Editorial de El Popular (Olavarría)
| 8 de Junio de 2009 | 00:00

"El debate en medio de la campaña electoral tiene un nivel de calidad mínimo, a tal extremo que se discuten temas de superficie y de forma, se insulta y se violenta, pero no se habla de los temas realmente trascendentes, aquellos que tienen que ver directamente con elevar la calidad de vida de los ciudadanos. Con solucionar los problemas de la gente. Con construir un país serio, sólido, con futuro posible.
"Se trata, sin dudas, de una de las campañas preelectorales más pobres de la historia reciente. Con figuras repetidas, con candidaturas testimoniales y con discusión casi exclusivamente sobre este último tema. Como para que la ciudadanía no tenga oportunidad de decidir a quién votar por una opción programática y no por un rostro o un paso por un programa televisivo.
"A esto se suma el clima enrarecido por la intolerancia y los enfrentamientos que quedaron como rezago del conflicto entre el gobierno y el campo, y que se refleja en cada visita del Gobernador al interior bonaerense o de algunos diputados a sus provincias de origen.
"Los escraches y las agresiones, condenables cualquiera sea su origen, se han vuelto una práctica frecuente y en demasiadas ocasiones justificada por el sector que corresponde.
"Fue muy importante que la Mesa de Enlace agropecuaria saliera expresamente a rechazar los actos de violencia contra candidatos oficialistas e instara a los productores a seguir manifestándose contra la política agropecuaria del gobierno nacional, pero con metodologías democráticas. Es imprescindible que detrás de las condenas no aparezca el 'pero' que suele anteceder a la justificación. Y que más allá de las diferencias se pueda lograr una convivencia democrática y con tolerancia del pensamiento distinto.
"Todavía hay tiempo, hasta el 28 de junio, de debatir lo que importa y de mirar hacia la gente. Es la única manera de rescatar un poco del descrédito a una dirigencia que manosea, lamentablemente, una herramienta fantástica como es la política".
"Se trata, sin dudas, de una de las campañas preelectorales más pobres de la historia reciente. Con figuras repetidas, con candidaturas testimoniales y con discusión casi exclusivamente sobre este último tema. Como para que la ciudadanía no tenga oportunidad de decidir a quién votar por una opción programática y no por un rostro o un paso por un programa televisivo.
"A esto se suma el clima enrarecido por la intolerancia y los enfrentamientos que quedaron como rezago del conflicto entre el gobierno y el campo, y que se refleja en cada visita del Gobernador al interior bonaerense o de algunos diputados a sus provincias de origen.
"Los escraches y las agresiones, condenables cualquiera sea su origen, se han vuelto una práctica frecuente y en demasiadas ocasiones justificada por el sector que corresponde.
"Fue muy importante que la Mesa de Enlace agropecuaria saliera expresamente a rechazar los actos de violencia contra candidatos oficialistas e instara a los productores a seguir manifestándose contra la política agropecuaria del gobierno nacional, pero con metodologías democráticas. Es imprescindible que detrás de las condenas no aparezca el 'pero' que suele anteceder a la justificación. Y que más allá de las diferencias se pueda lograr una convivencia democrática y con tolerancia del pensamiento distinto.
"Todavía hay tiempo, hasta el 28 de junio, de debatir lo que importa y de mirar hacia la gente. Es la única manera de rescatar un poco del descrédito a una dirigencia que manosea, lamentablemente, una herramienta fantástica como es la política".
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