por el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), contó también con la presencia del titular de esa agrupación, Carlos Zaffore, el dirigente radical Rodolfo Terragno y el ex ministro de Educación, Antonio Salonia.
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