Orgullo Canario

La Plata RC quedó en las puertas de la gloria, pero redondeó una campaña extraordinaria en el Top 14, que no puede verse opacada por la derrota ante el SIC


El árbitro Sánchez Ruiz se llevó el silbato a la boca y decretó el final del partido. La Plata RC no pudo repetir la efeméride de hace quince años y el sueño quedó a tan sólo ocho puntos. El verdugo fue, una vez más, como en aquella final de 2008 por el Nacional de Clubes, el solemne San Isidro Club. Pero pese al dolor que siempre causa una derrota en estas instancias, el Canario tiene muchas cosas de las cuales estar orgulloso. E incluso importantes desafíos por delante, mérito de su extraordinaria campaña en 2010, que hasta podría concluir con un título en el Nacional de Clubes.

Las derrotas duelen sin lugar a duda, pero no todas de la misma forma. Y, justamente, hablando de la forma y el modo, no se puede dejar de lado al gran adversario que tuvieron los Canarios enfrente. No fue uno más. La historia, la tradición y la experiencia de un club tan importante -por no decir el más- para el rugby de nuestro país, quedó en evidenciada el sábado cuando los "zanjeros" se congratularon campeones en cuatro divisiones: primera, intermedia, preintermedia y menores de 22.

Enfrente de La Plata RC estuvo un equipo cuyas mayores características fueron la solidez, la estructura defensiva y la eficiencia de saber lastimar en los momentos justos. A cada intento fallido de los de nuestra ciudad por equilibrar el tanteador, los "tricolores" respondieron con una robustez y una cohesión que derribó todas las variantes propuestas por el equipo local; y que, solamente, cedió sobre la agonía del encuentro y no por desajustes propios, sino que, por el contrario, por méritos de los capitaneados por Suffern Quirno.

VIRTUDES AMARILLAS

Más allá de las virtudes y capacidades que exhibieron los de San Isidro, que fueron varias, los de nuestra ciudad también ofrendaron justificativos y coartadas para argumentar el lugar que ocupan hoy en día en el rugby de Buenos Aires.

La fluidez con la que atacó el Canario y pudo lastimar, recién al final al elenco de San Isidro, fue una de las armas que presentó el club durante todo el año y, que el sábado, por motivos de imprecisión, malos piques y una suerte no muy alentadora, no fue tan determinante y concluyente como en oportunidades anteriores.

La perseverancia fue otra de las señales. Durante todo el encuentro, hasta cuando iban debajo en el marcador por más de veinte puntos, los Canarios fueron en busca del partido y no dieron el brazo a torcer en ningún momento. A tal punto, que los "zanjeros" debieron contener el grito de festejo hasta los últimos instantes.

EL TACKLE

Por último, el tackle, reflejo impecable de la entrega y el sacrificio de La Plata RC, fue uno de los puntos a destacar. El mismo, quizá, no tuvo la potencia y el resultado de otros encuentros -no por deficiencia propia, sino por mérito distinguido del oponente-, pero que igual fue una vez más el estandarte del equipo dirigido por Esteban Meneses.

Estas insignias, que seguramente el sábado no se observaron en su máximo esplendor, más una contundente lista de atributos alzados durante todo este proceso 2010, dilucidan por qué La Plata RC está nuevamente en el podio del rugby de Buenos Aires. Y eso, no cabe duda, no es poca cosa.

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