Estrategias y cálculos en un año electoral
| 5 de Enero de 2009 | 01:00
Los comicios legislativos de este año aparecen como los primeros desde 2003 con final en verdad abierto, con lo que adquiere cada vez más valor la definición de una estrategia electoral certera por parte del oficialismo.
Para determinar si el kirchnerismo logrará su objetivo de obtener más diputados y senadores que el resto de los partidos, pero también más votos en la cuenta general, el impacto de la crisis internacional y la habilidad de la oposición tendrán cierto valor.
Pero en un país en el que desde la asunción de Néstor Kirchner la iniciativa política está casi por completo del lado del oficialismo, las decisiones que puedan tomarse desde la Casa Rosada aparecen como determinantes.
Los dilemas para los estrategas de Cristina Kirchner son variados, aunque sobre todo se resumen en si es necesario salir a conquistar un voto que parece más esquivo que nunca -el de las grandes ciudades, marcado por el humor de los sectores medios- o concentrarse en el electorado que compone la base histórica del oficialismo.
Se sabe que el peronismo cuenta con un 30 por ciento de "piso" electoral a nivel nacional.
Cuanto más se acerque a ese porcentaje a la hora del escrutinio, más debilitado se verá el Gobierno para atravesar los próximos dos años, hasta la renovación presidencial de 2011.
Para el vicepresidente del PJ y gobernador chaqueño, Jorge Capitanich, oficialismo deberá concentrar su tarea en la "Región Centro", la de mayor peso electoral, entre capital federal, la provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Mendoza.
Según el gobernador kirchnerista,la intención de voto del oficialismo es alta tanto en el Norte como en el Sur del país.
El holgadísimo triunfo del radical K Gerardo Zamora en las elecciones de Santiago del Estero parecen confirmar su hipótesis.
El consultor ligado al oficialismo Artemio López, a través de su blog personal, consideró que para el kirchnerismo, "no suma" concentrar esfuerzos en el Norte, la Patagonia y Cuyo.
Más allá de los buenos resultados que suele obtener en esas regiones el oficialismo, destaca que Mendoza "apenas pesa 4 por ciento a nivel nacional".
Pero la opinión no es unánime: otro blogger, Andy Tow -habitual analista de información electoral- sostiene que si lo importante es obtener más bancas y no tanto más votos, el oficialismo no debe descuidar el NOA, el NEA, la Patagonia y Cuyo.
Es que, de acuerdo a sus cálculos, la mitad de los diputados y el 70 por ciento de los senadores que responden al gobierno nacional y que tienen bancas en juego provienen de esas regiones.
Malos resultados en aquellas provincias tendrían como efecto no sólo perder votos en la cuenta general, sino también complicar las mayorías en el Congreso, ya bastante deterioradas por las divisiones en los bloques oficialistas.
LA CLASE MEDIA
Entre los gurúes, consultores y aficionados a la política aflora además la discusión en torno al humor electoral de los sectores medios.
Para algunos, esas franjas de a ciudadanía ya están perdidas y nada podrá acercarlas a los candidatos bendecidos por Cristina Kirchner.
De acuerdo a ese razonamiento, no valdría la pena pelear por ese voto y el Gobierno tendría que concentrarse sólo en su "base" histórica.
Otros argumentan que el voto peronista siempre está asegurado, por lo que el "control de daños" debe partir de la estrategia de seducir lo más posible a las clases medias urbanas.
En ese contexto, la oposición también mueve sus fichas: apunta a unirse lo más posible con la idea de sumar para sus boletas en las grandes ciudades y también en el interior bonaerense, cordobés y santafesino, a los que visualiza como heridos en su "orgullo" tras la disputa entre el Gobierno nacional y el campo.
Uno que parece creer que la base electoral del PJ no está asegurada para el kirchnerismo es Eduardo Duhalde.
El ex presidente salió en los últimos días a cuestionar con dureza la política social del Gobierno y a advertir sobre la situación que atraviesan pobres e indigentes, sobre todo en el territorio que más conoce, el conurbano bonaerense.
