Una obra maestra de Clint Eastwood

Por ALEJANDRO CASTAÑEDA

GRAN TORINO.- Soberbio film de Clint Eastwood, en la madurez absoluta de un estilo reposado, preciso, hecho solamente con las cosas que valen, como si al final del camino hubiese decidido quedarse sólo con lo esencial, las grandes preguntas -la vida, la muerte, la redención, las culpas, las dudas- del hombre. Clint eligió, para decirle adiós su carrera de actor, un personaje hecho a su medida: Kowalski, un polaco cascarrabias que vive en las afueras de Detroit, intratable, racista y odioso. Se quedó viudo, se lleva mal con los hijos, desprecia a todos y solo ama sus recuerdos y su Torino modelo 72, símbolo de ese ayer que debe lustrarse y cuidarse para que no se marchite. Se muda al barrio otra familia coreana y ahí empieza todo. La violencia y el cambio. No sólo los incidentes van en aumento, también la conciencia de Kowalski vive a fondo, como propios, los ataques de unos pandilleros. Kowalski quiere hacer justicia a cada momento porque sabe que él no es ningún inocente. Y en la desesperada y absurda empresa final sale a buscar culpables afuera y adentro, para poner al día su alma agria y atormentada. No vale la pena detallar una historia que atrapa de entrada. Lo que importa es la mirada honda, diáfana y sosegada de quien sabe todo y puede contarlo con profundidad, pudor y calma. Eastwood no necesita jugar con el tiempo ni alardear. Le basta dejar que su cámara registre la vida, verlo sonreír y enojarse, le basta retratar el desamparo y la vileza de un mundo que se ha ido, le basta dibujar sus dudas en una cara que anuncia el final y que también pide redención antes de abandonarlo todo. Kowalski -¿quién no?- tiene sus pecados y necesita purgarlos con una misión que sea también ejemplar y salvadora. Un film colosal, que acepta, desde la mirada de los otros, los contradictorios bordes de la inabarcable realidad y que alude otra vez - como en "El sustituto" "Y Million dollar baby"- a padres ausentes y a hijos que buscan. "Gran Torino" es el testamento de un artista íntegro que apela a los trazos inexorables de una tragedia para decirnos que la vida reparte los papeles de una vez y para siempre, que los hombres no pueden escapar a su destino y que no hay que aspirar a la salvación sino a una serena redención. Sobria, melancólica, riquísima en sus implicancias, un film de una rara nobleza que detrás de los ojos entornados del gran Clint deja ver, como ese Torino, las glorias y brillos de un modelo clásico que invita a la nostalgia y a la admiración. (***** EXCELENTE). Cinema 8

BUENA COMEDIA ROMANTICA

SIMPLEMENTE NO TE QUIERE, de Ken Kwapis.- Nos habla de las idas y vueltas del amor, sus señales y sus códigos indescifrables, sus vaivenes y atajos, sus dolores y dichas. Agradable y liviana comedia romántica, simpática y bien vestida, que retrata el mundo femenino desde el balcón de algunas máximas que la experiencia y el azar se encargan de confirmar o desmentir. Es una mirada al mundo femenino. Esta la que hace del casamiento una meta, la que un día se desayuna que todo ya fue, la que se pasa penando por una salida, la que fantasea y se queda con poco. Y están ellos, los que con sus dudas y sus mentiras completan ese esquema inestable y cautivante. Un gran elenco (Ben Affleck, Jennifer Aniston, Scarlett Johansson y siguen las firmas) engalana esta film que no cae en el trazo grueso ni en el mal gusto, aunque por supuesto se desliza sobre estereotipos tan transitados que más de una vez deja a las mujeres al borde del candor, la ausencia y la cursilería. De cualquier manera, entretiene y divierte. No es nada formidable, pero supera la medianía de un género en decadencia y, tanto a la hora de celebrar el amor como de sufrirlo, tiene más de una escena bien redondeada. Llevadera, lujosa, ágil y risueña viene a decirnos lo que ya se sabe: no hay fórmulas infalibles ni recetas milagrosas. El amor está allí, tan próximo e inalcanzable, como siempre. (*** BUENA) Cinema City.

CHOQUES DE TARANTINO

PRUEBA DE MUERTE.- Otra comedia negra para que Tarantino Descargue sus fuegos artificiales, cada vez más mojados. Monocorde, espectacular y violenta cuenta las andanzas de un doble de riesgo (Kurt Russell) que anda levantando víctimas en el camino para destrozarlas. No se puede negar que Tarantino sabe de qué se trata, que hay escenas aisladas bien resueltas, que las persecuciones son fantásticas, que la venganza (otra vez) es la gran invitada. Pero uno espera más. (*** BUENA) Cinema San Martín.

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