¿Adictos al bronceado?

La continua exposición al sol no sólo conlleva riesgos dermatológicos sino que también puede convertirse en una adicción que debe ser tratada con psicólogo: la tanorexia

En plena temporada estival, el peligro de sufrir graves alteraciones en la piel, por el afán de algunas personas de despertar envidias entre sus amistades cuando retornan de sus vacaciones luciendo el característico "tostado playero", se ha convertido en un tema recurrente y sobre el que los especialistas advierten.

Este afán por la persistente búsqueda del "tostado" puede reflejar un tipo de adicción que ya es conocida como tanorexia y tiene peligro dermatológico y también psicológico, por lo que algunos expertos aconsejan tratarla en dos frentes: el diván del psicólogo y la consulta del especialista en piel.

TERMINO RECIENTE

Dermatólogos aseguran que la tanorexia "es un término reciente que aún no está muy extendido", aunque se muestra partidario de que sea tratada psicológicamente.

En este sentido, especialistas en psicología explican que esta patología "no está diagnosticada a nivel médico" pero consideran, no obstante que, al igual que ocurre con cualquier obsesión, debe ser tratada.

"Cuando una persona no puede dejar de hacer una cosa que no es vital ni básica, que no está dentro de las necesidades primarias, estamos hablando de un problema, y es el caso de esta obsesión por el bronceado solar", sostienen entendidos. Este problema se da, sobre todo, en mujeres de edades comprendidas entre los 25 y los 35 años.

EL TRATAMIENTO

Los médicos apuntan que este tipo de obsesión es la suma de diversos factores, como la necesidad de ocio o la importancia de la imagen física: "Una persona que pasa gran parte de su tiempo pensando en su piel y en la necesidad de ir a sesiones de rayos uva o a la playa, cuando empieza a sufrir este tipo de patología debe ser tratada psicológicamente".

Aunque gran parte de la comunidad médica considera que la tanorexia tiene más de "argot" que de término científico, estudios recientes de unidades de dermatología, como el publicado en 2006 por la Universidad de Wake Forest (Carolina del Norte, Estados Unidos), insisten en que la adicción al bronceado hay que abordarla de forma multidisciplinar por los peligros que puede entrañar.

En los distintos estudios se comprobó que, aparte del daño que puede constituir para la piel la excesiva y prolongada exposición al sol, los tanoréxicos presentan en general un notable estado de ansiedad cuando se encuentran con otras personas que lucen unos bronceados "más perfectos" que el suyo.

Los tanoréxicos activan una sensación similar a los anoréxicos, que consideran que les sobran kilos a través de una imagen corporal deformada. Los adictos al bronceado creen que el tono de su piel es claro, cuando en realidad ocurre todo lo contrario.

Por otro lado, las reacciones bioquímicas estudiadas en algunos tanoréxicos presentan una liberación especial de endorfinas que les impiden sentir las quemaduras de los rayos solares.




Advertencias

Los médicos aseguran lo sorprendente que resulta comprobar las reacciones en consulta de algunos de los pacientes con "perfil tanoréxico" y su poca conciencia ante los riesgos solares. "Tienen más miedo a las arrugas y a las manchas cutáneas que al cáncer de piel", sostienen los especialistas quienes advierten a aquellos que diariamente se tumban al sol, que "deberían ser más sensatos".

Asociaciones dedicadas a la lucha contra el cáncer indican que "el sol es salud y sinónimo de belleza, el origen de la vida, pero la exposición inadecuada es uno de los hábitos de vida mas dañinos de nuestro tiempo" y recuerdan que la radiación ultravioleta, principal responsable del melanona, está también en otras fuentes artificiales, como las lámparas bronceadoras.

La Liga Internacional de Sociedades Dermatológicas constata en sus informes más recientes que diversas enfermedades de la piel tienen su origen en un uso deficiente de los protectores solares, bien porque no se aplican en cantidad suficiente, o porque no se vuelven a utilizar al salir del agua.

Los casos de melanoma aumentan cada año en el mundo, en muchos casos a consecuencia de una exposición inadecuada al sol, por lo que los responsables de salud piden a la población de riesgo que no expongan excesivamente a los rayos solares brazos, piernas o cabeza y que, cuando no queda más remedio, se protejan las zonas corporales de posible exposición a cremas de alta protección, que deberán aplicarse media hora antes de salir a la calle.

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