Cromagnon por dentro: recorrida por el lugar que es sinónimo de tragedia

La prensa pudo ver las instalaciones por espacio de una hora y a días del veredicto

El boliche República Cromagnon fue recorrido por primera vez, en cuatro años y medio, por un grupo de periodistas, a pocos días del veredicto del juicio oral y público que se le sigue al gerenciador del local Omar Chabán y a los integrantes del grupo Callejeros.

Por disposición del Tribunal Oral Criminal porteño Nº 24, que tiene a su cargo el debate, las puertas de Cromagnon se abrieron ayer y por el lapso de una hora por primera vez para los periodistas, ya que antes había habido dos inspecciones oculares en las que participaron sólo las partes involucradas en el juicio.

La primera imagen que se observó fue la de cientos de zapatillas amontonadas en los rincones del pasillo que conduce desde el interior del local hacia la calle, que fue el camino que siguieron los miles de jóvenes que, a los empujones y gritos, pretendían escapar del incendio.

En medio de ese montón de zapatillas se podía observar algunas más pequeñas, pertenecientes a niños que habían sido llevado a ver el recital por sus padres y que quedaron atrapados.

En el salón principal y junto a las paredes, permanecen tiradas en el piso banderas rotas que el público había llevado para homenajear a Callejeros, mediante las cuales expresaba el sentimiento de fidelidad que le brindaba a la banda liderada por el "Pato" Fontanet.

Símbolos del horror

Los cables cortados y quemados de las conexiones eléctricas aún cuelgan del techo y el escenario parece lo único que quedó intacto, como aquella noche del 30 de diciembre de 2004: un telón de fondo, con la imagen gráfica del disco "Rocanroles sin destino" que era presentado al público quedó colgado como símbolo de la tragedia.

A lo largo de la recorrida, se pudo observar las paredes del salón marcadas por manos sucias de hollín. En tanto, los baños, que en algunos casos fueron utilizados como guardería para los chicos que eran llevados por sus padres, quedaron totalmente destruidos, con los espejos estallados.

También quedó el polémico portón de emergencia que la noche de la tragedia estaba encadenado e impidió la salida de muchos jóvenes que se amontonaron e intentaban escapar del humo. Sobre un lateral de la puerta de ingreso aún quedó colgado un cartel plastificado que decía "Prohibido ingresar con alcohol, cohetes y bengalas".

El final del juicio por la tragedia se producirá el miércoles de la semana próxima. A partir de las 15, el Tribunal tiene previsto dar lectura a la parte resolutiva del veredicto -un trámite que tendrá una duración de entre tres y cuatro horas- en la sala donde se juzgó a las Juntas Militares en 1985, pasar a un breve cuarto intermedio y después dar a conocer un resumen de los fundamentos del fallo.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE