Furchi pifió una y acertó otra
No sancionó un claro penal para Boca, pero echó bien a Battaglia
| 22 de Septiembre de 2008 | 00:00

Aunque el árbitro Rafael Furchi terminó siendo reprobado por la hinchada local, señalado como máximo responsable de la derrota, lo cierto es que su labor tuvo altos y bajos, como el partido, alcanzando por ello una calificación de regular.
De los cuestionamientos a su labor por parte de la gente de Boca tuvo un error y un acierto, ambos muy notorios, en la primera etapa. El primero fue clave, porque se dio en un momento decisivo del partido, donde el local había empatado y se llevaba por delante a Tigre. Cerca de la media hora, en una jugada individual de Palacio dentro del área, Jerez, su marcador, perdió el equilibrio y al caer manoteó la pelota desde el piso, en un clarísimo penal que Furchi no sancionó.
Hasta ahí, lógico reclamo de los hinchas, pero nada quedó para discutir en la polémica siguiente, a los 39 minutos. Rusculleda le robó la pelota a Riquelme cerca de su área y arrancó de contra, Battaglia llegó a destiempo y se lo llevó puesto de manera violenta. Perfecto el árbitro en mostrarle tarjeta roja, por juego brusco grave. El volante de Boca dijo que para él "era amarilla, Furchi se apresuró", pero en realidad no hay nada que reclamar. Bien expulsado.
Estas dos situaciones irritaron a la hinchada de Boca, condicionando la labor del árbitro en el resto del partido, que a veces equivocó el camino, ya que ante las reprobaciones, en las jugadas dudosas eligió pitar siempre para Tigre, provocando aún más fastidio en los jugadores y seguidores locales.
Sin embargo, en el final, sintió la presión de una Bombonera que se le venía encima y, con algunas faltas menores, contribuyó a que Tigre quedara arrinconado contra su área.
En fin, repartió errores mínimos para ambos lados, y en las dos jugadas claves, en una se equivocó y en otra acertó. Tuvo una actuación opaca, apenas regular.
De los cuestionamientos a su labor por parte de la gente de Boca tuvo un error y un acierto, ambos muy notorios, en la primera etapa. El primero fue clave, porque se dio en un momento decisivo del partido, donde el local había empatado y se llevaba por delante a Tigre. Cerca de la media hora, en una jugada individual de Palacio dentro del área, Jerez, su marcador, perdió el equilibrio y al caer manoteó la pelota desde el piso, en un clarísimo penal que Furchi no sancionó.
Hasta ahí, lógico reclamo de los hinchas, pero nada quedó para discutir en la polémica siguiente, a los 39 minutos. Rusculleda le robó la pelota a Riquelme cerca de su área y arrancó de contra, Battaglia llegó a destiempo y se lo llevó puesto de manera violenta. Perfecto el árbitro en mostrarle tarjeta roja, por juego brusco grave. El volante de Boca dijo que para él "era amarilla, Furchi se apresuró", pero en realidad no hay nada que reclamar. Bien expulsado.
Estas dos situaciones irritaron a la hinchada de Boca, condicionando la labor del árbitro en el resto del partido, que a veces equivocó el camino, ya que ante las reprobaciones, en las jugadas dudosas eligió pitar siempre para Tigre, provocando aún más fastidio en los jugadores y seguidores locales.
Sin embargo, en el final, sintió la presión de una Bombonera que se le venía encima y, con algunas faltas menores, contribuyó a que Tigre quedara arrinconado contra su área.
En fin, repartió errores mínimos para ambos lados, y en las dos jugadas claves, en una se equivocó y en otra acertó. Tuvo una actuación opaca, apenas regular.
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