"Los bajos fondos": un clásico teatral que llega a La Plata
| 13 de Septiembre de 2008 | 00:00

Escrita por Máximo Gorki en 1902, "Los bajos fondos", considerada como una obra fundamental del realismo ruso, se representó en casi todo el mundo durante el siglo pasado despertando polémicas y manifestaciones callejeras. La importancia de la pieza se reafirma debido a que los temas que trata tienen una descarnada actualidad. Por eso el director Alfredo Zemma, de destacada trayectoria en el medio, trae mañana a las 19, al escenario del Teatro La Nonna, 3 y 47, este clásico que trasciende los conflictos políticos para adentrarse en los existenciales.
Con 16 actores en escena, se trata de una obra que si bien aborda temas despiadados como la exclusión, la promiscuidad, la prostitución, para describir un mundo sórdido y brutal, posee un poesía muy bella.
"La obra se desarrolla en una especie de sótano donde conviven borrachos, prostitutas, un mundo de decadencia en un espacio reducido donde abundas los conflictos, desde triángulos amorosos hasta planteos existenciales", expresó el director.
"Interrogantes como 'por qué he nacido' y 'qué es la verdad', o planteos sobre la existencia de Dios aparecen en esta obra que llega a la conclusión de que 'el hombre es la verdad'", sostuvo Zemma.
UNA OBRA MODERNA
"Con el elenco del Club de Bufón del cual soy el director estrenamos esta obra en capital federal en julio del año pasado y continuamos hasta este mes. También estamos haciendo una gira aunque no es fácil porque somos un elenco muy numeroso", agregó Zemma quien destacó que la puesta en escena es muy despojada pero tiene mucha intensidad, ya que muchos personajes conviven en un espacio reducido.
"Más allá de lo que la obra representa como teatro social -hay que tener en cuenta que fue escrita antes de la Revolución Rusa- tiene una estructura muy moderna con un final abierto. Es un obra que tiene mucho que ver con el grotesco argentino, con la profundidad de ciertas obras de Armando Discépolo. Cuando el escritor es grande, empieza por lo social y termina con lo existencial", consideró el director.
El espectador al ver esta obra hace casi inmediatamente la transferencia a lo que ocurre en la actualidad. Los temas oscuros y sórdidos se presentan con una gran belleza en la poesía de los textos. "La obra respeta los textos originales aunque tuve que aggiornarla, sobre todo porque tenía grandes monólogos, propios de un teatro vinculado a lo declamativo, que tuve que cortar", finalizó.
Con 16 actores en escena, se trata de una obra que si bien aborda temas despiadados como la exclusión, la promiscuidad, la prostitución, para describir un mundo sórdido y brutal, posee un poesía muy bella.
"La obra se desarrolla en una especie de sótano donde conviven borrachos, prostitutas, un mundo de decadencia en un espacio reducido donde abundas los conflictos, desde triángulos amorosos hasta planteos existenciales", expresó el director.
"Interrogantes como 'por qué he nacido' y 'qué es la verdad', o planteos sobre la existencia de Dios aparecen en esta obra que llega a la conclusión de que 'el hombre es la verdad'", sostuvo Zemma.
UNA OBRA MODERNA
"Con el elenco del Club de Bufón del cual soy el director estrenamos esta obra en capital federal en julio del año pasado y continuamos hasta este mes. También estamos haciendo una gira aunque no es fácil porque somos un elenco muy numeroso", agregó Zemma quien destacó que la puesta en escena es muy despojada pero tiene mucha intensidad, ya que muchos personajes conviven en un espacio reducido.
"Más allá de lo que la obra representa como teatro social -hay que tener en cuenta que fue escrita antes de la Revolución Rusa- tiene una estructura muy moderna con un final abierto. Es un obra que tiene mucho que ver con el grotesco argentino, con la profundidad de ciertas obras de Armando Discépolo. Cuando el escritor es grande, empieza por lo social y termina con lo existencial", consideró el director.
El espectador al ver esta obra hace casi inmediatamente la transferencia a lo que ocurre en la actualidad. Los temas oscuros y sórdidos se presentan con una gran belleza en la poesía de los textos. "La obra respeta los textos originales aunque tuve que aggiornarla, sobre todo porque tenía grandes monólogos, propios de un teatro vinculado a lo declamativo, que tuve que cortar", finalizó.
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