Distinguieron a la física de la "Máquina de Dios"

La doctora en física María Teresa Dova, quien encabezó la delegación de científicos argentinos que intervinieron en la puesta en marcha del Gran Colisionador de Hadrones -conocido como "La Máquina de Dios"- fue declarada ayer Ciudadana Ilustre de La Plata. El homenaje se desarrolló en el Teatro Coliseo Podestá, donde se reunieron más de doscientas personas interesadas en conocer detalles del experimento de boca de una de sus protagonistas.

El título de Ciudadana Ilustre le fue entregado a Dova por el intendente municipal Pablo Bruera, quien destacó la trayectoria profesional de la doctora en física y el rol de nuestra ciudad como formadora de conocimientos y recursos humanos con prestigio en todo el mundo.

No fue ése, sin embargo, el único homenaje que recibió ayer María Teresa Dova. Durante la misma ceremonia, el presidente de la Universidad Nacional de La Plata, Gustavo Azpiazu, la honró también con un reconocimiento especial de esa casa de estudios, donde la científica se formó y en la cual trabaja hoy al frente del departamento de Física de la facultad de Ciencias Exactas.

El reconocimiento público a María Teresa Dova estuvo fundado en su trayectoria profesional y, en particular, en los diversos estudios que desarrolló dentro del proyecto Atlas, para la puesta en marcha del Gran Colisionador de Hadrones (LHC), considerado el experimento científico más ambicioso de la historia.

Al agradecer el homenaje, Dova quiso compartirlo con el equipo de científicos platenses que participan con ella del proyecto, pero además con sus compañeros del departamento de Física y quienes fueron sus profesores. "En lo personal -dijo sin poder contener la emoción- quiero agradecer a mi familia por el apoyo que me ha brindado desde siempre".

Tras unas breves palabras de agradecimiento, Dova emprendió una disertación de carácter divulgativo para explicarle al público "en qué consiste ese proyecto" que la "apasiona tanto" y la hace "trabajar día y noche", y cuáles podrían ser sus implicancias en el conocimiento que se tiene hoy del origen del universo.

En la tradición de Joaquín González -que proponía una universidad abierta a la divulgación a través de clases públicas- María Teresa Dova disertó durante más de una hora frente a un auditorio que siguió con atención sus explicaciones y que estaba compuesto tanto por colegas científicos y estudiantes, como por vecinos en general.

TRAYECTORIA

Si bien el nombre de María Teresa Dova ha aparecido con especial asiduidad en los medios de comunicación durante los últimos meses, por el hecho de encabezar el equipo de científicos argentinos becados para trabajar en Ginebra en la puesta en marcha del Gran Colisionador de Hadrones, su trayectoria profesional es mucho más amplia.

Completó su doctorado en Física en 1988 en la Universidad Nacional de La Plata y obtuvo una beca postdoctoral para investigar en el experimento L3 del colisionador LEP, dirigido por el Premio Nobel Samuel Ting, donde comenzó su carrera en física de altas energías. En 1992, con el ingreso a la carrera de investigadora del CONICET y más tarde con el cargo de profesora en el Departamento de Física de la UNLP, inició el grupo experimental de partículas.

Trabajó desde el inicio en experimentos del Centro Europeo para la Investigación Nuclear, abocándose al análisis de datos para la comprensión de las leyes fundamentales de la materia. Motivada por lograr el desarrollo de nuevas iniciativas para nuestro país en el campo de la física experimental de altas energías, lideró la participación de grupos argentinos en el experimento Atlas del nuevo acelerador LHC que se formalizó en el 2006, siendo ésta la primera vez que una delegación nacional integra ese proyecto.