Con mayor suerte aquí o allá, lo que es cierto es que el kirchnerismo necesitará de todo su esfuerzo e inteligencia para atravesar con éxito el test de octubre.
Para determinar si el kirchnerismo logrará su objetivo de obtener más diputados y senadores que el resto de los partidos, pero también más votos en la cuenta general, el impacto de la crisis internacional y la habilidad de la oposición tendrán cierto valor.
Pero en un país en el que desde la asunción de Néstor Kirchner la iniciativa política está casi por completo del lado del oficialismo, las decisiones que puedan tomarse desde la Casa Rosada aparecen como determinantes.
Los dilemas para los estrategas de Cristina Kirchner son variados, aunque sobre todo se resumen en si es necesario salir a conquistar un voto que parece más esquivo que nunca -el de las grandes ciudades, marcado por el humor de los sectores medios- o concentrarse en el electorado que compone la base histórica del oficialismo.
Se sabe que el peronismo cuenta con un 30 por ciento de "piso" electoral a nivel nacional.
Cuanto más se acerque a ese porcentaje a la hora del escrutinio, más debilitado se verá el Gobierno para atravesar los próximos dos años, hasta la renovación presidencial de 2011.
Para el vicepresidente del PJ y gobernador chaqueño, Jorge Capitanich, oficialismo deberá concentrar su tarea en la "Región Centro", la de mayor peso electoral, entre capital federal, la provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Mendoza.
Según el gobernador kirchnerista,la intención de voto del oficialismo es alta tanto en el Norte como en el Sur del país.
El holgadísimo triunfo del radical K Gerardo Zamora en las elecciones de Santiago del Estero parecen confirmar su hipótesis.
El consultor ligado al oficialismo Artemio López, a través de su blog personal, consideró que para el kirchnerismo, "no suma" concentrar esfuerzos en el Norte, la Patagonia y Cuyo.
Más allá de los buenos resultados que suele obtener en esas regiones el oficialismo, destaca que Mendoza "apenas pesa 4 por ciento a nivel nacional".
Pero la opinión no es unánime: otro blogger, Andy Tow -habitual analista de información electoral- sostiene que si lo importante es obtener más bancas y no tanto más votos, el oficialismo no debe descuidar el NOA, el NEA, la Patagonia y Cuyo.
Es que, de acuerdo a sus cálculos, la mitad de los diputados y el 70 por ciento de los senadores que responden al gobierno nacional y que tienen bancas en juego provienen de esas regiones.
Malos resultados en aquellas provincias tendrían como efecto no sólo perder votos en la cuenta general, sino también complicar las mayorías en el Congreso, ya bastante deterioradas por las divisiones en los bloques oficialistas.
LA CLASE MEDIA
Entre los gurúes, consultores y aficionados a la política aflora además la discusión en torno al humor electoral de los sectores medios.
Para algunos, esas franjas de a ciudadanía ya están perdidas y nada podrá acercarlas a los candidatos bendecidos por Cristina Kirchner.
De acuerdo a ese razonamiento, no valdría la pena pelear por ese voto y el Gobierno tendría que concentrarse sólo en su "base" histórica.
Otros argumentan que el voto peronista siempre está asegurado, por lo que el "control de daños" debe partir de la estrategia de seducir lo más posible a las clases medias urbanas.
En ese contexto, la oposición también mueve sus fichas: apunta a unirse lo más posible con la idea de sumar para sus boletas en las grandes ciudades y también en el interior bonaerense, cordobés y santafesino, a los que visualiza como heridos en su "orgullo" tras la disputa entre el Gobierno nacional y el campo.
Uno que parece creer que la base electoral del PJ no está asegurada para el kirchnerismo es Eduardo Duhalde.
El ex presidente salió en los últimos días a cuestionar con dureza la política social del Gobierno y a advertir sobre la situación que atraviesan pobres e indigentes, sobre todo en el territorio que más conoce, el conurbano bonaerense.
Con mayor suerte aquí o allá, lo que es cierto es que el kirchnerismo necesitará de todo su esfuerzo e inteligencia para atravesar con éxito el test de octubre.
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