Bebé fue salvado de morir por un policía héroe
El pequeño estuvo sumergido durante varios minutos en bañera
| 8 de Abril de 2009 | 00:00

Un bebé de un año, que había logrado recuperarse de una operación cardíaca, fue salvado casi en forma milagrosa por un policía luego que permaneciera sumergido durante varios minutos en la bañera de su domicilio, en el barrio porteño de Balvanera.
El incidente se produjo en un departamento de Jean Jaures al 300, cuando el pequeño de un año y cuatro meses, llamado Jhonatan, y su hermano de tres años quedaron al cuidado de una niñera, contratada por sus padres, que habían compartido una salida nocturna.
Según pudo averiguarse, la joven, de 31 años, se aprestaba a bañar a los chicos, cumpliendo una indicación de la madre, cuando recibió un llamado telefónico. Mientras permanecía fuera del baño, escuchó los gritos del niño más grande y al regresar descubrió que el bebé se encontraba sumergido dentro de la tina.
Desesperada por la situación y mientras temía un final trágico, la niñera llamó al teléfono de emergencias 911 y al lugar acudieron dos efectivos de la Policía Federal que patrullaban la zona. Uno de los policías -el subinspector Eduardo Walsh, de la comisaría 7ª de la Capital Federal- al ver al chico sin reacción, comenzó a realizar tareas de reanimación.
Gritos y desesperación
En diálogo con este diario, el policía héroe recordó la difícil situación con la que se encontró al llegar al edificio: "Cuando llegamos, esta mujer tenía al bebé en brazos, tapado con una toalla, y temía lo peor. El pequeño estaba pálido, inconciente y con bajísimos signos vitales, prácticamente no se sentía la respiración... Entonces le pedí que lo acostara y comencé a realizarle masajes en el pecho, hasta que empezó a vomitar agua y a respirar con dificultad".
Una vez que las tareas de reanimación dieron resultado, el efectivo preguntó a la mujer si había llamado al SAME. "Pero la ambulancia no venía y el chiquito no lucía bien. Entonces decidí no esperar e ir con la patrulla al hospital Ramos Mejía. Llegamos y tuvimos que recorrer un largo pasillo hasta la guardia pediátrica. Cuando estábamos a 20 metros el bebé empezó a llorar y ahí me quedé más tranquilo porque significaba que estaba reaccionando", sostuvo Walsh.
Finalmente, los médicos del hospital pudieron establizar al pequeño, que salió por segunda vez de un trance difícil en su corta vida, gracias a las tareas realizadas en un primer momento por el uniformado.
En cuanto a la situación de la niñera, de nacionalidad checoslovaca, la Policía informó que se labró de oficio una causa por "lesiones graves" en la comisaría 7ª. Sin embargo, los familiares del menor aún no decidieron si continuarán la acción penal contra la joven.
Una larga recuperación
El dramático episodio tuvo lugar el pasado 25 de marzo y el pequeño Jhonatan recién fue dado de alta el último fin de semana, tras una larga recuperación en el sanatorio de Los Arcos, adonde había llegado derivado desde el nosocomio de Once.
"Estuvo bastante internado porque cuando llegó al hospital su estado era delicado. Y, además, a los pocos meses de vida había sufrido una dolencia cardíaca", añadió el efectivo, de 33 años, al tiempo que admitió "sentirse feliz porque ahora está bien junto a su familia. Desde entonces muchas sensaciones me recorrieron ya que fue una gran satisfacción haberlo ayudado".
En los últimos días le llovieron felicitaciones por su milagrosa intervención. "Estuve viviendo situaciones muy lindas. Me felicitaron mis compañeros y mucha gente que se enteró lo que sucedió", comentó.
La familia de Walsh, su mujer y sus dos pequeños hijos, también se mostraron orgullosos por su participación en el conmovedor episodio. "Mi familia está feliz. Apenas salí del hospital ese día, llamé a mi mujer y le pregunté por mis hijos. Después de tanta angustia por una criatura, necesitaba saber cómo estaban", concluyó el efectivo.
El incidente se produjo en un departamento de Jean Jaures al 300, cuando el pequeño de un año y cuatro meses, llamado Jhonatan, y su hermano de tres años quedaron al cuidado de una niñera, contratada por sus padres, que habían compartido una salida nocturna.
Según pudo averiguarse, la joven, de 31 años, se aprestaba a bañar a los chicos, cumpliendo una indicación de la madre, cuando recibió un llamado telefónico. Mientras permanecía fuera del baño, escuchó los gritos del niño más grande y al regresar descubrió que el bebé se encontraba sumergido dentro de la tina.
Desesperada por la situación y mientras temía un final trágico, la niñera llamó al teléfono de emergencias 911 y al lugar acudieron dos efectivos de la Policía Federal que patrullaban la zona. Uno de los policías -el subinspector Eduardo Walsh, de la comisaría 7ª de la Capital Federal- al ver al chico sin reacción, comenzó a realizar tareas de reanimación.
Gritos y desesperación
En diálogo con este diario, el policía héroe recordó la difícil situación con la que se encontró al llegar al edificio: "Cuando llegamos, esta mujer tenía al bebé en brazos, tapado con una toalla, y temía lo peor. El pequeño estaba pálido, inconciente y con bajísimos signos vitales, prácticamente no se sentía la respiración... Entonces le pedí que lo acostara y comencé a realizarle masajes en el pecho, hasta que empezó a vomitar agua y a respirar con dificultad".
Una vez que las tareas de reanimación dieron resultado, el efectivo preguntó a la mujer si había llamado al SAME. "Pero la ambulancia no venía y el chiquito no lucía bien. Entonces decidí no esperar e ir con la patrulla al hospital Ramos Mejía. Llegamos y tuvimos que recorrer un largo pasillo hasta la guardia pediátrica. Cuando estábamos a 20 metros el bebé empezó a llorar y ahí me quedé más tranquilo porque significaba que estaba reaccionando", sostuvo Walsh.
Finalmente, los médicos del hospital pudieron establizar al pequeño, que salió por segunda vez de un trance difícil en su corta vida, gracias a las tareas realizadas en un primer momento por el uniformado.
En cuanto a la situación de la niñera, de nacionalidad checoslovaca, la Policía informó que se labró de oficio una causa por "lesiones graves" en la comisaría 7ª. Sin embargo, los familiares del menor aún no decidieron si continuarán la acción penal contra la joven.
Una larga recuperación
El dramático episodio tuvo lugar el pasado 25 de marzo y el pequeño Jhonatan recién fue dado de alta el último fin de semana, tras una larga recuperación en el sanatorio de Los Arcos, adonde había llegado derivado desde el nosocomio de Once.
"Estuvo bastante internado porque cuando llegó al hospital su estado era delicado. Y, además, a los pocos meses de vida había sufrido una dolencia cardíaca", añadió el efectivo, de 33 años, al tiempo que admitió "sentirse feliz porque ahora está bien junto a su familia. Desde entonces muchas sensaciones me recorrieron ya que fue una gran satisfacción haberlo ayudado".
En los últimos días le llovieron felicitaciones por su milagrosa intervención. "Estuve viviendo situaciones muy lindas. Me felicitaron mis compañeros y mucha gente que se enteró lo que sucedió", comentó.
La familia de Walsh, su mujer y sus dos pequeños hijos, también se mostraron orgullosos por su participación en el conmovedor episodio. "Mi familia está feliz. Apenas salí del hospital ese día, llamé a mi mujer y le pregunté por mis hijos. Después de tanta angustia por una criatura, necesitaba saber cómo estaban", concluyó el efectivo.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE