Camba consiguió alivio con una gran victoria

Jugó ordenado, fue contundente y volvió a ganar después de tres caídas al hilo. Borgarelli, respira

Para Cambaceres fue un tremendo desahogo. La gran victoria de ayer sobre Justo José de Urquiza llegó cuando más lo necesitaba. El 2-0 con autoridad y desplegando un fútbol de alto vuelo, como dando a entender que el equipo está para grandes cosas, fue una bocanada de aire fresco para los jugadores, que venían de capa caída, y también para el cuerpo técnico que encabeza Lalo Borgarelli, que después de los fuertes rumores de su salida, en caso de no ganar, consiguió mayor tranquilidad de cara a lo que vendrá.

Cambaceres fue un verdadero aluvión. Salió decidido a llevarse los tres puntos, sin importar el rival de turno.

Y así fue, nomás. Con un trabajo sólido en todas sus líneas (sobresalió el trabajo de Jesús Martínez), orden táctico y contundencia, el Rojo despedazó a un Urquiza dubitativo, sorprendido, que jamás le encontró la vuelta a las acciones. El equipo de Loma Hermosa llegó a Ensenada con los pergaminos de ser uno de los protagonistas, pero chocó contra un Cambaceres hambriento, efectivo, que resolvió cada situación con inteligencia y acierto.

Y no extrañó que el Rojo consiguiera la apertura del marcador a los 19 minutos, a través de un formidable remate de Jesús Martínez, quien colgó la pelota en el ángulo derecho de Arzamendia.

Cambaceres, con esa conquista, comenzaba lentamente a justificar su victoria, porque jamás bajó los brazos, y porque siempre mostró argumentos futbolísticos para destrozar a su oponente.

El 2-0 llegó a los 27 minutos. Jones reventó uno de los palos con un remate violento, y Manes, que venía de frente, capitalizó ese rebote y marcó. Prácticamente se cerraba el partido, porque el segundo tiempo, a pesar de la ambición del Rojo, estuvo por demás.

Con el partido bajo control, Cambaceres se ocupó en la segunda parte de regular las acciones, pues en el primer tiempo, el desgaste había sido mayor. Y sin embargo, tuvo un par de situaciones muy claras que pudieron aumentar las diferencias. Camba, finalmente, encontró el desahogo. Volvió a ganar después de tres derrotas consecutivas, y su entrenador, Borgarelli, respira más aliviado.

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