Con "La princesa y el sapo" Disney volvió a la animación

En medio de la fiebre por el 3D, el estudio cinematográfico regresó a sus orígenes

Con el estreno este jueves de "La princesa y el sapo" Disney volvió a sus orígenes y apuesta de nuevo por la animación realizada a mano y en dos dimensiones, una técnica que parecía haber sido reemplazada definitivamente por las nuevas tecnologías.

Aunque resulte increíble, en poco más de una década las cintas animadas por computadora barrieron con las clásicas películas que hicieron popular a la compañía hace casi 75 años, cuando se estrenó "Blancanieves".

El éxito de "Toy Story", en 1995, abrió un nuevo capítulo para el séptimo arte en todo el mundo, con filmes realizados por computadora que atraían a millones de espectadores, llevaban menos tiempo de realización y eran menos costosos.

De hecho, los voceros de Disney habían anunciado que "Vacas vaqueras", de 2004, era la última cinta en dos dimensiones. Tras ese título, que fracasó en taquilla y crítica, se cerraron todas las divisiones de animación tradicional.

Pero cuando Disney compró Pixar a comienzos de 2006, los responsables del departamento de animación -Ed Catmull y John Lasseter- sorprendieron a propios y ajenos al anunciar la reapertura de las viejas divisiones.

Según anunciaron, el fracaso de las últimas películas realizadas a mano no residía en la técnica, sino en historias poco atractivas o mal contadas, frente a la originalidad y simpleza de obras como "Monsters Inc." o "Wall E".

La primera producción en esta flamante etapa es "La princesa y el sapo", que cuenta con todos los elementos que hicieron de las películas de Disney un clásico del séptimo arte.

"Esta cinta señala el regreso al perdurable mundo de la animación hecha a mano. Es un atemporal cuento de hadas, pero con un nuevo giro que combina todo lo que esperamos de las grandes historias: comedia, aventura, música. y lo más importante, el sentimiento que siempre ha caracterizado la animación de Disney", afirmó Lasseter.

PRINCESAS Y SAPOS

El filme que marca este regreso transcurre en la convulsionada y activa Nueva Orleans de la década del 20, en pleno apogeo del jazz, en lugar de situarse en algún reino de fantasía. Allí vive Tiana, una joven que trabaja duro para cumplir su sueño de tener un restaurante propio.

Pero su camino se chocará con el de Naveen, el príncipe de Maldonia que fue convertido en sapo por un hechizo vudú del malvado Dr. Facilier y que intenta sin éxito deshacerse de la maldición.

Enternecida por la historia, Tiana lo besará para que -tal como sucede en todos los cuentos de hadas- el sapo se convierta en príncipe. Pero éste no es un cuento tradicional y Tiana se volverá también un batracio. De este modo, los dos anfibios deberán atravesar todos los pantanos de Louisiana hasta encontrar a Mama Odie, una bruja vudú que puede devolverlos a la normalidad.

El guión y la dirección están a cargo de Ron Clements y John Musker -la dupla detrás de "La sirenita", "Aladdin" y "Hércules", tres cintas claves para comprender el resurgimiento de Disney en la década del 90- y el talentoso Randy Newman se hizo cargo de la música, totalmente orientada al jazz.

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