La Sombra nunca se esconde en el Bosque

El colombiano nunca pasa desapercibido en el Bosque. Nuevamente, y como ante Estudiantes y Racing, el delantero jugó un gran partido y fue intratable e imparable para los defensores de River. Siempre buscó el pase profundo y cada vez que se propuso encarar a los rivales, ganó.

Apenas comenzado el encuentro se presagiaba a un Pérez picante e incisivo. A los 8 minutos metió un cabezazo soberbio que terminó en gol, tras un buen centro de Ormeño, y a partir de ahí, cada ataque mens sana pasó por sus pies. A los 27 tuvo otra chance clara para aumentar, ya que después de guapear entre los centrales del Millo, enfrentó a Vega y sacó un remate cruzado que se fue cerca del poste derecho.

Pero también en el primer tiempo volvió a tener otra chance muy clara. Nuevamente lo habilitó Ormeño, quien le metió un pase entre líneas pero cuando el moreno se acercó al arco remató muy suave, y Vega se quedó con el balón.

Ya en la segunda mitad, volvió a avisar desde el inicio. Tras un pase impecable de Chirola Romero, se fue en velocidad, y nuevamente remató cruzado ante la salida de Vega: la pelota cruzó todo el arco y salió muy cerca del poste derecho.

El colombiano redondeó, otra vez, una buena tarea en el equipo de Cocca y terminó extenuado. Dejó la cancha después de jugar 70 minutos a toda máquina y en un nivel muy alto.

SOLO UN SUSTO

Al momento de realizarse el cambio de Juan Ezequiel Cuevas por Marco Pérez muchos se preocuparon al ver salir al moreno jugador del Lobo con signos de estar mareado y muy dolorido. Pero el propio jugador se encargó de despejar cualquier tipo de dudas al asegurar tras el partido que pidió el cambio porque se encontraba con calambres y algo mareado luego de haber cabeceado de lleno un balón tras un córner. "La verdad es que en un momento no sabía en que sector del campo estaba y entonces le pedí al técnico el cambio. Por suerte ya me encuentro bien, porque poco a poco me fui recuperando", aseguró el goleador mens sana.